Todos sabemos que convertirse en doctor no es tarea sencilla. Elegir estudiar la carrera de Medicina implica aceptar un largo compromiso de entrega y esfuerzo desde un inicio. Y la mayoría de estudiantes lo hace con gusto y convicción. Sin embargo, durante la pandemia, los sacrificios que hacen los estudiantes de medicina se han convertido en abusos de parte de las instituciones encargadas de protegerlos. Muchos de ellos no reciben sus sueldos desde hace más de tres meses, no cuentan con el debido Equipo de Protección Personal para evitar el contagio, se exponen a diario sin tener seguro médico y, ahora, no son incluidos en la lista de vacunación de los centros donde trabajan.
“Siento que el Minsa y la universidades se están aprovechando de nuestro deseo de terminar la carrera. Piensan que seguiremos trabajando en cualquier condición porque ya nos falta muy poco para titularnos”, dice Jazmín Sánchez, estudiante de medicina y Secretaria de internado de la Federación Peruana de Estudiantes de Medicina Humana. Jazmín tiene 26 años y ha dedicado los últimos diez a prepararse para convertirse en doctora. En esta entrevista nos cuenta sobre el compromiso que tienen sus compañeros con su profesión, aún en estos días donde les ha tocado presenciar la corrupción de algunos de sus más entrañables maestros.
Jazmín, nos hemos enterado de algunas denuncias que están haciendo varios estudiantes de medicina. ¿Cuál es el mayor problema que ahora afrontan?
Todos los estudiantes de medicina queremos terminar nuestro último año, ya nos falta muy poco para terminar las prácticas y conseguir el título. Además, queremos concluir nuestra educación como se debe, aprendiendo todo lo que tenemos que aprender. Pero, al mismo tiempo, merecemos un mínimo de condiciones para trabajar seguros. Creo que autoridades como el Minsa y las mismas universidades se aprovechan de nuestras ganas de concluir la carrera y saben que seguiremos con el internado como sea. Ya tenemos internos que quieren parar pero también piensan que, si lo hacemos, no nos van a contabilizar las horas de práctica ni reconocerán nada de lo que hemos hecho este último año. Todo lo recorrido sería en vano. Yo llevo siete años y medio estudiando medicina; ahora en abril termino. Además, para ingresar a la San Marcos me preparé durante dos años y medio.
Casi diez años de tu vida invertidos en convertirte en doctora.
Exacto y es muy similar para mis compañeros. Hemos sacrificado y trabajado mucho para llegar acá y ahora que falta meses para terminar pues sentimos la presión de continuar. Además, queremos apoyar en la pandemia porque vemos que faltan manos.
¿Cuál ha sido el rol de los internos de medicina en la pandemia?
En un inicio, en marzo del 2020, se nos mandó a nuestra casa. A mitad de año empezaron a salir indicaciones para poder regresar a los establecimientos de salud. Según decreto del Minsa, los internos no debemos trabajar en áreas Covid pero ahora mismo a todo centro de salud llega gente con Covid. Mediante la Federación Peruana de Estudiantes de Medicina Humana, nosotros insistimos para que el Minsa nos dé los mínimos requisitos para volver a los hospitales. Algunos compañeros que ya estaban trabajando en la pandemia tenían turnos de 24 horas seguidas, un sueldo de cuatrocientos soles al mes, no tenían Equipo de Protección Personal ni seguro médico. Nos movilizamos mucho para conseguir una respuesta. Recibimos muchas denuncias de estudiantes en redes sociales e hicimos bastante presión. Finalmente salió el decreto del Minsa donde se acordaba, por ejemplo, inscribirnos en EsSalud, darnos un seguro de vida y regularizar los sueldos. Sabíamos que el pago iba a tardar, siempre tarda, pero no pensamos que demorarían en cumplir lo otro. Hasta la fecha, muchos compañeros no hemos sido inscritos en EsSalud ni tenemos seguro de vida. Si algo nos pasa, no tendremos donde tratarnos.
¿En qué centro de salud estás trabajando actualmente? ¿Atiendes ahí pacientes Covid?
Ahora estoy en la posta San Sebastian, en Cercado de Lima. Y sí me he visto expuesta a pacientes Covid. Como mencioné, en teoría los internos no deberíamos tratar Covid pero es imposible porque incluso en áreas como ginecología o pediatría ingresan pacientes con diarreas, dolor de cabeza, refriados, les hacemos pruebas y salen positivos. En mi posta tenemos triaje diferenciado para personas con sintomatología de Covid pero aún así el filtro no es muy bueno. Las mismas personas no saben describir bien sus malestares. Es muy complicado ahora evitar la exposición en centros de salud.
Es por eso que así como en su momento exigieron EPP suficiente para atender con menos riesgo, ahora están exigiendo que se les considere en la lista de vacunación. ¿Qué ha dicho el Minsa al respecto?
Es que según la directiva sanitaria del Minsa sobre la vacunación en emergencia, a los estudiantes de medicina de cualquier universidad que estén haciendo prácticas clínicas en cualquier establecimiento de salud se les debe vacunar. Nosotros también somos primera línea y estamos considerados en esta primera etapa de vacunación, pero eso no se está cumpliendo en la mayoría de los casos. Tengo compañeros en el Hospital del Niño y en el Instituto Nacional Materno a los que se les ha negado la vacuna. Y así está sucediendo en muchas postas y hospitales.
¿Tienen en la Federación Peruana de Estudiantes de Medicina Humana un registro de cuántos internos se han contagiado? ¿Alguno ha fallecido?
Esta semana hemos empezado un minicenso a nivel nacional para que los internos nos cuenten cuál es su situación: si se han enfermado, si lo están ahora, qué necesitan. Lo que ocurre es que al cursar nuestro último año pues todos queremos terminar la carrera, y por eso muchos internos han ocultado que se han enfermado, que estaban mal y simplemente han preferido no alertar a sus delegados. Lamentablemente no nos hemos estado comunicando bien. A mí se me rompió el corazón hace unos días cuando me enteré de la muerte de una estudiante de medicina que practicaba en Junín. Nos hemos enterado recién un mes después de su fallecimiento. A la interna no le habían activado el seguro médico ni sus padres sabían que le corresponde un seguro de vida. Ya nos contactamos con ellos para ver en qué podemos ayudarlos. Ahora queremos comunicarnos mejor porque es cierto que nos enteramos más de las denuncias en Lima o las partes urbanas de las regiones donde están nuestros compañeros trabajando.
Jamás imaginaste que tu último año de carrera sería así…
La pandemia nos ha alterado nuestra experiencia hospitalaria. Normalmente el año de internado es difícil por todo lo que aprendes, lo mucho que trabajas y el maltrato que suele suceder con los estudiantes en los hospitales. Pero ahora, además, he visto a muchos de mis maestros morir y los residentes se enferman. No es nada de lo que esperaba. Aún así paso muchas horas atendiendo pacientes y eso es bueno. Esta es una etapa donde se aprende mucho.
¿Cómo han recibido ustedes la noticia de los funcionarios públicos y conocidos que se vacunaron en secreto?
Estamos totalmente indignados. En cuanto a los políticos ya no nos afecta porque nosotros conocemos la corrupción de la que son capaces y no les creemos nada. Pero ver metidos en el escándalo a la San Marcos, que es mi universidad, o a la Cayetano Heredia que destaca en medicina e investigación sí nos ha impresionado. Es una decepción a nivel de nuestros maestros investigadores. Yo tengo amigos que ya son doctores, médicos jóvenes que están realizando su Serum y aún no saben cuándo se les vacunará. Hay residentes aquí en el Hospital Almenara que tampoco han sido vacunados. Esta lista que se ha revelado ha sido la gota que derramó el vaso. Cuando vimos el avión llegar con las vacunas, mis compañeros y yo estábamos emocionados y pensamos “ok, ahora solo es cuestión de esperar”, pero luego explotó el escándalo y pues tenemos un problema más.
¿Qué opinas sobre las justificaciones que han intentado dar algunos de los doctores e investigadores vacunados?
Me sorprende muchísimo que salgan a justificar lo que han hecho. Que digan “así funcionan las cosas” es muy frustrante. Todo profesional en medicina ha llevado cursos de ética. Puedo entender la presión emocional que enfrentaban, la dificultad de tener vacunas disponibles y tener que repartirlas pero que no hayan sido transparentes es demasiado. Yo he rotado en algunos proyectos de investigación de la Cayetano y conozco doctores de la lista. Pilar Mazzeti nos ha enseñado en San Marcos, era venerada por muchos, y verla en esta situación ha sido un gran golpe. Creo que cuando eres docente, tienes un cargo público, pues debes ser un ejemplo a seguir. Ver la corrupción en la salud nos ha desanimado.
Definitivamente todo el personal médico lleva meses soportando un fuerte peso emocional, ¿tienen algún tipo de ayuda para contener sus emociones?
Bueno, las universidades tienen sus programas de mentoria pero es sobre todo para cuando un compañero jala un curso y quieren saber qué pasó. Nada más. De hecho, durante la carrera universitaria la salud mental es algo que se habla en ciertos cursos como psiquiatría y medicina comunitaria. No es algo que hablemos con normalidad. Es que la imagen que nos da la sociedad es la del estudiante de medicina que tiene que trabajar bajo presión, que no se puede cansar, que debe ser líder y fuerte y pues nosotros tratamos de cumplir eso. Creo que en los últimos años se habla más de salud mental pero es un tema que debe tomar relevancia no solo en las universidades sino a nivel nacional.
¿Entonces en tu universidad no habían psicólogos a los que puedas acudir en caso lo necesitaras?
No, como te digo, básicamente era una tutoría si jalabas un curso. En el 2019 yo estuve en el Centro de Estudiantes de Medicina en San Marcos y cuando íbamos a preguntar por el tema de salud mental no teníamos ni un psicólogo. No había personal para esa área. Solo se consiguió para la acreditación, cuando sabían que íbamos a ser inspeccionados y después de esa fecha, se fueron. No había a quién recurrir.
Como mencionas, a los estudiantes de medicina les ha tocado ver a algunos de sus mentores cometiendo un grave error. Además, están trabajando sin las condiciones que les ofrecieron y en continuo riesgo. ¿Cómo hacen para mantener el ánimo?
Decir que tenemos una vocación de servicio puede sonar trillado pero es real para nosotros. Estamos en pandemia y queremos seguir viniendo, no se nos paga pero seguimos trabajando porque nos necesitan. Nosotros vemos que nuestros maestros están muriendo y nos damos cuenta de que faltan manos. Queremos apoyar porque sabemos que esta pandemia nos ha afectado a absolutamente todos. Aunque no se nos valore, queremos seguir viniendo a trabajar. Al mismo tiempo, queremos que se respeten las condiciones acordadas y se detenga el maltrato. Ya tenemos una interna fallecida y dos compañeros en UCI. Yo no cobro nada desde octubre y no tengo seguro médico. Si me pasa algo, no tendré a dónde ir. Con la pandemia muchos han dicho que ven al personal médico como héroes pero no se nos ayuda ni se nos apoya.