El 25 de enero de 2020, Fang Fang comenzó un blog en el que documentaba la vida en Wuhan durante la cuarentena decretada por el coronavirus. Cada noche escribía sobre familiares y amigos y analizaba la evolución de la crisis y la respuesta del Gobierno chino. Su diario se ha convertido en una de las fuentes más importantes para conocer el impacto del virus y ha sido leído por millones de personas en todo el mundo. Su relevancia ha sido recogida por medios como The New York Times, El País y The Guardian.
Fang Fang ha encontrado el coraje para desentrañar lo que estaba sucediendo desde el primer país en enfrentarse a la mayor crisis sanitaria, social y económica de nuestra historia. Su estremecedor testimonio cobra especial valor en tanto que fue capaz de arrojar luz en unos días en que el Gobierno chino se enfrentaba a una amenaza aún desconocida.
La enorme audiencia que han recibido estas páginas llenas de urgencia, honestidad y rabia ha convertido a Fang Fang en una de las intelectuales más necesarias y relevantes surgidas a raíz de esta catástrofe. “En un régimen en el que todo el mundo obedece y en el que la única realidad aceptable es la que dictan los medios oficiales, la labor de testigo de Fang Fang es peligrosa y heroica”, Antonio Muñoz Molina.