Una serie sobre lo que no se habla en los consultorios de salud mental
Tomar medicamentos para la salud mental puede ser un proceso difícil, especialmente si no los tomaste antes y tienes dudas o temores sobre la terapia. Puede resultar aún más difícil si tu doctor no te dio la suficiente información sobre los beneficios y riesgos para ejercer tu derecho a una libre elección del tratamiento. Y si la farmacia del hospital o del centro de salud mental comunitaria suele estar desabastecida de tus medicinas y debes recorrer varias boticas privadas hasta encontrar una donde ofrecen genéricos y no solo costosos productos de marca.
Esta es la realidad que enfrentan miles de personas usuarias de los servicios de salud mental en Perú.
Con el apoyo del Pulitzer Center, un equipo de periodistas de Salud con lupa investigó el problema y publica ahora esta serie investigativa sobre lo que no suele hablarse en los consultorios de salud mental. Nuestros reportajes abordan desde la influencia de las farmacéuticas en las recetas de los psiquiatras, las razones de los continuos episodios de desabastecimiento en las farmacias de hospitales y centros de salud mental comunitaria, hasta las historias de decenas de personas que experimentaron reacciones adversas no informadas.
En cuatro décadas, la industria ha sumado más controversias que innovaciones terapéuticas. Se están probando ahora al menos 160 moléculas, algunas prometedoras para tratamientos contra la depresión y la esquizofrenia.
Aunque la mayoría no lo reconoce, las recetas de los doctores están influenciadas por la forma como se relacionan con las farmacéuticas. En Perú, los laboratorios no están obligados a declarar pagos o regalos que hacen a los médicos, lo que impide rastrear el peso de la industria en sus decisiones.
Seguir una terapia en un servicio público significa que algunos meses no estarán disponibles los medicamentos. En el último año, 188 de 248 centros de salud mental comunitaria reportaron desabastecimientos de psicofármacos.
Cuando están en riesgo de quedarse sin medicamentos y no llegan las reservas de la central de compras del Ministerio de Salud, los hospitales realizan adquisiciones directas de medicinas para sus pacientes, pero pagan precios más altos a las farmacéuticas.
Recorrimos 31 boticas de Lima y Chiclayo para consultar el precio y disponibilidad de 8 psicofármacos genéricos, pero solo nos ofrecieron los de marca. Una persona con depresión llega a invertir S/ 314 al mes de su bolsillo para cubrir sus medicinas.
Conversamos con distintas personas sobre el efecto que han tenido las medicinas para sobrellevar su trastorno mental. A muchas les ayudan, algunas padecen efectos adversos que las hacen intolerables, mientras que otras han cambiado de dosis o de fármacos.
Los medicamentos y la psicoterapia pueden ser de gran ayuda para muchas personas. Existen también herramientas extras para favorecer al bienestar emocional como hacer ejercicios, tener una mascota o conversar con personas que pasen por lo mismo que uno.
Salud con lupa recogió las experiencias de 86 personas con un trastorno mental que han llevado una terapia con medicinas en Perú.
Hay personas que han sufrido reacciones adversas a sus medicinas sin haber sido informadas por sus médicos sobre estos riesgos. Algunas pasaron episodios de ideación suicida y problemas de disfunción sexual. Estas son sus historias.
Si has buscado ayuda profesional, recuerda que tienes el derecho como usuario de exigir una buena atención. Esto implica que el doctor te escuche sin apresurarte pues en temas de salud mental tu experiencia personal es el pilar que debe dirigirlo hacia un diagnóstico (de ser el caso) y a un posible tratamiento.
No te saltes este paso. Aunque no estemos acostumbrados a hacerlo, sostener una comunicación clara y franca con los doctores desde un inicio permite que confiemos más en ellos. Y eso nos dará más tranquilidad en el proceso.
Si vas en busca de ayuda profesional, mantén la mente abierta. En temas de salud en general, muchas veces la recuperación exige cambios y ajustes en nuestras costumbres que hasta pueden resultar incómodos.
Sin embargo, respetar la ciencia y la práctica médica no significa obedecer automáticamente todo lo que diga. Si tu doctor te propone un tratamiento, hazle las preguntas que necesites. Infórmate por tu cuenta. Busca otras opiniones si así lo prefieres. Y si las dudas persisten, pregunta por otras opciones. Casi siempre hay más de un camino.
Todo tipo de medicina tiene efectos adversos, no solo la de salud mental, pero en este campo existen menos parámetros universales para que los doctores se guíen y puedan prescribir el fármaco y el tratamiento que se adapte mejor a ti.
Por eso, recuerda que tu historia médica no se reduce a enfermedades, malestares o procedimientos previos. Estar al tanto de tu rutina diaria, patrones de sueño, alimentación, carga laboral y familiar, entre otros asuntos pueden aclararle el panorama a tu médico.
Hay mucho ruido y desinformación alrededor de los medicamentos psiquiátricos. Si te recetan alguna pastilla, consúltale a tu médico lo que necesites saber y exige la entrega de un consentimiento informado.
Busca resolver tus dudas pero de una forma responsable y amable contigo mismo. Algunos evitan internet porque sienten que se sugestionan pronto. Hay quienes piden a personas de confianza que les lean las cartillas de las medicinas y así reducen un poco la ansiedad frente a lo nuevo.
Lamentablemente abunda el estigma alrededor de los medicamentos psiquiátricos. Y este puede venir también de los profesionales de la salud o comentarios bienintencionados, como los que te dicen que para recuperarte solo necesitas “trabajar en ti” con “más fuerza de voluntad”.
Si ya has decidido comenzar un tratamiento, recuerda que los comentarios invalidantes suelen venir de la ignorancia en estos temas, que tu proceso es único y que mereces hacerte el camino lo más llevadero posible. Así eso implique limitar ciertas interacciones que te sean detonantes.
