A pesar de que el consumo de alcohol está identificado como una causa de cáncer desde finales de los ochenta, con el aumento en su consumo durante la pandemia varios especialistas alertan que la población que bebe alcohol de manera frecuente, incluso aquella que lo hace en pequeñas cantidades, podría aumentar su riesgo de padecer diversos tipos de cáncer.
Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), en el que aplicaron una encuesta en línea a jóvenes mayores de 18 años de 33 países y dos territorios de la región, muestra que el confinamiento causado por la pandemia por covid-19 propició el aumento del consumo de alcohol en todos los países. El estudio reportó que la cuarentena no aumentó la frecuencia con la que las personas consumieron alcohol en exceso, pero sí su consumo social, cuando estaban conectadas en línea, e incluso en presencia de niños, cosa que no sucedía tan amenudo en los años pre pandémicos.
Según la OPS, hubo una mayor frecuencia en el consumo de alcohol, a pesar del cierre de los establecimientos que lo vendían, debido a que aumentaron las tasas de ansiedad, temor, depresión, aburrimiento e incertidumbre durante. Y también porque se relajaron varias de las medidas para controlarlo. Timothy Naimi, miembro del comité asesor de las directrices dietéticas de Estados Unidos, dijo al New York Times que durante la pandemia se pasaron por alto dos mensajes clave respecto al alcohol: que es una sustancia peligrosa y que beber menos es mejor que beber más en todos los niveles de consumo. "Este es un punto especialmente clave en la época de Covid y vacaciones, en la que ha aumentado el consumo y se han relajado importantes políticas de control del alcohol", dijo Naimi.
Especialistas como él apuntan que esta ingesta de alcohol podría volverse un problema serio de salud pública, no solo por la asociación entre cáncer y alcohol, que se conoce desde hace décadas, sino por la posibilidad de que esos hábitos permanezcan entre la población, incluso después de que la pandemia termine.
La evidencia sobre el alcohol como causa de cáncer
Hay diversos estudios que plantean esta asociación, pero en los últimos años se han publicado los análisis más grandes y que toman en cuenta periodos de tiempo más largos. Por ejemplo, en 2021, se publicó un estudio que analizó la proporción de casos de cáncer y de muertes atribuibles al consumo de alcohol en Columbia, Estados Unidos, de 2013 a 2016.
Los resultados muestran que el alcohol causa 75,199 casos de cáncer y 18,946 muertes por la enfermedad al año en todo el país. Específicamente en el Departamento de Columbia, la proporción de casos de cáncer en hombres y mujeres atribuibles al alcohol varía del 2.9% en Utah al 6.7% en Delaware; mientras que las muertes debido al alcohol van del 1.9% al 4.5%.
Otro revelador estudio publicado en The Lancet muestra que tan solo en 2020 hubo 740 mil nuevos tumores a causa del alcohol en todo el mundo; tres de cada cuatro casos suceden en hombres y la mayor incidencia ocurre en países de Asia oriental y Europa central y oriental, como Mongolia, Rumania, China y Rusia.
En América Latina, son pocos pero hay estudios en esa misma línea. A principios de 2022, un grupo de investigadores argentinos analizó los casos de cáncer atribuibles al alcohol en Argentina y encontró que en los hombres, el 3,7% de todas las muertes por cáncer fueron atribuibles al consumo de alcohol, mientras que en las mujeres fue el 0,8%.
“Si los bebedores moderados [hasta dos tragos al día] cambiaran a un consumo ligero, se evitaría el 46% de las muertes por cáncer y los años por discapacidad atribuibles al alcohol, frente a sólo el 24% de reducción de muertes si quienes beben en exceso cambiaran a un consumo moderado”, explican los autores.
Así es como el alcohol puede provocar cáncer
A pesar de que no se conoce por completo cómo es que el alcohol podría provocar el desarrollo de un cáncer, existe la hipótesis de que sucede cuando nuestro metabolismo descompone el etanol (que es como se le llama al alcohol etílico), en acetaldehído, el cual puede causar daños en el ADN, la molécula que contiene toda nuestra información genética.
Pero hay otros mecanismos por los que el alcohol puede provocar cáncer, por ejemplo puede aumentar la concentración de estrógenos, hormonas sexuales relacionadas con el cáncer de mama; también generar moléculas químicamente reactivas que contienen oxígeno y que también pueden dañar el ADN, así como las proteínas o grasas básicas para que nuestro cuerpo sobreviva; el alcohol también puede deteriorar la capacidad del organismo para descomponer y absorber nutrientes, como las vitaminas A, B, C, D y E , que pueden estar asociados al riesgo de padecer cáncer.
“Las pruebas indican que cuanto más alcohol bebe una persona -sobre todo cuanto más alcohol bebe regularmente a lo largo del tiempo- mayor es su riesgo de desarrollar un cáncer asociado al alcohol. Incluso los que no toman más de una bebida al día y los bebedores compulsivos (los que consumen 4 o más bebidas para las mujeres y 5 o más bebidas para los hombres en una sola sesión) tienen un riesgo ligeramente mayor de padecer algunos cánceres”, afirma el sitio del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos.
La evidencia sobre los tipos de cáncer que son más atribuibles al alcohol varía. Mientras que los estudios sobre la asociación entre alcohol y el cáncer de estómago, pulmón o esófago no son consistentes, en otros casos el riesgo está más claro. Es el caso del cáncer de colon, hígado o mama. Por ejemplo, un meta análisis con 53 estudios epidemiológicos (58.515 pacientes con cáncer de mama) mostró que el riesgo relativo de padecer cáncer de mama es de 1.32 para las mujeres que consumen de 35-44 gramos al día (entre 3 y 4 copas) y de 1.46 para quienes conumen más de 45 gramos al día (más de 4 copas). Lo sorprendente del estudio es que muestra que ese riesgo aumenta 7.1% cada vez que se consumen 10 g aidicionales a la ingesta diaria de alcohol. Otro resultado interesante es que no encontraron diferencias ni en el tipo de bebidas alcohólicas, ni entre mujeres fumadores y no fumadoras.
La resistencia a abandonar el alcohol
Uno de los principales desafíos para controlar la ingesta de alcohol y, en consecuencia, la aparición de casos de cáncer, es la percepción generalizada de que el consumo moderado de alcohol puede tener efectos positivos para la salud.
Todos hemos escuchado, por ejemplo, del efecto “antioxidante” que causa beber una copa de vino diariamente o de la riqueza en vitaminas y antioxidantes que puede tener la cerveza o del poder del alcohol para reducir el riesgo de un paro cardíaco. Son ideas propiciadas, en muchos casos, por la industria de bebidas alcohólicas, o de guías alimenticias obsoletas.
A la fecha no existe evidencia de que el consumo de alcohol, aún el más moderado, tenga un efecto benéfico para la salud. Por el contrario, se ha identificado su asociación con el cáncer de colon, mama e hígado; también hay estudios de que podría aumentar el riesgo cáncer en la cavidad oral, garganta y faringe si se combina con el cigarrillo. No solo eso. El estudio publicado en The Lacent alertó que el 15% de todos los casos de cáncer en el mundo ocurren entre bebedores moderados, es decir quienes no beben más de dos copas al día.
“Nuestro estudio pone de manifiesto la contribución de incluso cantidades relativamente pequeñas de alcohol en el número de casos de cáncer, lo cual es preocupante, pero también sugiere que pequeños cambios en el comportamiento del público con respecto a la bebida pueden tener un impacto positivo en las futuras tasas de cáncer", señalan los autores. Esto significa que no hay cantidad de alcohol “mínima saludable” ni inofensiva y que las estrategias de los gobiernos deben enfocarse en cualquier persona que consuma alcohol, no solo en quienes beben en exceso.