La noche del viernes, el canal de televisión Willax TV difundió datos de un informe preliminar sobre el ensayo clínico de la vacuna del laboratorio chino Sinopharm, que se ha probado en 12 mil voluntarios enrolados en el Perú. Con un análisis parcial de la información, su objetivo fue cuestionar la eficacia de la primera vacuna que ha comprado el Gobierno para empezar el proceso de inmunización en el país.
A eso apuntó la interpretación de los datos que hizo a pedido del canal el exjefe del Instituto Nacional de Salud y candidato al Congreso por el fujimorismo, Ernesto Bustamente, quien concluyó que la vacuna no sirve al poseer supuestamente un porcentaje muy bajo de eficacia para evitar contagios de Covid-19. Este episodio no fue una noticia más en un canal que durante un año de pandemia ha difundido datos falsos de manera recurrente, sino que desató un clima de preocupación e incertidumbre en la opinión pública sobre la calidad de la vacuna que ya se está aplicando a los peruanos.
Este domingo, la doctora Coralith García, quien es la nueva investigadora principal del estudio de Sinopharm en reemplazo de Germán Málaga, se presentó ante la Comisión Especial Covid-19 del Congreso y reveló información importante que pasó desapercibida por los legisladores que se concentraron durante más de cinco horas en repetir interpretaciones sesgadas o parciales sobre el informe preliminar de la vacuna de Sinopharm.
En principio, para entender un informe preliminar del estudio de una vacuna hay que saber quiénes lo elaboraron y en qué contexto. ¿Quiénes hicieron ese informe para el ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm en el Perú?
El Comité Independiente de Seguridad y Evaluación de Datos del estudio de la vacuna de Sinopharm. Un grupo revisor conformado y contratado por la Universidad Peruana Cayetano Heredia para el ensayo clínico, según las reglas vigentes de investigación en el país. La doctora Coralith García reveló los nombres de sus integrantes: Javier Ricardo Lama Valdivia, Carlos Seas Ramos y César Cárcamo Gavagnaro.
Salud con lupa revisó el perfil de los miembros de este comité y encontró que el médico infectólogo Javier Lama Valdivia, de la Asociación Civil Impacta Salud y Educación, es al mismo tiempo uno de los investigadores principales del ensayo clínico de la vacuna contra la Covid-19 de Johnson & Johnson que también se prueba en el Perú.
En la ficha que aparece en el registro de ensayos clínicos activos autorizados por el Instituto Nacional de Salud, Lama Valdivia figura como investigador del “Estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo de fase 3 para evaluar la eficacia de la vacuna de Johnson & Johnson para la prevención de la Covid-19 en personas mayores de 18 años”. Los reportes consignan como patrocinador a Janssen Vaccines & Prevention B.V., nombre de la empresa de investigación del gigante farmacéutico estadounidense.
En una entrevista con Salud con lupa, el doctor Lama confirmó que integra el comité revisor independiente del estudio de la vacuna de Sinopharm desde enero de 2021 y que al mismo tiempo es investigador principal de la vacuna de Johnson & Johnson en nuestro país. A su juicio no existe conflicto de interés alguno y asegura que en su debido momento comunicó esta información a la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Esta fue su respuesta completa durante la entrevista telefónica:
“No hay ningún conflicto de interés. Para la Universidad Cayetano Heredia yo soy un miembro independiente al estudio [de la vacuna de Sinopharm]. Los ensayos clínicos tienen comités independientes que evalúan la seguridad de datos, que sirven para asesorar cómo proseguir con la ejecución de un estudio. Soy investigador con 20 años de experiencia en el área de VIH, soy profesor de la Universidad de Washington del Departamento de Salud Pública. Por eso fui invitado a participar en el Comité Independiente de Seguridad y Evaluación de Datos del estudio de la vacuna de Sinopharm.
-Pero al ser precisamente investigador principal de otra vacuna contra la Covid-19 del laboratorio Johnson & Johnson ¿No ve un conflicto de interés?
No, porque en el estudio de Johnson & Johnson yo soy el que dirige la investigación. Mientras que en el comité de seguridad y evaluación de datos para la vacuna de Sinopharm yo doy una opinión técnica independiente siendo incluso los datos ciegos. Nosotros hemos visto datos ciegos”.
El doctor Lama nos dijo que el Comité Independiente de Seguridad y Evaluación de Datos del estudio de la vacuna de Sinopharm elaboró el informe preliminar de su eficacia a pedido de los investigadores de la Universidad Cayetano Heredia. Ese mismo informe fue filtrado al canal Willax TV.
Consultado por Salud con lupa sobre su relación con esa filtración, Lama contestó lo siguiente: “Eso no es correcto, yo advertí a los investigadores de esa información e incluso les sugerí que se haga público el informe preliminar. Presioné porque había muchas personas de la Universidad Cayetano Heredia, del Comité de Ética y del Instituto Nacional de Salud que ya conocían sobre el informe [preliminar]”.
A los minutos de finalizada la entrevista telefónica, un usuario de Twitter con el mismo nombre y perfil del doctor Javier R. Lama empezó a seguir las redes sociales de Salud con lupa. “Médico, Especialista en Enfermedades Infecciosas y Tropicales, Master in Public Health” es la descripción de su cuenta. Lo curioso de este episodio es que nuestro nuevo seguidor “homónimo” del doctor Lama es un fanático de Willax TV y el fujimorismo.
La falta de transparencia de la élite científica
Los miembros de la Comisión Covid-19 del Congreso pasaron inadvertido el perfil del doctor Javier Lama, pero sí evidenciaron otro conflicto de interés: el prestigioso epidemiólogo César Cárcamo es también integrante del Comité Independiente de Seguridad y Evaluación de Datos del estudio de la vacuna de Sinopharm. Él es el esposo de la exministra de Salud, Patricia García.
La doctora García está en la nómina de 470 personas vacunadas de manera secreta con las dosis en estudio de Sinopharm y fue incluida con el cargo de consultora. Estos hechos solo se conocieron cuando el suspendido investigador del ensayo clínico, Germán Málaga, fue obligado a hacer pública la lista completa de beneficiados tras el escándalo de la vacunación clandestina del expresidente Martín Vizcarra.
Eso no es todo. Hasta enero pasado, la investigadora Kelika Anne Konda también integró el Comité Independiente de Seguridad y Evaluación de Datos del estudio de la vacuna de Sinopharm. Ella renunció luego de que Salud con lupa la identificó como otra de las personas vacunadas en forma secreta junto a su esposo, Andrés Guillermo Lescano Guevara, exdirector del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades.
Konda es investigadora asociada de la Cayetano Heredia, docente en la Universidad de California en Los Ángeles y ciudadana estadounidense que radica en Lima. Hasta el 20 de febrero, su cuñada, Roxana Lescano, fue la secretaria técnica del comité de ética que supervisa todos los ensayos clínicos de las vacunas Covid-19 que se prueban en el Perú. Ella renunció cuando este medio publicó un reportaje sobre el problema de que sus propios familiares estuvieran en la lista de vacunados VIP.
Tras las revelaciones del caso ‘Vacunagate’, un problema se ha evidenciado con claridad: los conflictos de interés normalizados de la élite científica peruana, que ahora erosionan la confianza pública en el estudio de una de las vacunas para controlar la pandemia de Covid-19. Varios de los investigadores involucrados en el escándalo de la vacunación secreta son consultores, revisores, "personas del entorno" de los responsables del ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm, a cargo de la Universidad Cayetano Heredia.
“No se trata de privilegios, sino que así son las cosas”, llegó a decir el doctor Germán Málaga. Queda claro ahora que así no pueden seguir siendo las cosas si se pretende restaurar la integridad científica.