En el corazón de la Cordillera Blanca de los Andes peruanos, el nevado Pastoruri se derrite en forma acelerada. En su último reporte, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) reveló que este glaciar retrocedió 651 metros en cuatro décadas y con más velocidad entre 1980 y 2019, con una pérdida de 23 metros por año. El Pastoruri es un testimonio de cómo el cambio climático está afectando los ecosistemas de alta montaña del mundo, con impactos en el suministro de agua, la biodiversidad y las comunidades que dependen de estos recursos.
Este emblemático glaciar de la región Áncash, que forma parte del Parque Nacional Huascarán, ya no es escenario de competencias de esquí y snowboard a más de 5000 metros de altura sobre el nivel del mar, sino una ruta turística y educativa diseñada por las autoridades para sensibilizar a los visitantes sobre la urgencia de actuar frente al cambio climático. El recorrido incluye una visita a la laguna formada por el derretimiento del Pastoruri justo donde antes se encontraba la cueva de hielo. En su medición de 2017, la Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la ANA reportó esta laguna tenía un volumen de 750 mil metros cúbicos, un espejo de agua de 100 mil metros cuadrados y una profundidad de 22 metros.
“Los visitantes llegan hoy a ver cómo se extingue el Pastoruri. Fue por mucho tiempo el glaciar más accesible de la Cordillera Blanca, recibió muchas visitas para escaladas en hielo, pero sin visión de conservación”, dice Beto Pintado, integrante de la Asociación de Guías Oficiales de Montaña del Perú, fundada en 1980 en Huaraz, capital de la región Áncash. La mayoría de los guías de montaña formados en el país trabajó en el Pastoruri, pero varios han tenido que buscar nuevas oportunidades de empleo en otros ecosistemas de montaña locales y en el extranjero.
Según el Ministerio del Ambiente, el 71% de los glaciares tropicales del mundo se encuentra en Perú. “Estos ecosistemas frágiles prestan valiosos servicios ambientales: ayudan a regular el clima y actúan como una reserva clave de agua dulce. Sin embargo, entre 1962 y 2016, nuestro país perdió 1,284 km2 de superficie glaciar, lo cual equivale a un 53.56% del área total”, señala el estudio “Las Cordilleras Glaciares del Perú”, elaborado por el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM). De acuerdo con esta misma investigación, la Cordillera Blanca, donde se ubican 722 glaciares, perdió el 38.20% (277.45 km2) de su superficie glaciar en ese periodo.
Entre los glaciares de la Cordillera Blanca, el Pastoruri está entre los que más rápido se derritió: sólo entre 1995 y 2016, perdió el 60% de su superficie glaciar, según datos de la ANA.
El análisis de los cuatro inventarios históricos de glaciares, desarrollado por investigadores del INAIGEM, muestra una tasa de retroceso glaciar de 4.97 km2/año. Su proyección es que a este ritmo y bajo las condiciones climáticas actuales los glaciares desaparecerían el 2111.
Drenaje ácido de roca (DAR)
Un glaciar de montaña se forma por la acumulación de capas de nieve. Al comienzo, las microgotas de agua congelada en la atmósfera caen a una superficie, se convierten en copos de nieve y se recristalizan debido a los cambios de temperatura. Y ya no son copos sino neviza. La misma que se acumula en capas que finalmente son el hielo glaciar. Un hielo que en el Pastoruri es cada vez más delgado.
En 2017, el especialista en hidrología y glaciología Alexzander Santiago Martel hizo un estudio sobre la reducción del espesor del hielo del Pastoruri: tres metros en solo un mes ese año. Otra investigación del ingeniero ambiental Enver Melgarejo Romero, de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo de Áncash, muestra una cifra similar, un retroceso de tres a cuatro metros durante los meses de septiembre y noviembre de 2019.
La Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la ANA ha ido documentando en los últimos veinte años un partimiento del Pastoruri en cuatro bloques. Además, a inicios del 2000, documentó la desaparición de la cueva de hielo que se convirtió en una laguna. Consultada para este reportaje, esta unidad indicó que se ha proyectado que en 2024 desaparezca un sector del nevado que abarca los 8.797 metros cuadrados.
El problema de la deglaciación del Pastoruri no solo es el retroceso de la nieve, también la contaminación del agua que este proceso genera. Cuando se derrite el hielo y la roca de montaña queda expuesta a la intemperie, se produce un fenómeno conocido como drenaje ácido de roca (DAR). Allí empieza la oxidación y eliminación de minerales que contaminan cuerpos de agua que se alimentan del glaciar. “Los procesos naturales de drenaje ácido de roca afectan la calidad del agua, del suelo y de los ecosistemas dónde se desarrolla, pudiendo llegar estos impactos aguas abajo”, explica una investigación del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet).
Este estudio, que analizó el agua de 12 manantiales y 22 lagunas, encontró que la disolución del mineral pirita presente en las formaciones rocosas del nevado produjo dióxido de silicio, hierro, aluminio, magnesio, manganeso, zinc, cobalto y níquel, los cuales se encuentran en el agua que finalmente es usada por la población.
—Todos estos cuerpos de agua son drenajes de agua ácida porque todo el sistema glaciar se encuentra sobre una superficie geológica mineralizada—, explica la Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la ANA.
Factores que aceleran el deshielo
Los informes del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) han documentado un aumento global de la temperatura y señalado que las regiones montañosas, que incluyen los Andes peruanos, están experimentando un calentamiento más acelerado que el promedio mundial. Esto ha llevado a la reducción de los glaciares.
La Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la ANA recoge estos datos e incluye también el problema de los incendios forestales como otro factor que genera la pérdida significativa de masa glaciar. Durante un incendio, se liberan partículas que son transportadas por el viento y acaban depositándose sobre los glaciares. Estas partículas oscurecen la superficie del hielo, lo que disminuye su capacidad para reflejar la luz solar (un fenómeno conocido como reducción del albedo). Esto provoca que el glaciar absorba más calor y se derrita más rápido.
¿Qué más influye en el derretimiento del Pastoruri? La investigación de Enver Melgarejo, de la Universidad Santiago Antúnez de Mayolo lo explica de esta forma: “la temperatura ambiental, humedad relativa y la radiación ultravioleta, en cierta medida, tienen relación con los cambios que se evidencian en el glaciar debido a la sensibilidad en el tiempo que manifiestan estos cuerpos ante las variables indicadas”. En resumen, los científicos están estudiando cómo interactúan estos factores para entender mejor la dinámica térmica, es decir, cómo el calor y el entorno del glaciar influyen en su derretimiento.
Otra investigación de los geólogos Julio Gonzales, Jesús Vizcarra y Wilmer Sánchez, publicada en el boletín de la Sociedad Geológica del Perú, señala que la causa principal del retiro acelerado del Pastoruri “se debe al carbón mineral contenido en la masa glaciar. Y probablemente algunos glaciares de la cordillera Blanca sufran el mismo proceso”.
De acuerdo a este estudio, en el Pastoruri, las rocas están formadas por capas delgadas de areniscas (un tipo de roca sedimentaria) intercaladas con lutitas negras, que son rocas más suaves que contienen carbón. Además, este glaciar está recibiendo partículas de carbón en su superficie debido al viento. Estas partículas provienen de las "morrenas", que son acumulaciones de sedimentos formados por la erosión del glaciar sobre las rocas de su base. Es decir, el carbón que se encuentra en las rocas cercanas está siendo erosionado y depositado en el glaciar, afectando su superficie.
Los demás glaciares de la Cordillera Blanca podrían estar experimentando un proceso similar de contaminación por partículas de carbón. Otra fuente que se está investigando son las partículas de carbono negro (hollín) que podrían venir tanto de la Amazonía peruana como de Brasil, ya sea por actividades industriales o incendios forestales, y que son transportadas por el viento hacia los glaciares. Para entender mejor de dónde vienen estas partículas, los investigadores sugieren hacer estudios especiales, como análisis isotópicos, que sirven como una herramienta para identificar el origen y los procesos que han influido en las partículas en un glaciar.
Ante el rápido derretimiento de los glaciares, que resulta en una disminución de la cantidad de agua que estos almacenan, los geólogos Julio Gonzales, Jesús Vizcarra y Wilmer Sánchez plantean la posibilidad de construir presas en los valles donde antes se ubicaban para mitigar los efectos de la reducción de la reserva hídrica.
La deglaciación del Pastoruri ha dado lugar a la formación de una laguna en la parte baja de la montaña. “Esta fuente de agua alimenta los ríos que bajan de la Cordillera Blanca y tendría que estudiarse cómo reducir su acidez y contenido de metales pesados para que las comunidades de Áncash puedan usarla tanto para consumo humano, como en su ganado y riego de cultivos”, explican los autores.
El Pastoruri es un glaciar de montaña que en sus faldas convive con la comunidad campesina de Cátac, en la provincia de Recuay, a 35 kilómetros al sur de Huaraz. Por muchos años, fue el sitio turístico más popular del Parque Nacional Huascarán. Ahora es el punto principal de uno de los circuitos creados por el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernanp), la Municipalidad de Cátac y la comunidad. Una parada para que los visitantes se detengan a pensar en el impacto creciente del calentamiento global.