A mediados de abril, María*, de 84 años, debió ser vacunada contra la covid-19, de acuerdo al padrón oficial. Al estar postrada por su estado de salud no pudo movilizarse hacia el local que le tocaba, pero su familia llamó a la línea 113 para inscribirla en el registro de personas que necesitan la ayuda de una brigada de vacunación domiciliaria. Le informaron que la llamarían en los siguientes días para darle la fecha de visita en su hogar. El problema es que hasta ahora sigue esperando a que timbre su teléfono. “En las últimas llamadas que nosotros hemos realizado, nos dijeron que no nos preocupemos. Que como recibirá la vacuna de Pfizer, que viene en un frasco de seis dosis, debemos esperar a que se organicen y tengan seis vacunados a domicilio en nuestra zona”, contó uno de sus familiares.
Desde febrero hasta la fecha, más de tres millones de peruanos han sido vacunados contra la covid-19, algunos con la primera dosis y otros con las dos. El ritmo de vacunación en los centros habilitados sigue acelerándose porque ya disponemos de más dosis, pero la desorganización en la campaña informativa, el insuficiente número de vacunadores y de brigadas domiciliarias a cargo de las direcciones de salud está creando varios problemas que afectan a los peruanos más vulnerables como María. En Lima, actualmente se cuenta con 600 a 700 brigadas diarias y unas 25 personas que conforman los equipos en cada centro de vacunación.
Hace una semana, el viceministro Gustavo Rosell, indicó que cuando exista poca demanda de personas citadas en los centros de vacunación, las brigadas domiciliarias buscarían a los adultos mayores que deben recibir sus dosis y así cumplir con la programación. Pero el panorama parece aún complicado en los locales en Lima y hay escasez de dosis y de personal en la mayoría de regiones, donde todavía no se ha iniciado la inmunización de personas con enfermedades raras y huérfanas, y trastornos mentales.
Ante ello, la primera ministra, Violeta Bermudez, anunció que el Gobierno ha aprobado nuevas medidas respaldadas en un decreto de urgencia, entre las que figura la aprobación de un pago extra a los profesionales de la salud que pueden extender sus horarios de trabajo en los centros de vacunación contra la covid-19.
Para este fin se han destinado 128 millones 921 mil soles al Seguro Social de Salud, que serán distribuidos semanalmente, entre los meses de junio y agosto, a los profesionales de la salud. Por hora extra de trabajo, los médicos recibirán un monto adicional de 62.50 soles; las enfermeras, 44 soles; los técnicos de enfermería, 31 soles, y el personal administrativo para labores de digitación, 10 soles.
La norma también detalla que el Ministerio de Salud recibirá 62 millones 98 mil soles para contratar enfermeras y técnicas de enfermería a fin de aumentar el número de brigadas en los centros de vacunación. Entre el personal de salud contratado también se permite la presencia de graduados y titulados en las carreras de las ciencias de la salud en el extranjero, sin la exigencia de la revalidación de su grado o de una autorización temporal del colegio profesional respectivo, mientras dure la emergencia sanitaria.
Hace un par de días, el Gobierno también destinó 161 millones 931 mil soles para que EsSalud contrate más personal de salud, entre mayo y julio, bajo el régimen CAS. De esta manera, se espera incrementar el número de brigadas de vacunación y ampliar las sedes.
La que no ha sido clara hasta ahora es la cifra de trabajadores de salud que han sido convocados para ayudar en el proceso nacional de vacunación contra la covid-19. En noviembre del 2020, la exministra Pilar Mazzetti indicó que se capacitarían a 7 mil profesionales de la salud, mientras que en febrero de este año, la primera ministra, Violeta Bermúdez, dijo que tendríamos 15 mil vacunadores. Luego, otros voceros del Gobierno difundieron que el Ministerio de Salud contaba con un equipo de 20 mil vacunadores contra la covid-19 para inmunizar a más de 22 millones de peruanos entre 18 a 65 años de edad.
Para aclarar la cifra vigente, Salud con lupa solicitó al Ministerio de Salud que precise la cifra nacional y envió solicitudes de acceso a la información a las direcciones de salud en la capital, que son las responsables de designar a personal de salud, pero durante más de una semana no obtuvo respuesta.
Lo cierto es que los problemas en los centros de vacunación que estamos viendo a diario muestran que no tenemos un número suficiente de vacunadores. Según el Colegio de Enfermeras, el Perú solo cuenta con 6 mil enfermeras con contratos fijos que están participando en la vacunación y existe una brecha de 10 mil para cubrir la demanda, que irá aumentando conforme se avance con la población de menor edad.
Liliana La Rosa, decana del Colegio de Enfermeras, asegura que su gremio tiene la experiencia para vacunar hasta 500 mil personas por día, como ocurrió en la campaña de vacunación contra la rubéola y sarampión en el 2006. Para el desarrollo de esa campaña de vacunación, el Ministerio de Salud desplazó a un total de 300 mil vacunadores en todo el país, quienes lograron inmunizar a 22 millones de personas (70% de peruanos) entre 2 y 39 años en solo 46 días. Estos profesionales de la salud visitaron instituciones públicas y privadas, y lugares de masiva concentración como estadios, universidades, mercados y centros comerciales.
Para la primera ministra Bermudez, el problema no es solo la falta de personal, sino que, luego de los casos de aplicación de “vacunas vacías”, la población tiene desconfianza de los vacunadores y les pide que el protocolo sea más pausado, lo que estaría generando una demora por cada inoculación de la dosis. “Hay personas que quieren filmar, eso nos retrasa”, aseguró en rueda de prensa. En otro momento también indicó que la demora ocurre porque algunas personas no están respetando sus días y horarios de vacunación.
Sin embargo, Gabriela Jimenez, la jefa de Inmunizaciones del Ministerio de Salud, ha reconocido que los problemas en la vacunación contra la covid-19 ocurren por la falta de organización en el sector salud. Por eso, el viernes de la semana pasada anunció que se incrementaría el número de vacunadores.
Doce regiones no actualizan sus planes
En una reciente supervisión a las Direcciones Regionales de Salud (Diresas), la Defensoría alertó sobre problemas constantes que afectan el proceso de vacunación: además de la falta de personal, también se halló una carencia de canales de comunicación, la desorganización en los centros de vacunación presenciales y la escasez de brigadas domiciliarias. Las regiones visitadas fueron Huánuco, Piura, Apurímac, Huancavelica, Pasco, Madre de Dios, Junín, Ayacucho (red de Salud de Huanta), Ucayali, Moquegua, Cusco, Loreto, Arequipa, La Libertad, Cajamarca (red de Salud de Jaén) y Lima (solo la Diris Lima Sur).
Como se recuerda, hace casi dos meses, el Ministerio de Salud dio inicio a la nueva estrategia de vacunación territorial, que contempla la inmunización según la edad y los distritos con mayores riesgos ante la covid-19, de acuerdo a criterios epidemiológicos, y la vacunación de quienes no pueden movilizarse, previa identificación y programación.
Sin embargo, doce de las regiones visitadas por la Defensoría, entre el 23 de abril y el 5 de mayo, no habían actualizado ese plan, ni cumplido con las acciones necesarias para llevarlo a cabo. Entre estas acciones destacan la estimación de las metas de vacunación de acuerdo al Padrón Nacional, estimar un número de brigadas de vacunación, y el establecimiento de las necesidades logísticas. Al no mantener un plan actualizado, difícilmente podrán brindar un adecuado servicio a la población.
La Defensoría también visitó 147 locales en las dieciséis regiones supervisadas, y alertó que más de 30 puntos de vacunación carecían de rampas de ingreso accesibles para las personas que se movilizan en silla de ruedas o andadores, tampoco había personal para orientar el llenado del formato de consentimiento informado. Y en al menos unos 16 locales no se contaba con suministro de agua y servicios higiénicos para el lavado de manos, medida necesaria para evitar el contagio de la covid-19.
Sin acceso a información
En ocho de las direcciones y gerencias de salud supervisadas por la Defensoría carecían de canales de difusión para absolver las dudas sobre el proceso de vacunación contra la covid-19. En Ayacucho (particularmente en Huanta), Huánuco, Junín, Moquegua, Loreto, Cusco y Ucayali no se habían implementado líneas telefónicas y tampoco contaban con un mecanismo para que los adultos mayores que no pueden movilizarse soliciten que una brigada de vacunación acuda a su domicilio. Este último problema ocurre también en Apurímac.
Para Carlos Almonacid, comisionado para el Derecho de la Salud de la Defensoría, no basta el anuncio de las autoridades de que se está avanzando con la vacunación, sino que se necesita tomar en cuenta la brecha digital de los adultos mayores, sobre todo los que viven en situación de abandono. Tampoco parece ser suficiente la información brindada a través de los medios tradicionales como la televisión o periódicos. “Además de constituir una barrera de acceso para dichas personas, esto podría explicar que se hayan presentado casos donde, con grandes esfuerzos, debieron trasladar a sus familiares hasta centros de vacunación pese a su condición de incapacidad para movilizarse”, agrega Almonacid.
Este es el caso de Mercedes Chicoma, de 79 años y con dificultad para caminar como consecuencia de una meningitis que la afectó desde joven, quien tuvo que acudir a un centro de vacunación cercano a su casa, en la región Lambayeque, para ser inmunizada. Durante varios días, su familia había intentado comunicarse por teléfono y correo electrónico con el Ministerio de Salud y la Gerencia Regional de Salud para solicitar que una brigada acuda a su hogar, pero nunca recibió respuestas. Por eso, la mañana del 18 de mayo, en una silla de ruedas con apoyo de su única hija, Mercedes fue trasladada a un colegio donde, según había escuchado en la televisión, estaban vacunando a los adultos mayores. Llegó, incluso, a la hora que de acuerdo a su último dígito del DNI deberían atenderla. Pero le dijeron que no había vacunas porque no estaba registrada.
“La Geresa habilitó una plataforma para inscribir a los adultos mayores que deberían recibir sus vacunas en sus domicilios, y nosotros la inscribimos, pero pasó el tiempo y nunca nos confirmaron si mi mamá Meche estaba ahí. Hasta ahora yo no he visto ese padrón”, recuerda César Domínguez, su nieto.
La plataforma web de la Geresa Lambayeque a la que se refiere César Domínguez se encuentra “en mantenimiento”, por lo que se desconoce si posee un registro de los adultos mayores que deben recibir la vacuna en su vivienda. Hace unos días, a través de sus redes sociales, la entidad pidió “calma” a la población ante la demora de las brigadas de vacunación domiciliarias.
Desde que se inició la vacunación territorial, solo en Lima y Callao, más de 11 mil personas con problemas de movilidad se registraron a través de las líneas del Minsa y EsSalud para ser atendidas a domicilio. En regiones, el problema parece ser mayor y no hay un registro disponible.
Tras la insistencia de los familiares, Mercedes fue vacunada ese mismo día y volvió a su casa. Una experiencia que viven a diario muchas familias peruanas para lograr que sus adultos mayores reciban la vacuna.
*nombre ficticio para mantener en reserva su identidad
**Esta nota fue actualizada el 28 de mayo de 2021, a las 12:10 p .m.