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¿Qué pasa si solo yo uso mascarilla?

Las mascarillas funcionan mejor cuando todas las personas llevan una puesta, pero incluso si quienes te rodean no la usan, tú obtendrás beneficios.

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Aileen Son/The New York Times

Si yo soy la única persona que lleva mascarilla en una tienda o en otro espacio interior ¿estoy protegida del contagio?
Es verdad que las mascarillas funcionan mejor cuando todos las usan. Eso se debe a que la mascarilla que lleva una persona infectada detiene la propagación viral en su origen, al atrapar un gran porcentaje de las partículas infecciosas exhaladas por la persona. Así habría menos partículas virales flotando por el ambiente y cualquier partícula que logre escapar posiblemente sería bloqueada por las mascarillas de las otras personas.

Pero también hay suficiente evidencia que muestra que las mascarillas protegen a quienes las usan incluso cuando los demás van con el rostro descubierto. La cantidad de protección depende de la calidad de la mascarilla y de su ajuste. Durante un brote en un hotel en Suiza, por ejemplo, varios empleados y un huésped dieron positivo al coronavirus. Todos los contagiados que dieron positivo solo usaban escudo facial y ninguno de los que llevaban mascarilla se infectó.

“Los trabajadores de la salud, los científicos que trabajan con microbios malos y los trabajadores que tal vez están expuestos en su trabajo a partículas aéreas dañinas en sus labores se protegen con mascarillas especializadas como las N95, así que sabemos que las mascarillas bien ajustadas y de alta eficiencia funcionan”, dijo Linsey Marr, profesora de ingeniería en Virginia Tech y una de las expertas principales en transmisión viral a nivel mundial.

Varios estudios de laboratorio también han documentado que la mascarilla protege a la persona que la usa. Al revisar las investigaciones, surge una amplia variación en la cantidad de protección registrada para distintos tipos de mascarillas, dependiendo del arreglo del experimento, el tipo de material de la mascarilla y las distintas métricas empleadas para comparar partículas infecciosas.

Pero la conclusión de todos los estudios es que la mascarilla protege a quien lo usa. Aquí están algunos de los hallazgos:

  • Un estudio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) encontró que una mascarilla quirúrgica estándar solo protege al usuario de alrededor del 7,5 por ciento de las partículas generadas por una tos simulada. Pero al ajustar las tiras y plegar los costados dentro de la mascarilla se redujo la exposición en casi 65 por ciento. (Aquí tienes este video para ver el método de ajuste). Tapar la mascarilla quirúrgica con una de tela, una técnica conocida como doble mascarilla, redujo la exposición a las partículas de la tos simulada en 83 por ciento.
  • Un estudio de Virginia Tech examinó la “protección hacia adentro” de las mascarillas hechas en casa, las mascarillas quirúrgicas y los escudos faciales, según el tamaño de las partículas. La investigación mostró que la mayoría de las mascarillas podrían bloquear partículas muy grandes. Pero cuando los investigadores analizaron el tamaño de partículas que es más difícil bloquear, la protección varió entre casi cero (con escudo facial) a alrededor de 30 por ciento (con mascarilla quirúrgica). Marr y sus colegas concluyeron, con base en los resultados, que una mascarilla de tela bicapa hecha de una tela flexible y de tejido apretado combinada con una tercera capa de material filtrante (como un filtro de café o una mascarilla quirúrgica) podría ofrecer una protección adecuada, al reducir 70 por ciento las partículas más penetrantes y atrapar 90 por ciento o más de las partículas más grandes. También encontraron que las tiras que van alrededor de la cabeza proporcionan mejor ajuste que las tiras que se agarran de las orejas.
  • Un estudio realizado en Tokio examinó la capacidad protectora de varios tipos de mascarilla con partículas de coronavirus. Los resultados variaron según si lo que se medía era el ARN viral o el mismo virus infeccioso, pero el estudio mostró que incluso una mascarilla sencilla de algodón brindaba algo de protección (17 a 27 por ciento) al usuario. Las mascarillas médicas tuvieron mejor desempeño, entre ellas la mascarilla quirúrgica (47 a 50 por ciento de protección), una N95 holgada (57 a 86 por ciento de protección) y una N95 bien sellada (79 a 90 por ciento de protección).
  • Mientras que muchos estudios de laboratorio prueban las mascarillas con cabezas de maniquí, un estudio de 2008 empleó a personas para medir la efectividad de las mascarillas contra un virus respiratorio. Los participantes en el estudio llevaron distintos tipos de mascarillas con receptores especiales que podían medir la concentración de partículas en ambos lados de la mascarilla. En su estudio, las mascarillas de tela redujeron la exposición en 60 por ciento, las quirúrgicas en 76 por ciento y las N95 en 99 por ciento.
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Shutterstock

Si bien todos los estudios de laboratorio muestran que una mascarilla puede proteger a quien la usa, el rendimiento de las mascarillas en el mundo real depende de una serie de variables, incluida la frecuencia con la que las personas los usan, si una persona se encuentra en situaciones de alto riesgo y la tasa de infección en la comunidad. Un estudio danés que contó con 6000 participantes, a la mitad de quienes se les dijo que usaran mascarillas, no mostró un beneficio por el uso de máscaras, pero el estudio ha sido ampliamente criticado por su diseño deficiente.

El resumen de todos los estudios es que las mascarillas médicas de alta calidad —como las N95, KN95 o KF94— funcionan mejor. Aunque la vacunación es la mejor protección contra la COVID-19, incluso las personas inmunizadas deberían evitar las multitudes o estar en compañía de grupos grandes en interiores si no se conoce el estado de vacunación de los demás. Debido a que la variante delta es mucho más contagiosa que las otras variantes, Marr recomienda usar la mascarilla de mayor calidad posible cuando no puedes mantener la distancia en exteriores o en caso de que nadie a tu alrededor lleve mascarillas.

“Si me encuentro en una situación en la que solo cuento con mi mascarilla para protegerme —porque tal vez haya personas sin vacunar, está concurrido o no sé cómo se ventila el lugar— debería llevar la mejor mascarilla de mi guardarropa, la cual es una N95”, dijo Marr. “Debido a que la variante delta ha probado transmitirse mucho más fácilmente y debido a que las personas vacunadas pueden transmitirla, necesitamos usar la mejor mascarilla posible en las situaciones de alto riesgo”.


Tara Parker-Pope es columnista de salud, comportamiento y relaciones. Es la editora fundadora de Well, el galardonado sitio de salud para el consumidor del Times. @taraparkerpope | Facebook

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