El lago navegable más alto del mundo, entre Perú y Bolivia, ha perdido más de medio metro de altura por la escasez de lluvias y por el aumento de la temperatura en un escenario de cambio climático. Se ha alterado la producción de totora, el ecosistema de más de 55 especies de animales y la vida de millones de personas que basan su economía en el Titicaca.