El rechazo a las personas con un uso problemático y adicciones a las drogas suele ser alimentado con un vocabulario que los medios de comunicación, el Estado y muchos de nosotros reproducimos sin estar plenamente conscientes de que las palabras tienen un impacto directo en sus vidas. Hay palabras que hieren, que degradan, que estigmatizan y que impiden comprender un problema de salud pública como los trastornos por abuso de sustancias.
Hoy consideramos inaceptable describir como “loco” o “lunático” a alguien que sufre un trastorno mental, pero aún persisten términos equivalentes que deshumanizan a las personas que tienen problemas de dependencia de drogas. Palabras como “drogadicto”, "desviado" o “pastrulo” se emplean para definirlas, como si el consumo de drogas fuera el rasgo que describiera a una persona.
Para mejorar y reeducar nuestro lenguaje, Salud con lupa preparó un glosario de algunas palabras que requieren ser repensadas y reemplazadas por términos respetuosos y adecuados.
💬 “Adicto”, “drogadicto”, “pastrulo”
Estos términos generan asociaciones negativas y de castigo hacia las personas que abusan de drogas. Es importante utilizar un lenguaje que dé prioridad a la persona y que sitúe su propia identidad e individualidad por encima de cualquier otra característica. Por ejemplo, las frases “persona con un uso problemático de drogas” o “persona con un trastorno por consumo de drogas” tienen un tono neutral. Al usar estas palabras, estamos indicando que la persona tiene un problema/enfermedad, en vez de decir que la persona es el problema.
💬 “Vicioso (a)”
Se suele etiquetar a las personas con un uso problemático de drogas como “responsables de su problema”. Esta mirada errada se asocia con el concepto de “vicio” y de “la falta de voluntad para salir de él” pese a que hablamos de un problema de salud pública que requiere un tratamiento como otras condiciones o enfermedades. Además, el estereotipo del “vicioso” lleva a pensar que es legítimo excluir a las personas con uso problemático de drogas de la sociedad. Por ejemplo, se suele limitar su acceso a la escuela al describirlas como “la manzana podrida que puede contagiar a las sanas” o se les niega el derecho al trabajo, pues se parte del supuesto de que roban para pagar su “vicio”.
💬 “Desviadas”
Las mujeres con un uso problemático de drogas están en situación de clara desventaja respecto de los hombres al momento de acceder a servicios de atención de salud debido a que suelen ser juzgadas por su entorno como mujeres “desviadas” de su rol de cuidadoras de su familia/pareja. Es decir, ellas rompieron la imagen deseada y esperada sobre las mujeres, que cuando no se cumple implica prejuicios y segregación.
💬 “Ex-adicto”, “adicto reformado”
Una vez que una persona es identificada como usuaria de drogas ilícitas, puede ser difícil que se le retire esa etiqueta. Con frecuencia los medios de comunicación refuerzan y perpetúan el estigma de la “dependencia” a las drogas, ya que suelen referirse a una persona como una “ex-adicta a las drogas”, incluso cuando sea altamente cuestionable la relevancia de este dato al momento de referirse a ella. De ser estrictamente necesario mencionar este dato, lo correcto sería referirnos a una persona que antes abusaba de las drogas.
💬 “Limpio”
En inglés, las palabras “clean” (limpio) y “dirty” (sucio) se utilizan con frecuencia para describir los resultados de las pruebas de drogas. Estos términos son muy estigmatizantes y sugieren un juicio de valor. En castellano debe evitarse también la palabra “limpio”. En vez de “limpio”, puede utilizarse el término persona que ya no abusa de las drogas o persona que ya no tiene un consumo problemático de sustancias.
💬 “Delincuente”
Las políticas punitivas sobre las drogas caracterizan a las personas que las consumen como delincuentes, y al hacerlo contribuyen al estigma contra quienes sobrellevan un trastorno que debe ser entendido como un problema de salud pública. “El enfoque de los gobiernos latinoamericanos en el uso de drogas sigue siendo predominantemente a través del sistema de justicia penal y no de las instituciones de salud”, advierte el estudio del Colectivo de Estudios Drogas y Derecho (CEDD) realizado en ocho países de América Latina, incluido Perú. Esta mirada errada impide que las personas con un uso problemático de drogas que necesitan atención médica busquen ayuda.
💬 “Reinsertada”
Las personas con un uso problemático de drogas suelen ser tratadas con un enfoque paternalista por el Estado. Son “enfermas que precisan ser reinsertadas socialmente”. Aún hoy, varios programas públicos emplean el término de reinserción para ofrecer terapias a este grupo de la población que “por el hecho de haber abusado de drogas tuvo que ser excluido de la sociedad”. Ninguna persona pierde sus derechos como ciudadano o ciudadana por un problema de salud.
Este texto hace parte de la serie de publicaciones resultado del Fondo Para Investigaciones y Nuevas Narrativas sobre drogas convocado por la Fundación Gabo.