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¿El cambio climático está en su punto más crítico? Esto es lo que dicen los especialistas

The Lancet Countdown lanzó su último reporte sobre el cambio climático y su impacto en nuestra salud. Explicamos los aspectos más preocupantes para enfrentar la crisis ambiental.

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Hay cada vez más evidencia sobre los vínculos entre el cambio climático y la salud de las personas. La séptima edición del Informe Global 2022 The Lancet Countdown, publicado hace unos días, revela que en 2020-2021 hubo importantes impactos en la salud de distintas poblaciones debido a olas de calor, eventos extremos, enfermedades emergentes y, sobre todo, la quema de combustibles fósiles.

"Son los resultados más graves hasta la fecha”, concluyen los casi 100 especialistas. “Con 1.1°C de calentamiento, el cambio climático está socavando cada vez más los pilares de la buena salud y agrava los impactos de la actual pandemia de Covid-19 y los conflictos geopolíticos”.

El reporte muestra la evidencia disponible a partir de métricas actualizadas para monitorear cada año cómo cambian los impactos del cambio climático en la salud. En esta edición, por ejemplo, añadieron nuevas formas de medir el impacto de la temperatura extrema en la inseguridad alimentaria; la exposición al humo de los incendios forestales; la contaminación del aire en los hogares; así como la alineación de la industria de los combustibles fósiles con un futuro saludable.

Para Marisol Yglesias-Gonzalez, investigadora del Centro Clima y una de las autoras del reporte, “expone los daños a la salud resultantes de la actual adicción a los combustibles fósiles, los impactos interconectados y amplificados del cambio climático sobre la salud, así como los peligros de retroceder en los compromisos climáticos y responder a estas crisis de forma aislada”.

A pesar de ello, la misma académica reconoce que también incluye buenas noticias. Una de ellas es que la salud se ha vuelto cada vez más relevante en el debate público y científico sobre cambio climático. La cobertura mediática de salud y cambio climático alcanzó un récord de 14.474 artículos en 2021, un aumento del 27% respecto a 2020. También hubo un incremento de más del 20% en artículos científicos que investigaron ese tema en 2021, comparado con 2020.

"A nivel de los gobiernos, hubo una mayor participación de los líderes mundiales, con el 60% de los países llamando la atención sobre el cambio climático y la salud en el Debate General de la ONU de 2021, probablemente debido a una mayor conciencia a raíz de la pandemia de Covid-19”, dice Yglesias-Gonzalez.

Otra buena noticia es que el nivel de evidencia sobre los impactos que tiene el cambio climático en la salud de las personas ha ido en aumento, dejando cada vez menos dudas de que a medida que el planeta se calienta los riesgos aumentan, especialmente para quienes viven en lugares más vulnerables a los estragos del clima y con menos acceso a servicios de salud de calidad.

Pero lo sorprendente es que, a pesar de esa evidencia, hay muchas cosas que no han cambiado. Este informe nos muestra que los gobiernos continúan subsidiando los combustibles fósiles por sumas astronómicas, en muchos casos iguales o mayores a los presupuestos de salud. Mientras que hay una profunda falta de financiación que socava una transición justa y equitativa hacia sistemas energéticos saludables, asequibles y sin emisiones de carbono.

¿Cuáles son los puntos más importantes del informe? En Salud con Lupa destacamos cuatro de ellos.

El calor extremo mata

Uno de los datos más importantes del informe es que en 2000 y 2021 las temperaturas medias a las que los seres humanos estuvimos expuestos durante las estaciones de verano fueron de 0 a 6 °C más altas que la media de 1986-2005.

Este aumento en la temperatura tiene un impacto directo en la salud de las personas, especialmente en recién nacidos, mujeres embarazadas, adultos mayores y quienes trabajan al aire libre.

Los estudios revisados por el grupo de especialistas revelan que la exposición al calor extremo se asocia con problemas de salud como: lesión renal aguda, insolación, problemas en el embarazo, empeoramiento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, cambios en los patrones de sueño y afectaciones en la salud mental.

Muchas de estas afectaciones pueden llevar a la muerte. El informe revela que “las muertes anuales relacionadas con el calor en personas mayores de 65 años aumentaron un 68% entre 2000-2004 y 2017-2021”.

La exposición al calor extremo también tiene un impacto en la vida de las personas porque, en muchos casos les impide salir, hacer ejercicio o trabajar. El reporte dice que esta exposición provocó la pérdida de 470.000 millones de horas potenciales de trabajo en todo el mundo en 2021, muchas de ellas en el sector agrícola, que significaron pérdidas de ingresos equivalentes al 0.72% de la producción económica mundial.

Además, un elemento relacionado con el calor extremo es el uso de aire acondicionado, que tuvo un aumento del 66% en 2020 respecto al 2000, según el reporte. Hoy, un tercio de los hogares del mundo tienen uno, lo cual implica un importante impacto en el ambiente: en 2020 el uso de aire acondicionado fue responsable de 0.9 gigatoneladas de emisiones CO2, una señal de que al mundo le urgen métodos de enfriamiento más eficientes y menos contaminantes.

Poco cuidado de la salud mental

El Informe Global 2022 The Lancet Countdown incluye un apartado especial para la salud mental y explica que el aumento agudo de la temperatura, las olas de calor y sus efectos en la producción agrícola, la escasez de agua y alimentos, están provocando presiones de diversa índole en los individuos.

Se han visto, dice el reporte, que esas situaciones están asociadas con el aumento de estrés, afectaciones en las relaciones familiares, aumento de conflictos, violencia, migración, así como abuso de sustancias, depresión y suicidio, que suceden especialmente en poblaciones marginadas y vulnerables, como personas mayores, grupos indígenas, mujeres, minorías étnicas y jóvenes. Hay que sumarle conceptos emergentes de emociones detonadas por el cambio climático, como la solastalgia, la eco-ansiedad y el duelo ecológico.

Aunque los autores y autoras del reporte subrayan que las políticas climáticas deben considerar el bienestar mental, “sólo el 28% de los países dicen tener un programa funcional que integra la salud mental y el apoyo psicosocial en la preparación y la reducción del riesgo de catástrofes”, por lo que es una de las tareas más acuciantes en el corto plazo.

Menos alimentos, menos salud

Otro dato importante de este Informe Global 2022 es que las temporadas de crecimiento de diversos cultivos fueron más cortas en 2021, en comparación con el periodo 1981-2010 debido a los cambios de temperatura. Por ejemplo, la temporada del maíz se redujo 9.3 días; el arroz, 1.7 días; y el trigo, 6 días. Además, en 2020 hubo 98 millones más personas que pasaron hambre de moderada a grave, respecto a 1981-2010.

Los especialistas explican que los efectos extremos del clima tienen un impacto claro en la producción de alimentos y, en consecuencia, el bienestar de las personas. Por ejemplo, las olas de calor, las sequías y los incendios forestales “pueden dañar los cultivos y las tierras agrícolas, y afectar al ganado”, dicen. También pueden detonar la propagación de plagas y enfermedades de los cultivos y el ganado, lo que provoca pérdidas de producción.

En el ámbito marino también hay consecuencias. El reporte se basa en diversos estudios en el que el aumento de la temperatura del agua y la acidificación de los océanos afecta las poblaciones de peces, lo que merma el suministro de alimentos marinos. Por otro lado, “el aumento del nivel del mar y la intrusión de agua marina pueden provocar la salinización del suelo y la pérdida de cultivos”. Todo esto dificulta significativamente el suministro de alimentos.

Además de los efectos del cambio climático, las restricciones impuestas por los gobiernos durante la pandemia por Covid-19 y la invasión de Rusia en Ucrania, dos países que en conjunto solían suministrar alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y el 20% del maíz, agravaron aún más la inseguridad alimentaria.

La quema de combustibles continúa

Un tema central en el Informe Global 2022 The Lancet Countdown es el energético. La quema de combustibles fósiles no se ha reducido; por el contrario, en 2021 las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles aumentaron 6%.

Los combustibles fósiles son un tema de salud porque sus emisiones “contribuyeron a 1.3 millones de muertes por exposición a PM2.5 en el ambiente en 2020”, muestra el reporte. Respirar ese material particulado y en general aire contaminado está asociado con diversas enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como con la disminución del funcionamiento pulmonar, cáncer de pulmón, diabetes y desórdenes neurológicos.

“Lo que me parece más alarmante es que los gobiernos y empresas continúan priorizando a la industria de los combustibles fósiles en detrimento de la salud de las personas”, dice Yglesias-Gonzalez. “Los datos de este año muestran que las compañías de combustibles fósiles están siguiendo planes que conducirían a emisiones que superan ampliamente los objetivos del Acuerdo de París; si se cumplen, sus estrategias podrían encerrar al mundo en un futuro fatalmente más cálido con impactos catastróficos para la salud”.

Este Informe Global hace un llamado a las autoridades nacionales y municipales: “No están actuando con la suficiente rapidez y la financiación para la adaptación sigue siendo muy insuficiente”. Y queda claro que la falta de acción retrasa los compromisos internacionales para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C, pero sobre todo está permitiendo que cada día haya más impactos en la salud de miles de personas.

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