Este 28 de julio, Dina Boluarte ofrecerá su último mensaje a la Nación. Una presidenta que evita responder a la prensa, pero que ya antes ha leído durante cinco horas un listado de supuestos logros, ha anunciado que esta vez presentará su “visión del Perú de los próximos años”. Pero en salud, los hechos son claros: no hay avances que mostrar, solo retrocesos que el gobierno prefiere callar.
Mientras ella hable en el Congreso, millones de peruanos seguirán esperando respuestas que nunca llegaron. Ni de ella ni de su ministro César Vásquez, más ocupado en su campaña electoral que en atender los problemas urgentes de un sistema de salud en crisis.
Pero si ellos no responden, nosotros sí preguntamos. Porque el silencio no borra los hechos. Solo los agrava.
📌¿Por qué murieron 14 niños por tos ferina en Loreto si el brote se conocía desde septiembre del año pasado?
¿Por qué no llegaron a tiempo las vacunas, las brigadas médicas, los antibióticos?
¿Cuántos niños más deben morir para que el Estado entienda que la Amazonía también es Perú?
📌¿Por qué fallan las campañas de vacunación si el Estado gasta millones en comprarlas?
A junio de 2025, solo se había administrado el 30,8 % del esquema de vacunación para niños menores de 5 años. Ninguna de las 41 vacunas supera el 40 % de cobertura, y más del 75 % está por debajo del 30 %.
📌¿Por qué celebran compras de equipos médicos si muchos siguen guardados en cajas o apagados en salas vacías?
Ocurrió con mamógrafos, tomógrafos, torres endoscópicas, ambulancias. Equipos que se anuncian, pero no funcionan.
📌¿Por qué hay 14 arbitrajes acumulados entre el Ministerio de Salud y sus proveedores?
¿Quién redacta esos contratos? ¿Quién fiscaliza? ¿Cómo es posible que los juicios avancen y los pacientes sigan esperando?
📌¿Cómo se explica que CENARES —la central de compras de medicinas del Minsa— haya ejecutado solo el 30 % de su presupuesto a mitad de año?
¿Se imaginan una farmacia que no compra lo que necesita? Pues eso es hoy el Estado peruano: hospitales sin medicamentos, pero con presupuestos sin usar.
📌¿Por qué desde 2022 EsSalud ha tenido cinco presidentes ejecutivos y el seguro social le sigue fallando a miles de sus asegurados?
Cambian las autoridades, pero los problemas siguen: citas que nunca llegan, operaciones postergadas, desabastecimiento, demoras. ¿Quién se hace responsable de ese abandono?
📌¿Por qué en regiones como Tumbes, Pasco y Madre de Dios no hay ni un solo mamógrafo?
El 92 % de mujeres entre 40 y 59 años no accede a una mamografía. No por falta de interés, sino por falta de equipos, personal, acceso.
📌¿Por qué las personas con VIH tienen que protestar para recibir sus medicamentos?
En 2025, hospitales públicos reportaron escasez de antirretrovirales. Una madre en Tarapoto tuvo que pulverizar pastillas de adulto para su hija de 8 años. ¿Quién asume esa responsabilidad?
📌¿Por qué inauguran centros de salud mental sin garantizar su funcionamiento a largo plazo?
Hoy existen 291 centros comunitarios en el país, pero muchos operan en locales prestados, sin presupuesto ni estabilidad. ¿Y si mañana los desalojan?
📌¿Por qué acceder a la salud pública se parece cada vez más a una teletón?
Rifas. Polladas. Familias que sortean lo poco que tienen para operarse, para pagar un tratamiento. Como Raquel, que rifó su único terreno para financiar su terapia contra el cáncer. ¿Por qué la vida depende de la solidaridad y no del sistema de salud que ya pagamos con nuestros impuestos?
César Vásquez no responde. Y Dina Boluarte tampoco lo hará este 28 de julio.
Pero las preguntas seguirán ahí. Porque cada una refleja algo que falló, algo que se prometió y no se cumplió. Y, sobre todo, una vida que el Estado pudo cuidar… y no lo hizo.