Una mujer de cada diez padece endometriosis incapacitante. A pesar de ello, la enfermedad sigue siendo en gran medida desconocida. Y, dados los numerosos desafíos que presenta, es fundamental prestarle especial atención.
La endometriosis es una enfermedad ginecológica caracterizada por la presencia de tejido similar a la mucosa uterina fuera de la cavidad uterina, principalmente, pero no exclusivamente, en la zona abdominopélvica (ovarios, intestino, peritoneo, etc.).
Empezó con mi primera menstruación
Lejos de ser exclusiva de las mujeres adultas, la endometriosis puede aparecer durante la primera menstruación, añadiendo dificultades inesperadas al ya turbulento viaje de la adolescencia.
El origen de este trastorno aún no se ha determinado, pero puede causar dolor abdominal bajo, a veces crónico, y posiblemente infertilidad y otros síntomas, como problemas digestivos.
Hasta la fecha, el principal objetivo de los tratamientos disponibles es combatir los síntomas. Se utilizan varios enfoques, incluidosmedicamentos (antiinflamatorios no esteroideos, anticonceptivos hormonales, etc.). Si estas opciones no son efectivas, se puede recomendar un tratamiento quirúrgico.
Lesiones que son más difíciles de identificar
Aunque la endometriosis suele asociarse a mujeres adultas, también es una realidad en niñas adolescentes, en las que se han reportado casos progresivos y en ocasiones incluso graves. Desgraciadamente, el diagnóstico se produce mucho más tarde, con un retraso medio de unos 8 años desde la aparición de los primeros síntomas.
El diagnóstico tardío puede deberse en parte a diferencias en cómo se manifiesta la enfermedad en mujeres adolescentes y adultas. Las adolescentes con endometriosis generalmente presentanlesiones rojas o de color claro, lo que puede dificultar su identificación por los profesionales de la salud, en comparación con las lesiones en los adultos, conocidas como “quemaduras por pólvora negra”, que se observan más fácilmente, principalmente a través de pruebas de imagen. El pequeño tamaño de las lesiones en las adolescentes también puede dificultar su detección.
Además, las mujeres jóvenes pronto comienzan a tomar píldoras anticonceptivas, lo que reduce los síntomas. Y cuando los síntomas desaparecen, los profesionales sanitarios no necesariamente realizan más pruebas y no se realiza el diagnóstico. Pero si efectivamente se trata de endometriosis, la enfermedad sigue progresando.
Riesgo de angustia psicológica
Al considerar el tratamiento de la endometriosis en adolescentes, generalmente se prefieren opciones de medicación basadas en antiinflamatorios no esteroides y anticonceptivos hormonales. También es fundamental incorporar un enfoque multidisciplinario al tratamiento, incluido el apoyo psicológico, lo cual es crucial al considerar las múltiples repercusiones que esta condición puede tener en las mujeres.
Las consecuencias psicológicas, sociales y educativas son innegables, con un mayor riesgo de angustia psicológica y trastornos de ansiedad en las mujeres jóvenes.
En ocasiones, estas repercusiones se reflejan en una alta tasa de ausentismo escolar, con un impacto negativo significativo en la educación de las mujeres. Sin embargo, las consecuencias de la enfermedad no terminan ahí, provocando una reducción de las actividades diarias y un deterioro de las relaciones sociales e íntimas.
El dolor menstrual sugiere enfermedad
Aunque no es necesariamente sinónimo de endometriosis, el dolor menstrual puede, en algunos casos, sugerir la enfermedad. Es el trastorno ginecológico más común que afecta a las adolescentes, con una prevalencia que varía del 34% al 94% según la literatura científica.
Al igual que la endometriosis, el dolor menstrual es un verdadero desafío para las adolescentes. Puede provocarsufrimiento psicológico, con mayor riesgo de depresión y limitaciones en las actividades diarias.
Trastornos poco reconocidos
Además, falta apoyo y reconocimiento por parte de familiares, amigos y servicios médicos. Esta es una dificultad adicional que enfrentan las adolescentes que deben lidiar con síntomas menstruales relacionados con períodos dolorosos y/o endometriosis.
Esto se debe en parte al desconocimiento sobre la menstruación, los síntomas menstruales y la endometriosis, que son objeto de estigmatización, normalización y actitudes negativas tanto entre las propias adolescentes como en sus círculos familiares, educativos y de amistad.
Falta de conciencia
Un estudio francés de mujeres a las que se les había diagnosticado endometriosis mostró que algunas de ellas desconocían la enfermedad y el 35% creía que sus síntomas eran normales.
Aún más impresionante es el hecho de que el 60% de ellos dijo que los médicos describieron sus síntomas como “normales”. Este fenómeno de estigmatización y normalización crea un entorno de falta de apoyo, que deja a las adolescentes impotentes para afrontar el dolor menstrual y, en algunos casos, la endometriosis.
Como resultado, hay un mayor retraso en la identificación de la enfermedad.
Educación sobre salud menstrual
En este contexto, es fundamental evaluar las necesidades educativas en relación a la endometriosis y el dolor menstrual, con el fin de mejorar la calidad de vida de las adolescentes. El objetivo no es sólo disipar los prejuicios de los propios adolescentes, sino también de sus círculos familiares, escolares y sociales, mejorar el control del dolor y también favorecer el diagnóstico precoz de la enfermedad.
A pesar de los crecientes esfuerzos por aumentar la conciencia pública sobre estos temas, actualmente existen muy pocas iniciativas de prevención y educación. Por lo tanto, es necesario realizar esfuerzos significativos para abordar los desafíos educativos asociados con la endometriosis y, de manera más general, con la salud menstrual de las adolescentes.
Enfoques no farmacológicos
Además del aspecto educativo, es imperativo iniciar investigaciones para mejorar la comprensión de las características específicas de la enfermedad en esta población.
Esto también ayudaría a guiar las iniciativas de promoción de la salud, alentando a las mujeres jóvenes a asumir un papel activo en su propio bienestar.
En este sentido, podrían favorecerse enfoques no farmacológicos, como la promoción de la actividad física.
Evaluación de los beneficios de la actividad física
De hecho, la actividad física actúa como factor protector frente al desarrollo de enfermedades crónicas. Podría ayudar a mejorar el control del dolor en la endometriosis.
Sin embargo, resulta preocupante constatar que el 85% de las adolescentes no practican suficiente actividad física, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por otro lado, un informe del Conseil des Sages de Laïcité (Consejo de Sabios del Laicismo, en traducción libre) destaca la tendencia de las niñas a evitar las sesiones de educación física y deportes (EF), y es más probable que recurran a certificados médicos. estar exentos de estas clases que los niños. Este informe menciona razones íntimas que, al menos en parte, pueden estar relacionadas con la menstruación y el dolor potencialmente asociado con ella.
En conclusión, el tema de la endometriosis en las adolescentes requiere un enfoque holístico. Es esencial dedicar esfuerzos de investigación y educación si queremos lograr un futuro en el que la endometriosis en las adolescentes se diagnostique tempranamente, se maneje de manera efectiva, sea conocida y comprendida por todos los involucrados en la esfera social adolescente, y en el que las mujeres jóvenes estén empoderadas para tomar decisiones informadas sobre tu salud.
Este artículo fue originalmente publicado en portugués en The Conversation bajo la licencia Creative Commons.