Para doña Patricia, llevar el monedero lleno al mercado significa cada vez menos. Lo que antes le alcanzaba para comprar un pollo entero, un kilo de arroz y medio kilo de papa, ahora le alcanza apenas para lo primero. En las últimas dos semanas, sus visitas al mercado Señor de los Milagros, en Ventanilla, no han estado libres de angustia, de la preocupación por ver en riesgo la alimentación diaria de sus tres hijos.
Su respuesta ha consistido en reemplazar algunos productos por otros que le cuesten menos. Relata que ahora, en lugar de comprar un pollo entero, compra una pechuga y menudencia. Con eso hace sopas casi a diario, y ha reducido los guisos en el menú diario. Así le alcanza para comprar otros alimentos como arroz y verduras.
Según los indicadores económicos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el mayor incremento de precios en abril se produjo en el grupo de alimentos. Esto incluye el pan, las carnes, los fideos, los lácteos, el aceite y el azúcar. En definitiva, un golpe severo al consumo de la canasta básica.
La tendencia se ha agudizado este mes. Productos como el arroz, la papa amarilla y el pollo registran alzas importantes en lo que va de mayo, de acuerdo al Sistema de Precios y Abastecimientos SISAP del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
“Este fin de semana, por ejemplo, voy a preparar menestrón con el pollo que estoy comprando ahora. Como está haciendo frío, no cae mal una sopita. Pero también es porque no me alcanza. Hace unos meses podía hacer guisos con carne todos los días. Ahora, con todo lo que ha subido el pollo, ya no puedo. Con 20 soles me alcanzaba para comprar un pollo, papas, verduras, y arroz. Pero ahora un pollo entero te sale más de 20”, lamenta la señora Patricia.
En los mercados populares de la capital ya se sienten los efectos de la anunciada crisis alimentaria que se proyectaba como consecuencia de la escasez de fertilizantes en el mundo. Así lo explica el economista del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes) Miguel Pintado, quien señala la falta de urea como principal factor de riesgo.
Según Pintado, la disponibilidad de urea se ha reducido a la mitad, debido al conflicto entre Rusia y Ucrania. Esto genera problemas para los productores, sobre todo considerando que, en el Perú, cerca de 900 mil hectáreas de cultivos dependen de dicho fertilizante. ¿Qué pasa entonces con el pollo? El maíz y la soya, que le sirven de alimento, han aumentado mucho de precio.
La Asociación Peruana de Avicultura (APA) confirma que el elevado precio del pollo se debe al costo de estos insumos. El último miércoles, además, el presidente de la APA, Julio Favre, recordó que exonerar de IGV productos de la canasta básica no logró que disminuya su precio.
Aquello se ve reflejado en las cifras consignadas por el Midagri. En menos de un mes, el pollo aumentó S/ 1,96 en mercados mayoristas. Del 1 al 25 de mayo, el precio promedio del kilo pasó de S/ 4,46 a S/ 6,42.
Cambio de insumos
Lourdes Díaz, de 41 años, es madre de dos adolescentes que están a punto de terminar el colegio. Para ella también empieza a ser un reto complicado mantener los mismos platos en la alimentación de sus hijas. Desde hace cinco años, acude una o dos veces por semana al mercado El Carmen, en el distrito de San Juan de Lurigancho. Pero ya no compra lo mismo de siempre.
“Mis niñas se quejan porque ya no comemos arroz todos los días. Hemos tenido que dejar de comerlo porque ha subido mucho. Ahora hago más menestras para acompañar la carne, esta semana hice quinua también. Pero mis hijas me reclaman, y yo entiendo, porque de joven también me molestaba cuando mi mamá no cocinaba lo que me gustaba. Me da pena porque ellas son hinchas del arroz”, narra Lourdes.
Para Lourdes ha sido un duro golpe ir al mercado y no encontrar más el arroz de S/ 2,60 por kilo que solía comprar. “Ahora el más barato está 3 soles [el kilo]. Nunca ha estado así el arroz por acá. Uno viene con el mismo presupuesto de siempre, pero no encuentra los precios de siempre como deberían ser. Mi casera dice que es por la crisis”, agrega.
Según el observatorio de precios del Midagri, el precio promedio del arroz en mercados minoristas se incrementó de S/ 3,15 a S/ 3,28 en el último mes. Asimismo, en lo que va del año, el precio de este producto subió casi un 30%. Al tratarse de un producto que depende de los fertilizantes para su producción, en un contexto de escasez como el que se vive actualmente, lo más probable es que el alza se mantenga, dice Pintado.
Para muchos compradores, no hay más remedio que cambiar de costumbres. Así lo vive doña Hilda, quien visita con frecuencia el mercado Carhuaz, ubicado a dos cuadras de la avenida Venezuela, en Breña. Ella reemplazó la papa amarilla por camote, disminuyó el consumo de huevos y, aunque no cambió el arroz por otro producto, Hilda ha empezado a comprar una variedad más barata.
“Antes compraba un kilo de huevos por 5 soles acá en el mercado. Ahora está más de 7 soles. Todo ha subido: el pollo, el aceite, la papa, hasta el limón. Una tiene que ingeniársela para que alcance y que la familia siga comiendo bien”, dice Hilda, quien cocina diariamente para sus dos hijos, su esposo y su hermana.
“Ahora, por ejemplo, ya no hago papa frita, sino camote. Me sale más a cuenta porque el camote está 2 soles el kilo. La papa amarilla está más de 4 soles. O, por ejemplo, si antes compraba un arroz de más de 3 soles, ahora compro el más barato nomás. Ese tipo de cosas he hecho. Si no, no alcanza”, añade.
Este mes, al menos siete productos de la canasta básica subieron de precio, de acuerdo al Midagri. Quizá los más demandados sean el pollo y el arroz, pero también sucedió con la zanahoria, la cebolla, la papa, el azúcar y los fideos.
Para algunos, el pescado se ha vuelto un aliado en este escenario adverso. Tal es el caso de Carlos Alberto Moreno, vecino del distrito de La Perla, en el Callao, que ha optado por comprar pejerrey en reemplazo del pollo en las últimas tres semanas.
Don Carlos, de 56 años, se dedica a hacer taxi y a cocinar para sus dos hijos durante la mañana. Por las noches, dicta clases virtuales de inglés. Confiesa que, este mes, en una de sus visitas al mercado de La Perla, se sorprendió enormemente al ver el precio del kilo de pollo: 10 soles.
“Un día yo había ido con 10 soles al mercado, pensando que me iba a alcanzar para cuatro presas de pollo y algo más para acompañar. Quería cocinar algo sencillo y rápido para que coman mis hijos regresando del colegio, pero llego y veo que el pollo está a 10 soles. ¿Tan caro?, le pregunté a mi casero. Sí, y va a seguir así, me respondió. Fui a ver si había pescado y terminé comprando un kilo de pejerrey a seis soles”, cuenta.
Ese día, Don Carlos descubrió que podía convertir aquella reacción improvisada en una costumbre. Y así lo hizo. “Ya casi no compro pollo, y lo bueno es que a mis hijos les encanta el pejerrey rebozado. Es la única manera de que me alcance la plata”, afirma.
Otros, como Cecilia Pedraza, se han visto obligados a redoblar esfuerzos y así conservar su menú diario. Cecilia, asidua compradora del mercado Virgen de las Mercedes en San Martín de Porres, cuenta que mayo ha sido el mes más duro para ella al momento de pensar en las comidas del día a día.
“He tenido que conseguir un trabajo en la noche para que me alcance. Le ayudo a una vecina con las entregas de las hamburguesas que vende en la noche. Con eso me gano unos soles y puedo comprar en el mercado al día siguiente. El pollo, el huevo, el arroz, muchas cosas han subido pero los sueldos no suben igual. Ojalá hasta acá nomás suban los productos porque ya no aguantaría otra subida de precios más”, relata.
Acciones inmediatas
En la última semana, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que la crisis alimentaria podría afectar la vida de al menos 15 millones y medio de peruanos. Una situación especialmente grave para sectores vulnerables, en extrema pobreza o acechados por enfermedades como la anemia.
Frente a ello, la FAO ha insistido en que la escasez de fertilizantes debe resolverse antes de la próxima campaña agrícola, que inicia en agosto y termina en febrero de 2023. La organización ha hecho un llamado a no descuidar programas como Qali Warma y otras iniciativas de protección social, que tendrán un rol estratégico para asegurar que la población más expuesta no quede sin alimentos.
Para Pintado serán claves también las medidas que se tomen para paliar la insuficiencia de urea, como la compra del fertilizante por parte del Estado y su distribución en las líneas de cultivo que más lo requieran. Así podrá haber un plato de comida en los hogares de millones de peruanos.