Desde que empezó la pandemia, miles de familias han optado por comprar alimentos enlatados y de larga duración para permanecer en cuarentena y salir pocas veces de sus casas. Esta situación ha sido aprovechada por la industria de alimentos procesados y ultraprocesados para aumentar su publicidad y ventas. Un caso particular es el derivado lácteo del Grupo Gloria, que desde mayo se ha promocionado como “pura leche de vaca, natural y avalada por el Colegio de Nutricionistas del Perú” cuando se ha demostrado que no es leche.
A mediados de mayo, cuando más de 80 nutricionistas colegiados vieron la publicidad televisiva de Gloria, quedaron muy sorprendidos y comenzaron a indagar cómo obtuvo la empresa este sello de garantía pese a que los productos que vende no son leche. “Nosotros pensamos que no se otorgarían más avales. Gloria no vende pura leche de vaca y esa información está especificada en su etiqueta. El colegio no puede avalar eso”, dice Margarita Aguilar, de Nutricionistas en Contacto, una organización que promueve la alimentación saludable.
Sobre este caso, el decano nacional del Colegio de Nutricionistas del Perú, Antonio Castillo, se ha negado a dar suficientes explicaciones. Salud con lupa lo entrevistó, pero no respondió quiénes integran el comité de avales que beneficiaron al Grupo Gloria. Castillo tampoco dio una razón clara sobre por qué el documento no fue publicado en la base de datos de avales del colegio pese a que es un procedimiento regular difundirlo. “No lo publicamos porque los nombres de los miembros del comité deben mantenerse en reserva para evitar que las empresas quieran comprarlos”, argumentó.
El decano se vio obligado a subir al sitio web la primera página del aval o sello de garantía del contrato con Gloria luego de la solicitud de decenas de sus miembros colegiados. Sin embargo, en esta hoja no se puede ver cuánto dinero pagó Gloria por este nuevo sello de garantía para promocionar su producto como nutritivo y saludable. Pese a que solicitaron que se publique el contrato completo, no hubo respuesta.
“Lo que más nos indigna es que el Colegio de Nutricionistas del Perú certifique un producto que se vende como leche cuando en realidad es una mezcla láctea con diferente valor nutricional”, asegura Saby Mauricio, exdecana de este colegio profesional que está entre los más de 80 profesionales que firmaron una solicitud para el retiro del aval a Gloria.
No obstante, el decano Castillo insiste en que el comité de avales le ha dado su sello de garantía a la mezcla láctea de Gloria siguiendo el Codex Alimentarius en el Perú, un documento que sí considera a las fórmulas lácteas como leche. “Todo producto que sale de una glándula mamaria, independientemente de los procesos que pase, es leche”, declaró.
¿Qué estamos tomando?
En su nueva publicidad Gloria presenta su mezcla láctea como “un producto hecho de pura leche de vaca que posee nutrientes como las vitaminas A y D que contribuyen a fortalecer las defensas”. No obstante, Saby Mauricio asegura que este producto es una mezcla de diferentes insumos de origen lácteo que altera su valor nutricional. “Leche Gloria es una mezcla láctea y nutrientes diferentes. Se prepara a partir de la mezcla de al menos tres tipos de leche en polvo a las que se les extrajo la grasa y se le agregó grasa vegetal, suero de leche y agua”, explica .
Cada uno de los ingredientes del derivado lácteo de Gloria pasa por varios procesos que reducen en alrededor de un 30% su valor nutricional si se compara con una verdadera leche entera de vaca que sí es rica en proteínas, minerales, carbohidratos y grasas, y sí brinda un aporte nutritivo.
En el 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) incluyó al Grupo Gloria en su lista roja de productos que se promocionan como lácteos cuando no lo son. La alerta, emitida el 9 de julio, le impidió a esta corporación vender en el mercado norteamericano sus derivados lácteos en sus presentaciones concentrada, evaporada, condensada, entera y baja en grasa, debido a que sus etiquetas no corresponden con el verdadero contenido de los productos.
Sin embargo, en Perú la empresa sigue vendiendo la misma fórmula láctea alertada por la FDA. “Gloria lo hace porque la legislación peruana permite que se vendan mezcla lácteas como leche. Tiene que haber un cambio legal desde el Congreso”, explica Enrique Jacoby, exviceministro de Salud y asesor de la OPS. Pese a que no es un delito vender fórmulas lácteas como leche, sí se está incurriendo en publicidad engañosa y Gloria podría ser denunciada ante el Indecopi.
Jaime Delgado, excongresista y promotor de la ley de alimentación saludable, denunció el año pasado que los decanos de los colegios regionales tuvieron la intención de denunciar a Gloria por ofrecer su producto como leche y engañar a los consumidores, pero no lo hicieron por las altas tasas que cuesta el procedimiento ante el Indecopi.
Delgado expuso también ante la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso la engañosa publicidad de Gloria y explicó la necesidad de hacer modificaciones legales para que no se le permita vender fórmulas lácteas como leche en Perú. Pero su pedido no ha tenido respuesta.
Puertas giratorias
En 2019, Saby Mauricio realizó una auditoría para hacer transparentes todos los avales que se habían otorgado en el Colegio de Nutricionistas del Perú. Salud con lupa accedió a ese documento y reveló que entre 2013 y 2015 se recaudó 160 mil dólares por el alquiler de su “sello de garantía”, un monto que representó el 24% de los ingresos totales de ese colegio profesional durante ese periodo.
Estos avales eran otorgados en un procedimiento que solo funcionaba como un trámite administrativo a cambio de un pago. Un comité integrado por nutricionistas colegiados evaluaba si el producto de la empresa que pide el aval cumplía con los estándares de nutrición adecuados para el consumo sobre la base de documentos presentados por el cliente. No se realizaba un análisis de laboratorio propio. “Ni siquiera la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), encargada de otorgar los registros sanitarios a los alimentos, realiza análisis de laboratorio propios. Yo no creo que las empresas mientan porque se meterían en un gran problema. Confiamos en lo que nos mandan”, asegura el actual decano Antonio Castillo.
Para el exviceministro de Salud, Enrique Jacoby, este análisis no es objetivo porque se está revisando información brindada por la misma empresa. Según un estudio realizado entre 2017 y 2019, los avales otorgados por el Colegio de Nutricionistas del Perú permitieron que las marcas con este sello de garantía duplicaran sus ganancias. “Los avales son otra estrategia de la industria para vender sus productos. Solo es publicidad. Es un verdadero problema que se sigan otorgando porque lo único que generan son conflictos de interés”, dice Jacoby.
Durante la pandemia, el Colegio de Nutricionistas ha demostrado tener una relación cercana con el Grupo Gloria, ya que envió protectores faciales a algunos de sus colegiados con el logo de su empresa y el Decano Nacional y el nutricionista Robinson Cruz salieron en entrevistas publicadas en la página web “La Buena Nutrición de Gloria” hablando sobre alimentación saludable.
Además, Robinson Cruz ha colaborado antes con Gloria. Fue representante de esta marca ante los grupos de trabajo del Codex Alimentarius en el país. “Aquí hay un claro conflicto de interés. Él ha representado a Gloria y ahora al Colegio de Nutricionistas”, dice Margarita Aguilar, de Nutricionistas en Contacto.
En 2017, Gloria le pidió al Colegio Regional de Arequipa que realizara un estudio sobre el valor nutricional de las fórmulas lácteas. Los resultados fueron presentados en un Simposio realizado por Gloria el año pasado. “Si realizaron este estudio fue porque necesitaban que alguien avalara que su mezcla láctea tiene nutrientes. Ellos saben que no es así”, asegura Enrique Jacoby.
¿A dónde va el dinero de los avales?
Los más de 80 colegiados que firmaron la carta para que el Colegio de Nutricionistas retirara el aval a Gloria no saben en qué se invierte el dinero que ingresa por los sellos de garantía. No se ha usado, por ejemplo, para ayudar a sus profesionales en determinados programas para protegerlos en esta pandemia.
A diferencia de otros colegios profesionales, el Colegio de Nutricionistas del Perú no ha hecho seguimiento alguno a sus colegiados infectados con el nuevo coronavirus, ni ha repartido equipos de protección. “Incluso enviamos una carta solicitando ayuda económica para poder internar a un compañero enfermo, pero nos respondieron que el colegio no tenía dinero”, cuenta Margarita Aguilar.
Los avales se han convertido en un negocio y las víctimas son los consumidores que compran productos creyendo que realmente son saludables, pero no lo son. “El sistema de este tipo de sellos de garantía tiene que desaparecer”, apunta Enrique Jacoby.