Cuando la infección por dengue empieza a agravarse, el enfermo siente un dolor abdominal intenso, tiene vómitos frecuentes, está irritado y débil. Si no recibe atención hospitalaria, entra en una fase crítica en la que se le dificulta respirar, disminuye su presión arterial y se desencadena una hemorragia interna. En ese momento, órganos vitales como el hígado, el corazón y el cerebro se inflaman, lo que hace que el cuerpo se descompense y entre en estado de shock. En ese estado, pocas personas sobreviven.
Si bien la mayoría de personas que contraen dengue no sufren complicaciones, la tasa de mortalidad por dengue grave es del 2,5%. Si la enfermedad se detecta a tiempo y se trata adecuadamente, la mortalidad se puede reducir a menos del 1%, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la actual epidemia de dengue en el Perú, los médicos están recibiendo en los hospitales cada vez más personas con complicaciones que llegan a cuadros de dengue grave. De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud (Minsa), se han registrado 121 mil 906 casos de dengue y 126 personas han fallecido desde enero hasta el 2 de junio. La cifra de fallecidos ya ha sobrepasado al total de muertes anuales registrado desde 2017, como puede evidenciarse en este cuadro.
Cerca de la mitad de los pacientes que fallecieron a causa del dengue eran adultos mayores entre 60 y 93 años de edad. Varios con diabetes, hipertensión arterial, obesidad e insuficiencia renal, comorbilidades que elevaron las posibilidades de que desarrollen dengue grave y sufran un shock, explica el doctor César Munayco, director general del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) del Minsa.
Los niños pequeños también son otro grupo vulnerable al dengue. Entre los fallecidos, figuran 11 menores de edad, dos tenían menos de un año. Su estado se complicó por un mal diagnóstico y dificultades para un manejo especializado, según explicaciones que ha recogido Salud con lupa de personal médico de los hospitales de Piura, Lambayeque e Ica. Los niños pequeños pueden sufrir un agrandamiento del hígado (hepatomegalia) y del bazo (esplenomegalia) con más frecuencia que otros enfermos por la infección por dengue.
Las complicaciones por dengue en niños han obligado al Ministerio de Salud a enviar a Piura a un equipo de siete pediatras, así como a evacuar a ocho menores de edad para que sean atendidos en hospitales de mayor complejidad en Lima, donde hay unidades de cuidados intensivos pediátricas.
Los niños evacuados a la capital presentan signos de alarma, como esteatosis hepática (acumulación de grasa en el hígado), síndrome edematoso (presencia de líquido en exceso en el espacio intersticial del cuerpo), anemia leve y síndrome febril (elevación de la temperatura corporal más allá de lo normal por la infección por dengue). Seis provienen del Hospital Santa Rosa de Piura, uno del Hospital de Apoyo Nuestra Señora de las Mercedes de Paita y otro del Hospital de Apoyo de Sullana.
Los pacientes con comorbilidades
La diabetes, una enfermedad crónica del metabolismo en la que se produce un exceso de glucosa o azúcar en la sangre y en la orina; y la hipertensión arterial, que ocurre cuando la presión de la sangre en los vasos sanguíneas es demasiado alta, se consideran comorbilidades en los pacientes con dengue con signos de alarma y cuadros graves.
En los casos severos de dengue, los altos niveles de glucosa en el organismo provocan un incremento en la deshidratación. Si no recibe atención a tiempo, se producen daños en distintos órganos vitales y la muerte.
Precisamente, en Ica han muerto 19 personas por dengue y la mayoría padecía hipertensión arterial y obesidad, lo que agravó la infección por dengue rápidamente, explica el decano del Colegio Médico en Ica, Luis Muñante Aparcana.
“Esta epidemia ha llegado en un momento en que existe una gran demanda insatisfecha de pacientes con enfermedades crónicas. Desde el año pasado, las áreas de emergencia de los hospitales están abarrotadas de pacientes diabéticos e hipertensos que llegan descompensados”, dice Muñante.
Piura, Lambayeque y Lima son regiones donde se han reportado más muertes por dengue grave y se caracterizan por tener poblaciones con altas tasas de hipertensión, diabetes y obesidad, según datos epidemiológicos del Minsa reportados hasta el 2021.
Una tardía atención médica
El médico epidemiólogo Percy Minaya, asesor del Ministerio de Salud y nombrado comisionado del monitoreo de la epidemia de dengue en Piura, visitó esta semana varios hospitales de la región, donde en un solo día han tenido que ser hospitalizados 584 pacientes. Esto ha generado que las infecciones superen la capacidad de atención del personal médico. Piura registra más de 35 mil casos de dengue y ha llegado a los 57 muertos (entre confirmados y probables) en estos cinco meses.
Según Minaya, la mayoría de fallecidos en esta región es una consecuencia de que no llegaron a tiempo a los servicios de salud. “Muchos manejaron los síntomas con medicamentos que no son recomendados para el dengue como los corticoides y antiinflamatorios (ibuprofeno, aspirinas, naproxeno, entre otros)”, dice.
Hasta el momento, se estima que casi la mitad de los pacientes que fallecieron en los hospitales de Piura no pudo recuperarse dentro de las 24 horas de su internamiento. Otro grupo falleció entre 7 y 14 días después de ingresar al hospital.
Las áreas de los hospitales que atendían antes casos de covid-19 reciben ahora a pacientes con dengue. Se han copado también de enfermos por esta infección viral los servicios de emergencia, pediatría, ginecología, y la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Por eso, se ha instalado el hospital de campaña “La Videnita” para que sirva como centro de referencia de los casos más graves que recibe el Hospital de Santa Rosa de Piura.
El doctor Minaya ha conocido también que hubo pacientes que recurrieron a clínicas privadas, pero no recibieron un manejo clínico especializado y adecuado. “Las personas están acudiendo a estos servicios para descartar la enfermedad mediante una prueba diagnóstica, pero el tiempo que tardan los resultados genera que sus síntomas se agraven y avancen a cuadros más severos”, agrega el director del CDC-Perú, César Munayco.
En algunas circunstancias, las pruebas diagnósticas no son imprescindibles, como recomiendan las guías técnicas del Minsa y la OMS, debido a que el personal médico puede guiarse a través de los síntomas para manejar un caso probable de dengue.
Niños tuvieron un diagnóstico incorrecto
Hasta el momento, la cifra acumulada de niños infectados por dengue ha llegado a los 22 mil 292 casos y 11 han fallecido.
En el Hospital Regional de Lambayeque se han recibido a varios menores con dengue grave que llegaron por emergencia luego de que sus familias intentaran tratamientos ambulatorios. El problema que observan los médicos está en que al principio tuvieron un diagnóstico incorrecto y sus síntomas fueron confundidos con cuadros de infecciones respiratorias.
En esos casos, los niños fueron tratados con corticoides en los servicios de salud de atención primaria porque mostraban dificultad respiratoria. El médico infectólogo Miguel Villegas, quien está a cargo de supervisar el manejo de pacientes con dengue en el hospital de Lambayeque, explica que los corticoides ocasionan que la enfermedad se prolongue o que los síntomas sean más intensos, lo que deriva en cuadros de dengue grave.
Los niños fueron tratados con corticoides en los servicios de salud de atención primaria porque mostraban dificultad respiratoria.
Los signos de alarma del dengue, como el dolor abdominal, el cansancio y somnolencia profunda, pueden pasar desapercibidos en los niños o confundirse con infecciones respiratorias o digestivas, debido a la fiebre y la diarrea que algunos menores presentan. Recién, cuando presentan sangrados en las encías o por la nariz, son llevados a un hospital por sus familias.
Las investigaciones clínicas sobre dengue en niños advierten que son un grupo de riesgo porque pueden descompensarse más rápido que los adultos y avanzar a cuadros de shock por dengue (daño en múltiples órganos y consecuente muerte).
El sangrado es un síntoma que está asociado con un estado de shock profundo y prolongado en los menores de edad. Si sufren anemia, asma o diabetes, estas condiciones también pueden determinar su estado de gravedad.
Aprender a organizar los servicios de salud
Con pocos servicios de salud del primer nivel de atención preparados para un buen manejo de la infección por dengue en su etapa inicial, el Perú está saturando sus hospitales con cuadros graves. Esto significa que no se han seguido las recomendaciones de la OMS de adaptar adecuadamente los establecimientos de salud para esta epidemia, que requiere que la respuesta se centre en un buen diagnóstico y control para evitar complicaciones y casos graves.
“Ya que los signos de alarma son buenos indicadores de un mayor riesgo de dengue grave, los pacientes atendidos de forma ambulatoria habrán de ser evaluados diariamente en los servicios de primer y segundo nivel para hacer el seguimiento de su evolución y observar las manifestaciones del dengue grave”, señaló la OMS en su informe de 2015. Ocho años después, Perú ha cometido errores en el control de la epidemia de una enfermedad endémica en sus zonas costeras y tropicales.
Los hospitales deberían funcionar como centros de referencia para recibir únicamente a los pacientes con dengue grave, pero las precarias condiciones de los establecimientos del norte del país impiden responder a un número cada vez mayor de de pacientes que requiere internamiento.
El doctor Juan Celis Salinas, presidente de la Sociedad Peruana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales, dice que es un error frecuente en los servicios de salud, tanto públicos como privados, que los pacientes con signos de alarma sean dados de alta luego de recibir por un par de horas suero fisiológico debido a la falta de camas para hospitalizarlos.
“A veces, el paciente puede bajar su presión arterial y entrar a una fase crítica nuevamente. Esto está ocurriendo en Piura debido a que no se han preparado los servicios de salud para recibir a tantos casos de dengue. La mayoría de muertes por dengue pudo evitarse si se entrenaba a médicos y se organizaban los hospitales y centros de salud a tiempo”, apunta Celis.
Fuente de infografía de portada: Organización Mundial de la Salud