La ciencia descarta relación entre móviles y cáncer tras casi tres décadas de investigación
Una revisión exhaustiva de estudios concluye que no existen evidencias de que el uso de teléfonos celulares aumente el riesgo …
Tomamos en cuenta si hay una o más fuentes en la nota y, sobre todo, si son fiables. Encontramos un primer mal síntoma si el fundamento de la nota es “los médicos no pueden explicarlo, pero...”, o si solo se menciona “un estudio científico demuestra que” y no se especifica ningún detalle del tipo y límites de la investigación a la que se hace referencia. Revisamos la reputación de las fuentes citadas, si los datos provienen de una revista especializada, una publicación oficial de algún gobierno, un informe de una organización no gubernamental o un sitio web que no identifica a sus autores.
Las notas sobre salud pública y medicina incluyen a menudo las opiniones de expertos que son entrevistados para darle solvencia al argumento de un tema, confirmar la interpretación de datos o aportar contexto. Por eso, revisamos la reputación de los expertos citados. Un segundo síntoma al que estamos alerta son los conflictos de interés, es decir, si el experto dio una declaración libre de sesgos o si al momento de dar una entrevista o escribir un artículo omitió declarar su conflicto de interés relacionado con el tema.
Un tercer síntoma de alerta lo encontramos en aquellas noticias que presentan el testimonio de una persona que asegura que se curó de una enfermedad crónica en tiempo récord o con un producto desconocido. Una nota no es fiable si nos cuenta que “a un famoso le funcionó” sin mostrar ningún tipo de evidencia.
Todos los días hay decenas de noticias y reportes sobre adelantos médicos y fármacos maravillosos. A menudo, estas historias ofrecen la esperanza de encontrar algo que hará más que las medicinas convencionales. Pero son poco o nada fiables si no exponen la evidencia científica, no consignan lo que dicen otros expertos y qué limitaciones tiene todavía el estudio o el producto presentado como revelación. Si no hay nada de eso en el texto, estamos frente a un cuarto síntoma, ya que se trata de un publireportaje disfrazado de noticia.
Cápsulas de semillas de chía, moringa, colágeno en polvo y una serie de productos envasados se ofrecen en supermercados y tiendas naturistas como ‘súperalimentos’ que previenen y, en algunos casos, curan enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y la artrosis. El quinto síntoma de alarma lo encontramos en el tipo de registro sanitario del producto que se promociona. Si solo tiene un registro de alimento, la mayoría de facultades terapéuticas incluidas en su etiqueta es parte de un truco publicitario engañoso.
Si se trata de información o datos de sitios en internet que carecen de alguna identificación, estamos ante el sexto síntoma de alerta. Se ha vuelto común que cualquier persona cree blogs, canales de YouTube y sitios web para promocionar algún producto o terapia medicinal. Sin embargo, hay espacios que no mencionan a sus promotores y no muestran pruebas de lo que aseguran.