La industria de productos naturales ha crecido en el Perú, pero carece de reglas claras y controles suficientes. En 2017, la Escuela de Marketing de la Universidad ESAN reportó que había más de 150 empresas peruanas en este mercado; es decir, más del triple de las que había hace 13 años. El problema es que varios fabricantes promueven sus productos como “medicinas naturales” cuando solo tienen el registro sanitario de alimentos de consumo humano.
Salud con lupa hizo una revisión de cuatro populares productos naturales que pertenecen a igual número de empresas: las cápsulas de moringa de Bionaturista; los comprimidos de uña de gato de Kaita, el extracto de graviola de Natural Plus y el polvo de cartílago de tiburón de Fitosana. Como mostramos en las fichas y fotografías que acompañan esta nota, las etiquetas de estos productos contienen datos que les atribuyen propiedades terapéuticas que van desde la cura de úlceras hasta el control del cáncer. Sin embargo, sus registros sanitarios dicen algo totalmente diferente. Ninguna de esas supuestas cualidades curativas está sustentada en evidencia científica sólida.
“Utilizado para el tratamiento del cáncer y la artrosis”, se lee en el envase del polvo de cartílago de tiburón de la empresa Bionaturista. De igual modo, el extracto de graviola de Natural Plus se promociona como un “producto anticanceroso, antioxidante y antitumoral”, con un registro sanitario de alimento que ya venció, como consta en la base de datos de estos productos del Ministerio de Salud.
Se promociona como:
“Super alimento, rico en calcio, potasio, hierro, vitamina A, vitamina C y proteínas y antioxidante natural. Ayuda a bajar de peso de manera natural, al buen funcionamiento de los riñones, regula el azúcar en la sangre, mejora el funcionamiento del sistema digestivo y evita el estreñimiento. Reduce el colesterol malo, mejora la circulación y refuerza el sistema inmunológico del cuerpo”.
Revisión:
La moringa oleifera es una especie de árbol originaria del norte de India. La Universidad Autónoma de México (UNAM) es uno de los centros académicos que más ha estudiado sus propiedades. Sus investigaciones confirman que las hojas de este árbol contienen altas cantidades de proteínas, son fáciles de digerir y aportan aminoácidos esenciales. Sin embargo, su contribución a la prevención de enfermedades aún debe corroborarse con investigación y estudios clínicos aplicados en seres humanos.
En el estudio Moringa Oleifera: un árbol multiusos para las zonas tropicales secas, los investigadores Mark Olson, del Instituto de Biología de la UNAM, y Jed Fahey, de la escuela de medicina de la Universidad Johns Hopkins, advierten que la mayoría de indagaciones sobre las propiedades medicinales de la moringa se han realizado in vitro o en animales.
“La moringa se vende en pastillas y polvo para bebidas que pueden tener un valor nutritivo, pero su eficacia en el tratamiento del cáncer, la diabetes y la hipertensión en humanos aún no tiene respaldo de pruebas clínicas”, señaló el doctor Mark Olson.
A lo largo de este análisis identificamos tres términos y conceptos claves que los usuarios deben tener claros cada vez que les pretenden vender un maravilloso producto que supuestamente previene y cura todos los males. El primer término es medicamento herbario. El Ministerio de Salud lo define como “un producto medicinal elaborado con preparaciones herbarias, presentado en forma farmacéutica, que posee actividad terapéutica y cuya eficacia, seguridad y calidad han sido demostradas científicamente ante la autoridad competente”. Un medicamento herbario requiere un registro sanitario emitido por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid).
Por ejemplo, la Digemid acreditó que la uña de gato fabricada por las empresas Algas Marinas, Hersil, País y Vida, Laboratorio Portugal, Laboratorio Induquimica y Laboratorios Farmacéuticos Markos posee propiedades medicinales antiinflamatorias. En consecuencia, le otorgó a cada empresa su respectivo registro. “Esto no significa que la uña de gato pueda curar alguna enfermedad, sino que debe usarse como complemento de un tratamiento médico y en dosis prescritas”, aclaró la químico farmacéutica Ana Silva, exdirectora ejecutiva de la Dirección de Productos Farmacéuticos de la Digemid en respuesta a un cuestionario escrito enviado por Salud con lupa.
Se promociona como:
“producto utilizado para el tratamiento del cáncer y la artrosis”.
Revisión:
La evidencia consignada en los estudios recopilados por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos demuestra que el cartílago de tiburón es ineficaz como tratamiento contra el cáncer. Tampoco hay evidencia de que tenga propiedades terapéuticas para controlar la artrosis. A las mismas conclusiones llegaron dos estudios de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Según Lisa Merly, investigadora de inmunología marina y conservación de tiburones de la Universidad de Miami, las empresas que venden cartílago de tiburón en diferentes presentaciones argumentan que este producto cura el cáncer porque los tiburones no padecen esta enfermedad. Eso tampoco es cierto, como puede comprobarse en estudios tan antiguos como uno publicado en 1969.
En el 2005, el doctor Joel B. Finkelstein publicó un trabajo titulado “Los tiburones contraen cáncer: pocas sorpresas en la investigación”. Su estudio concluye que el interés público en el cartílago de tiburón ha sido impulsado más por el marketing que por la ciencia.
Se promociona como:
“producto que combate las úlceras, artritis y prostatitis”.
Revisión:
La Digemid reconoció la uña de gato como medicamento herbario en 2013, pero la mayor parte de las propiedades terapéuticas que se le atribuyen no tienen sustento científico. “No cura ni sirve para controlar los resfríos, el cáncer, el VIH ni otras infecciones”, aclara el área de Autorizaciones Sanitarias de la Digemid. Los estudios e investigaciones disponibles evidencian que el consumo de uña de gato en extracto –como parte de un tratamiento contra enfermedades reumáticas– solo tiene efectos antiinflamatorios.
La empresa Kaita no está en el grupo de empresas que acredita propiedades terapéuticas a sus cápsulas de uña de gato. Esta compañía acumula dos sanciones en el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) por sus productos Energy K y Factor K debido a que se ofrecían como bebidas energizantes instantáneas cuando solo tenían un registro sanitario aprobado como harina triple y harina de soya, respectivamente.
El segundo término que es importante conocer es producto natural de uso en salud. Este consiste en “una elaboración industrial, simple o compleja, basada en uno o varios recursos naturales que tienen virtudes terapéuticas basadas en una historia ancestral de reconocimiento y uso entre las poblaciones indígenas de una o varias culturas tanto en el ámbito nacional como internacional”. El Ministerio de Salud aclara que el término “uso tradicional” no puede ser incluido en un producto si el fabricante no acredita con pruebas documentales que la sustancia ha sido utilizada durante tres o más generaciones con un fin concreto, medicinal o relacionado a salud. Por eso, durante el trámite del registro sanitario de un producto natural de uso en salud, las empresas están obligadas a presentar a la Digemid un expediente que incluye un estudio de toxicidad aguda y metales pesados del producto, evidencia del uso tradicional del principio activo o asociación del producto y pruebas de seguridad.
El tercer término es producto alimenticio y se refiere a un alimento industrializado en diversas presentaciones (bebidas, polvo para batidos, galletas, etc). Así lo define la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), dependencia del Ministerio de Salud que supervisa a las empresas de alimentos de consumo humano. Un producto alimenticio puede contener ingredientes de origen vegetal y animal, como es el caso de los caramelos de uña de gato y el polvo para batidos que incluye cartílago de tiburón o espirulina (alga de color verde o azul famosa por ser una fuente importante de proteínas, vitaminas y minerales). La Digesa determina qué productos entran en esta clasificación y les otorga un registro sanitario. Sin embargo, como vemos en los casos que incluidos en esta nota, algunos fabricantes promocionan sus productos alimenticios como si fueran medicinas, ya que la mayoría de usuarios desconoce el tipo de registro sanitario que posee el producto.
Se promociona como:
“producto anticanceroso, antioxidante, antitumoral”.
Revisión:
La graviola o guanábana es un fruto tropical de la familia de la chirimoya. Durante años se le ha atribuido virtudes antitumorales y de combate de las infecciones. Sin embargo, hasta la fecha no existen estudios científicos de comprueben estas propiedades terapéuticas. Si bien se han realizado investigaciones sobre los efectos de algunos componentes de la graviola para tratar el cáncer, no se han probado sus efectos en seres humanos. Por el contrario, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center advierte que el consumo de graviola debe ser moderado, debido a que las semillas y hojas de este fruto contienen una neurotoxina que puede causar enfermedades neurodegenerativas.
Nota: para esta revisión, buscamos a todas las empresas fabricantes de los productos mencionados. Les enviamos un correo con el fin de recoger sus argumentos sobre las propiedades terapéuticas y registros sanitarios de sus productos, pero hasta el cierre de esta edición ninguna respondió.