Los corsés han vuelto. En realidad, nunca se fueron. Desde tiempos inmemoriales, a las mujeres se les han vendido productos para adelgazar la cintura y aplanar el vientre. En Estados Unidos, las varillas de ballena de los siglos XVIII y XIX dieron paso a las fajas ajustadas de los años cincuenta.
Ahora, la lucrativa industria de las prendas moldeadoras ha lanzado ciertos productos para aplanar el vientre como algo más que estrategias para usar debajo de vestidos especiales. Las fajas reductoras —dispositivos de compresión que se llevan ajustados alrededor de la cintura y que suelen abrocharse con cierres, velcro (pega pega) o ganchos— han sido calificadas como herramientas importantes para perder kilos y esculpir el vientre.
Algunas celebridades publican videos en los que se muestran usando las fajas durante los entrenamientos o revelan los progresos que consiguen día tras día. Otras las llevan de forma pasiva a lo largo de su jornada, con la esperanza de persuadir a un vientre tambaleante. La premisa es que, si se utiliza con regularidad, la cintura se apretará y adelgazará, y mantendrá una forma permanente de reloj de arena. Pero cabe preguntarse: ¿los moldeadores de cintura pueden lograr eso? Esto es lo que dicen los expertos acerca de cuatro mitos sobre ese producto.
Mito 1: Las fajas producen una cinturita permanente
La idea de emplear un moldeador de cintura para dar a tu cuerpo la forma que te gusta de manera irreversible es similar a la de usar un protector bucal para evitar que los dientes se muevan. Se piensa que si se aplasta la cintura con regularidad para darle una forma esbelta, con el tiempo el cuerpo conservará inevitablemente esa forma.
Pero, a diferencia de los dientes, que se pueden mover y mantener porque son huesos, la grasa, los órganos y la carne alrededor de tu cintura no se entrenará para quedarse en una nueva posición, dijo Colleen Tewksbury, gerente del programa bariátrico en Penn Medicine, la escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), y portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética.
María Lombardo, cirujana estética que se dedica a la cirugía de los senos y del cuerpo, dijo que las células de grasa no se pueden mover ni destruir. "Cuando se pone algo alrededor de la cintura para ceñirla, la grasa se está distorsionando dentro de esa célula grasa, pero la célula grasa no se está rompiendo”, dijo. “No se desplaza a otro lugar. Simplemente se está aplastando”.
Mito 2: El sudor focalizado conduce a la pérdida de grasa
La publicidad de los moldeadores de cintura sugiere que el sudor en la región del vientre puede romper las células de grasa más rápido. Al igual que la grasa no se puede redistribuir con la presión, tampoco se puede eliminar con el sudor, dijo Edward Laskowski, profesor y especialista en medicina deportiva de la Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota, Estados Unidos.
De hecho, cualquier cambio de peso después del entrenamiento que puedas notar es probablemente el resultado de la pérdida de líquidos. Hay algunos medicamentos que pueden ayudar a perder peso, pero únicamente la cirugía puede eliminar la grasa de una zona específica. La dieta y el ejercicio suelen ser más accesibles, e incluso en ese caso, todo se encoge lentamente de golpe, sin importar lo que lleves puesto.
No existe la “tonificación focalizada”, dice por su parte Fatima Cody Stanford, especialista en medicina de la obesidad del Hospital General de Massachusetts. “Sé que, como humanos, queremos sentir que tenemos el control, pero la realidad es que simplemente no lo tenemos”.
Mito 3: La presión genera restricción calórica
Hipotéticamente, llevar algo apretado alrededor del abdomen podría hacer que te sintieras llena más rápido, limitando así tu consumo de calorías, dijo Amy E. Rothberg, profesora de medicina y directora del Programa de Control de Peso de la Universidad de Michigan. Sin embargo, como las fajas pueden ser muy incómodas, no es probable que las lleves durante el tiempo suficiente para marcar la diferencia en la cantidad que comes, dijo.
Por ejemplo, en un estudio realizado en Suecia y publicado en 2010, los investigadores pretendían demostrar que el uso de corsés después de la pérdida de peso en pacientes obesos podría ayudarles a mantener lo que adelgazaron. Pero nunca pudieron sacar conclusiones firmes sobre ese tema porque los corsés eran tan incómodos que menos de una cuarta parte de los participantes los usaron con regularidad.
“No hay pruebas científicas y los datos son muy limitados, si es que hay alguno, de que los corsés contribuyan realmente a la pérdida de peso”, concluyó Rothberg.
Mito 4: El centro se hace más fuerte
Al realizar un entrenamiento del tronco, se piensa que una presión intensa en la cintura puede ayudar a fortalecer los músculos más rápidamente. Según los expertos, esto puede ser cierto para algunas personas, sobre todo para las que tienen los músculos abdominales debilitados, a menudo después de una intervención quirúrgica importante, como una cesárea, una histerectomía o una operación intestinal. Un moldeador de cintura puede ser útil para apoyarlos en las primeras etapas de curación y reconstrucción de esa zona. Un estudio de 2012 descubrió que después de que los pacientes con dolor lumbar crónico usaron un corsé durante seis meses, su dolor mejoró y algunos músculos se fortalecieron.
Después de que estos pacientes construyen su fuerza, dijo Stanford, son capaces de apoyarse “en su propia musculatura”. Pero si no hay ningún traumatismo grave en los músculos centrales, los expertos advierten que un moldeador de cintura podría debilitar los mismos músculos abdominales que la gente está tratando de fortalecer. Esto se debe a que puede actuar como una muleta, al obligar a la gente a confiar en el moldeador de la cintura, en lugar de su núcleo, para apoyar su tronco.
Y como el músculo quema más calorías que la grasa, el moldeador de cintura podría ralentizar la pérdida de peso a largo plazo, dijo Lombardo
¿Hay riesgos a largo plazo?
La mayoría de los médicos están de acuerdo en que habría que usar una faja demasiada apretada, durante demasiado tiempo, para dañar los órganos internos. Y a corto plazo, cualquier molestia que sientas probablemente te obligará a aflojarla.
Si ignoras las molestias y sigues con la faja puesta, es probable que consumir muy pocas calorías sea insostenible, o incluso podría ser perjudicial. Las dietas restrictivas pueden ralentizar el metabolismo y provocar un aumento de peso en el futuro, o pueden causar desórdenes alimenticios y debilidad. Y la propia presión podría causar problemas gastrointestinales, como hinchazón o estreñimiento. “Esto también puede contribuir al reflujo ácido al interferir con el flujo digestivo normal”, escribió Laskowski.
Un moldeador de cintura también puede perjudicar el movimiento natural del diafragma, lo que, a su vez, puede afectar a la respiración. Esto es especialmente cierto si se usa mientras se hace ejercicio. En raras ocasiones, dijo Lombardo, la gente puede desmayarse.
La conclusión
Los moldeadores de cintura forman parte del mundo cada vez más amplio de productos no probados y a menudo ineficaces que se les venden a las mujeres frustradas por su peso. “Por eso tenemos una industria de pérdida de peso que mueve miles de millones de dólares: queremos la salida fácil”, dice Lombardo.
Eso no quiere decir que alisar los bultos y protuberancias bajo un atuendo para salir de noche no valga la pena. La confianza es importante, y si las fajas te hacen sentir mejor, adelante, úsalas. Pero para obtener resultados sostenibles a largo plazo, es mucho mejor seguir una dieta sana, incorporar el entrenamiento de fuerza a tu rutina de ejercicios y, sobre todo, ser amable contigo misma.
“No hay nada mejor que los fundamentos de una alimentación sana, la actividad física y el entrenamiento de fuerza, incluido el ejercicio de los músculos centrales”, escribió Laskowski. “El mejor ‘refuerzo’ que puedes darle a tu sección media es que tus músculos centrales trabajen juntos, y el mejor ‘corsé’ es tu ‘corsé’ muscular”.
c. 2022 The New York Times Company