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Lo que hay que saber sobre la vacuna contra el VPH y la prevención del cáncer

El virus del papiloma humano es la infección de transmisión sexual más frecuente en EE.UU. y en Perú ocupa el segundo lugar. Aunque la vacuna es gratuita para la mayoría de personas, varias deciden no ponérsela. Hay razones para que lo piensen mejor.

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La vacuna contra el VPH, que se aplica en dos o tres dosis, puede reducir significativamente el riesgo de infección.
Foto: Rosem Morton/The New York Times

Casi 20 años después de que estuviera disponible la primera vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), y a pesar de que proporciona una potente protección contra la principal causa de cáncer de cuello uterino y un importante factor de riesgo de cáncer de ano, muchas personas que cumplen los requisitos necesarios siguen sin vacunarse.

El VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente en Estados Unidos y, aunque la mayoría de las infecciones son asintomáticas y desaparecen por sí solas al cabo de dos años, un pequeño número persiste y puede causar cáncer. El VPH es la causa de casi todos los casos de cáncer de cuello uterino y también puede provocar cáncer de pene, ano, boca, vulva y vagina.

La vacuna contra el VPH, que se aplica en dos o tres dosis, puede reducir significativamente el riesgo de infección. “Es realmente una de las vacunas más eficaces que tenemos”, dice Lauri Markowitz, jefe del equipo de VPH de la división de enfermedades víricas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Sin embargo, su aceptación sigue siendo baja: un informe publicado por los CDC mostró que, en 2022, solo el 38,6 por ciento de los niños de 9 a 17 años habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra el VPH. Otras investigaciones recientes sugieren que las tasas de vacunación contra el VPH se estancaron tras la pandemia de coronavirus.

Un estudio publicado esta semana expone algunas de las principales razones citadas por los padres en Estados Unidos que no tienen previsto vacunar a sus hijos contra el VPH, entre ellas la preocupación por la seguridad, la falta de conocimiento sobre la vacuna y la creencia de que no es necesaria.

“Todavía nos enfrentamos a una ardua batalla debido a lo que yo llamaría mensajes inadecuados o incompletos sobre su importancia cuando se lanzó la vacuna”, dice Karen Knudsen, directora ejecutiva de la Sociedad Americana contra el Cáncer.

¿Cómo actúa la vacuna?

La vacuna contra el VPH engaña al organismo haciéndole creer que ha entrado en contacto con el virus, con lo que genera anticuerpos para defenderse. Esos anticuerpos pueden ayudar a eliminar el virus y prevenir la infección si alguien se expone posteriormente a él, lo que puede ocurrir a través del sexo oral, anal y vaginal.

Además, ofrece protección frente a los tipos de virus con más probabilidades de causar cáncer cervical, anal y verrugas genitales. Desde que se introdujo la vacuna en 2006, las infecciones por los tipos de VPH que causan la mayoría de los cánceres relacionados con el VPH y las verrugas genitales han disminuido en un 88 por ciento entre las adolescentes y en un 81 por ciento entre las mujeres adultas jóvenes, según los CDC.

Una de las razones por las que los médicos están tan entusiasmados con la vacuna es que es una de las pocas herramientas para combatir el VPH: los preservativos no evitan totalmente la transmisión y no existe tratamiento para el virus en sí. Los investigadores creen que el VPH es responsable de más del 90 por ciento de los cánceres cervicales y anales y de la mayoría de los cánceres vaginales, vulvares y de pene.

¿Quién debe vacunarse?

Los niños pueden vacunarse a partir de los 9 años. Los CDC recomiendan la vacuna a todos los preadolescentes a partir de los 11 ó 12 años y a cualquier persona hasta los 26 años.

La vacuna puede seguir siendo beneficiosa para las personas mayores de 26 años, y está aprobada hasta los 45 años. Los CDC afirman que las personas de entre 27 y 45 años podrían vacunarse después de hablar con sus médicos sobre su riesgo de contraer nuevas infecciones por VPH.

Puedes solicitar la vacuna a tu médico de cabecera o en los centros de salud locales. La mayoría de los seguros del país la cubren hasta los 26 años. Los niños y adolescentes que no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente pueden vacunarse gratis a través del programa Vacunas para los niños (Vaccines for children). Después de los 26 es posible que el seguro no cubra totalmente la vacuna, que puede costar cientos de dólares por dosis. Merck, que fabrica la vacuna Gardasil 9 contra el VPH, cuenta con un programa de asistencia al paciente para las personas que cumplan los requisitos.

¿Por qué siguen siendo bajas las tasas de vacunación?

Los investigadores creen que gran parte de las dudas se deben a un malentendido clave: “La mayoría de la gente la percibe como una vacuna preventiva contra las infecciones de transmisión sexual, y no como una vacuna preventiva contra el cáncer”, afirma Kalyani Sonawane, profesora asociada de ciencias de la salud pública en el Centro Oncológico Hollings del M.U.S.C. y autora del nuevo estudio sobre las actitudes de los padres hacia la vacunación contra el VPH.

La investigación de Sonawane también ha revelado que a muchos padres les preocupan los efectos secundarios. Pero los médicos afirman que muchas personas no experimentan efectos secundarios y que, en el caso de los que sí los experimentan, suelen ser leves y pueden incluir dolor en el brazo, náuseas, mareos o, en algunos casos, desmayos.

Los médicos instan a los padres a vacunar a sus hijos antes de que sean sexualmente activos, lo que hace dudar a algunos padres, afirma Monica Woll Rosen, ginecóloga y obstetra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Míchigan.

“Estás haciendo algo para evitar que contraigan cáncer dentro de 30 años”, dijo, “y la desconexión podría ser demasiado grande para que algunas personas realmente lo comprendan”.

Dani Blum es reportera de salud del Times. Más de Dani Blum

c. 2024 The New York Times Company

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