¿Cuáles son las bacterias que más preocupan a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su alto potencial de afectar la salud de la población mundial? Un nuevo informe revela una lista prioritaria de bacterias con resistencia antimicrobiana; es decir, que se han vuelto tan fuertes que tres o más antibióticos han dejado de ser efectivos contra ellas. Este listado incluye a 15 familias de patógenos, las cuales fueron divididas en tres grupos: grupo crítico, grupo alto, y grupo mediano.
La primera categoría, que abarca a las bacterias más nocivas, incluyó a Acinetobacter baumannii, causante de infecciones respiratorias, y a las enterobacterias resistentes a cefalosporinas de tercera y/o carbapenemes, que provocan males como la sepsis. Además, Mycobacterium tuberculosis resistente a rifampicina; Este microorganismo, responsable de la tuberculosis, fue añadido luego de un análisis independiente con criterios paralelos.
En la categoría alta, resaltan la Salmonella Typhi, que causa la fiebre tifoidea; y el Enterococcus faecium, que puede producir infecciones como la prostatitis, la celulitis, y la endocarditis. Pseudomonas aeruginosa, y Stafilococcus aureus también se encuentran en esta prioridad al ser amenazas muy frecuentes en entornos de atención médica.
Dentro del grupo de prioridad media, se encuentran estreptococos Grupo A y Grupo B, que pueden provocar infecciones a la garganta y piel, y meningitis, peligrosas para los recién nacidos. Streptococcus pneumoniae, o neumococo, también integra este nivel, junto a Haemophilus influenzae, siendo ambas bacterias causas comunes de la neumonía.
En el informe, la OMS señala que estos patógenos fueron seleccionados debido a su capacidad para transferir genes de resistencia, crear cepas multirresistentes, la gravedad de las infecciones y enfermedades que generan y/o su importante incidencia a nivel global, sobre todo en los países de ingresos medianos y bajos, en donde su tratamiento resulta un gran desafío de salud pública.
¿Cuáles son las bacterias con mayor presencia en el Perú?
Entre las bacterias que cuentan con más incidencia en territorio peruano, la Mycobacterium tuberculosis es una de las más relevantes, al ser causante de la tuberculosis, una enfermedad que afecta a cerca de 44 mil personas en el país. En el caso de la tuberculosis multidrogorresistente, una de las variantes más peligrosas de esta enfermedad, Perú fue el país con más casos en Sudamérica, durante el año 2020.
Según Joaquín Ruíz, esta bacteria representa un gran peligro en nuestro país, por su tasa de mortalidad. Ello, sumado a su difícil tratamiento, debido a su alta capacidad para generar resistencia, por lo que se vuelve un largo proceso de recuperación.
Las enterobacterias resistentes a cefalosporinas de tercera generación también cuentan con presencia en la región, siendo muy frecuentes en los hospitales, y con facilidad de transmisión, sobre todo en aquellas personas con problemas de defensas inmunológicas bajas.
Acinetobacter baumannii, por su parte, ha variado su nivel de incidencia en los últimos años. Previo a la aparición del COVID-19, exceptuando algunos centros concretos, no era tan frecuente ver pacientes infectados con la bacteria; sin embargo, durante el tiempo que se mantuvo la pandemia, el número de casos aumentó exponencialmente. Actualmente, la cantidad de casos ha disminuido, pero se mantiene por encima del número alcanzado en el periodo anterior a la llegada del coronavirus.
¿Estamos preparados para combatir a estas bacterias multirresistentes?
Según Ruiz, en nuestro país se han estado llevando a cabo ciertas medidas para la prevención y tratamiento de estos patógenos, como la creación de comités para uso de antimicrobianos, o la implementación de protocolos de manejo de pacientes, para reducir el contagio en hospitales.
Pese a ello, el investigador menciona que el Perú no ha establecido un control efectivo de uso de antimicrobianos a nivel poblacional y veterinario, lo cual significa una limitación en la efectividad de las medidas. “Si se toman las medidas adecuadas, comenzando por el uso de antibióticos, campañas educativas a la población, capacitación al personal sanitario, impulso de medidas de higiene, se puede mitigar los niveles de incidencia”, explica.
¿Cómo se hizo el listado?
La nueva lista de patógenos con resistencia antibiótica, publicada en julio de este año, es una versión actualizada del primer informe, realizado en el año 2017. El documento estuvo dirigido por la División de Resistencia a los Antimicrobianos, en colaboración con el Programa Mundial de Tuberculosis de la OMS.
La principal razón detrás de la nueva publicación es cubrir las limitaciones en los análisis que la lista del 2017 tuvo, tanto por la carencia de datos a nivel global en aspectos como los patrones de resistencia de las bacterias, la corresistencia, como por las dinámicas propias de la resistencia a antimicrobianos.
La metodología del estudio se basó en la revisión de la literatura existente sobre los diversos patógenos en cada país, así como de los reportes que llegan directamente a las bases de datos de la OMS. Estos reportes incluyen información sobre el acceso a antimicrobianos para el tratamiento de las patologías, la frecuencia y mutaciones en las resistencias, y la mortalidad asociada, entre otros aspectos.
Estos últimos sirvieron para la definición de ocho criterios de evaluación de la peligrosidad de las bacterias, que abarcaban como variables a la mortalidad, la incidencia, la carga sanitaria, la tendencia a desarrollar resistencias, la capacidad de transmisión, prevención, y tratamiento, y el abastecimiento de antimicrobianos efectivos contra estos gérmenes.
¿Cómo se genera la resistencia a antimicrobianos?
La resistencia se produce cuando los microorganismos son expuestos a los antimicrobianos a lo largo del tiempo, ante lo cual evolucionan, y dejan de responder al efecto de los medicamentos, hecho que dificulta el tratamiento de las infecciones que provocan.
De acuerdo con el biólogo Joaquín Ruiz, investigador titular de la Universidad Científica del Sur, la resistencia antimicrobiana es un fenómeno de origen natural. Sin embargo, desde que se comenzó a producir y consumir antibióticos en masa, sin ningún tipo de control, se ha causado una sobreexposición de las bacterias a los medicamentos, y, por ende, un mayor desarrollo de mecanismos de resistencia.
“Se usan antibióticos a nivel humano, animal y hasta en la agricultura. Se usan hasta cuando no hacen falta, para tratar enfermedades virales, para que los animales engorden. Todo eso mata poblaciones bacterianas sensibles, dejando un espacio que es ocupado por bacterias con multiresistencia, las cuales proliferan, y esa situación cada vez se incrementa”, comenta el experto.
Transmisión silenciosa: ¿Cómo se da el contagio de estas bacterias en los humanos y cómo prevenirlo?
La OMS considera dos vías principales de transmisión de estas peligrosas bacterias: Entre dos personas, y entre una persona y un animal, un alimento o el entorno. Según Ruiz, cada bacteria tiene modos diferentes de transmitirse. “Un Acinetobacter baumannii, por ejemplo, es muy típico de encontrarse en ambientes hospitalarios, y una Salmonella es más común en alimentos contaminados”, señala.
Con respecto a las formas de prevención y control de la propagación de estas bacterias, la OMS brinda una serie de recomendaciones generales, entre las cuales se encuentran:
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales con respecto al uso de antibióticos.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
- Elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.