Las clases virtuales por la pandemia han mostrado dos caras para las niñas en América Latina y el Caribe que tienen acceso a internet: varias han podido continuar su educación y estar a salvo del nuevo coronavirus, pero se han expuesto a mayores episodios de acoso en línea al pasar más horas conectadas a sus redes sociales.
Una reciente encuesta a 14 mil niñas y mujeres jóvenes en 31 países reveló que más de la mitad ha sufrido acoso en línea, como mensajes en Facebook de hombres que hacían mención a su apariencia de manera insistente y amenazas de violencia física y sexual por Whatsapp e Instagram debido a su raza o a las opiniones expresadas en sus cuentas.
En nuestro continente la cifra es más alta: seis de cada diez entrevistadas afirmaron que fueron víctimas de acoso en internet. Sus perpetradores emplearon un lenguaje misógino, les enviaron fotos manipuladas e imágenes pornográficas.
“Si bien el acoso puede ocurrir a edades tan tempranas como los ocho años, es más habitual entre los 14 y los 16 años, que es cuando las jóvenes afirman sufrirlo con mayor frecuencia”, explica Débora Cóbar, directora de la ONG Plan International en la Región de las Américas, responsable del estudio.
En el informe se indica que los datos recogidos son aún conservadores porque el acoso se puede entender de manera diferente y en muchas ocasiones las chicas no identifican situaciones de acoso en internet como tales. El 48% afirmó no saber nada o saber "algo" del acoso en línea, mientras que 52% dice haber oído hablar o saber mucho sobre este tipo de agresiones.
“Siento miedo cada vez que voy a publicar algo. Creo que todas las niñas sentimos ese miedo”.
Adolescente, 17 años, Ecuador.
El acoso en línea es un delito que recién ha sido tipificado en las legislaciones de varios países latinoamericanos. En el Perú fue incorporado en el 2018.
La encuesta constata que los ataques son más frecuentes cuando las niñas y mujeres expresan sus opiniones, por su raza o por ser LGBTIQ+. Al igual que el acoso en la calle, estas experiencias suelen provocar daños psicológicos y también conducir a daños físicos reales. El 19% de las chicas que fueron acosadas usa ahora menos las redes sociales y el 12% canceló sus cuentas.
Facebook como canal de acoso
Cuando se les preguntó por las redes sociales por donde más se les acosa, Facebook aparece a la cabeza. Un 39% de niñas y jóvenes afirmó haber sido hostigadas por esta red, seguida por Instagram (23%) y WhatsApp (14%). El estudio también indaga en las características del acosador. La mayoría dijo que eran personas que conocían.
“Mis amigas que sufrieron acoso en línea redujeron su actividad en las redes sociales”.
Adolescente, 17 años, Filipinas.
En cuanto al tipo de acoso, el estudio lista al menos nueve tipos distintos, que van desde el lenguaje ofensivo, amenazas de violencia física, acoso sexual y amenaza de violencia sexual, ataques por el aspecto físico o por pertenecer a algún colectivo determinado, humillaciones, uso de contenido sin autorización e intimidación.
“Si antes de la pandemia las niñas y jóvenes estaban usando redes sociales, ahora por las limitaciones de movilidad pasan más tiempo en línea y muchas situaciones de acoso en la calle se han trasladado a las redes sociales. Necesitamos que las plataformas digitales den un paso al frente en su compromiso por la protección de las mujeres", apunta Debora Cobar.
Este estudio es una de las más grandes investigaciones que constata que son constantes las manifestaciones violencia de género en línea, pero todavía no hay suficientes herramientas de denuncia eficaces para detenerla.
¿Cómo ayudar a una víctima de acoso en línea?
Las niñas y adolescentes que sufren actos de hostigamiento o acoso sexual en internet pasan por diversas fases. Primero pueden pensar que se trata de una confusión. “Empiezan a interpretar las cosas, se llenan de pensamientos y si no hay confianza en casa no se lo dirán a nadie hasta que la mamá o el papá encuentre las conversaciones”, comenta Elva Ccanahuaray, psicóloga del Programa Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Una de las actitudes que la experta recomienda evitar es el reclamo a la víctima por no haber hablado rápido. “Muchos padres reaccionan de forma violenta. Eso es contraproducente. Hay que tener calma y entender que tienen miedo y no se atrevían a comunicarlo”, explica. Las niñas dan señales de que algo raro les está ocurriendo cuando tienen cambios de conducta.
La psicóloga Ccanahuaray pide a los padres que llamen a la Línea 100, donde hay un grupo multidisciplinario que les dará orientación sobre cómo actuar ante casos de acoso en línea y luego acudir a la comisaría de su distrito para poner la denuncia respectiva.
Cuando el hostigamiento se da en espacios universitarios hay un procedimiento a seguir para recopilar las evidencias que fundamenten la afectación que ha generado ese acoso. La joven puede hacer también una denuncia ante la policía. El Ministerio de la Mujer ofrece asesoría con psicólogos, trabajadores sociales y abogados que seguirán su caso de forma gratuita.