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Foto: Alicia Tovar
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La escasez de medicinas revela la peor crisis en la central de compras del Minsa

Pacientes con cáncer, diabetes e hipertensión, además de personas que viven con VIH, ya padecen los efectos de la más grave crisis del Cenares, la central de compras de medicamentos esenciales del Minsa. El presupuesto de S/ 250 millones para este año lo usó para pagar deudas y no hizo el 97% de las adquisiciones. Hasta la fecha, se han reportado problemas de stock de al menos 120 tipos de medicinas y todas las compras pasaron a manos de los gobiernos regionales.

Aunque el Ministerio de Salud (Minsa) niega que las farmacias de centros de salud y hospitales del Estado se están quedando desabastecidas de al menos 120 tipos de medicamentos esenciales, la realidad lo desmiente: primero los pacientes con cáncer tuvieron problemas en la entrega de sus medicinas, luego los colectivos de personas con VIH alertaron que ya no se estaban entregando todos los antirretrovirales. Ahora, los pacientes con diabetes e hipertensión también tienen problemas para conseguir sus fármacos.

“A mi esposo le han recetado losartán, amlodipino, espironolactona, atorvastatina y metformina para controlar su diabetes e hipertensión, pero en la farmacia no tienen ninguna. Esta mañana hicimos la cola para que al final nos digan que las compremos afuera”, contó Griselda Cumpa este lunes a Salud con lupa en el Hospital Las Mercedes de Chiclayo.

Mientras que en Huancayo, capital de la región Junín, una trabajadora del hospital Daniel Alcides Carrión relató una situación similar: “En este hospital falta de todo. Por ejemplo, no hay insulina NPH, tampoco insulina R. No hay gasas ni guantes. En el área de emergencias hemos mandado hasta tres documentos informando esto, pero no hemos tenido respuesta”.

El problema afecta también a servicios de salud de Tumbes, Loreto, Madre de Dios, Ucayali y San Martín, regiones donde se registran los más bajos niveles de stock de medicinas del país, de acuerdo con el sistema en línea que monitorea las reservas de bienes en salud del Estado. Y se eleva el riesgo de que el desabastecimiento se generalice porque hasta dos grandes hospitales de la capital, como el Dos de Mayo y Loayza, han informado que ya no están disponibles en sus farmacias el anticoagulante enoxaparina sódica y los analgésicos ibuprofeno y paracetamol.

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Pacientes del Hospital Las Mercedes de Chiclayo reportan la falta de medicamentos para tratar la diabetes, hipertensión y cirrosis hepática.
Foto: Alicia Tovar

¿Cómo llegamos a esta situación?

La respuesta está en la grave crisis de administración del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), la agencia central de compras de medicinas esenciales del Minsa, que tiene un presupuesto de más de 200 millones de soles anuales. Esta entidad fue creada en 2010 para adquirir a mayor escala y de forma más eficiente los medicamentos con los que se abastecen las farmacias del Estado de las que dependen 25 millones de peruanos asegurados al Sistema Integral de Salud (SIS).

Si algo falla en sus procesos, se afectan miles de usuarios que tendrán que esperar semanas o meses para recibir sus fármacos. Sin embargo, durante los últimos tres años y, particularmente, desde que César Vásquez llegó al Minsa, el Cenares ya no tiene solo ciertos problemas en sus adquisiciones, sino que toda su administración ha sido alterada y debilitada con efectos que se percibirán hasta por lo menos el 2025. En solo un año, Vásquez designó cinco directores del Cenares, es decir, duraron en el cargo apenas dos meses, un factor que retrasó la planificación de las compras de medicamentos.

El actual director ejecutivo del Cenares, Juan Carlos Castillo, asumió el cargo en mayo pasado y ha insistido ante la prensa durante las últimas semanas que no hay un problema de desabastecimiento de medicinas esenciales. Sin embargo, Castillo omite que la crisis del Cenares fue reconocida por 27 funcionarios del Minsa un mes antes de que él asumiera su dirección, como consta en esta acta de reunión extraordinaria que revisó Salud con lupa.

En este encuentro del 19 de abril pasado, el Cenares puso en blanco y negro el estado de sus compras: hasta entonces solo había adquirido 18 de 586 tipos de medicinas y dispositivos médicos de la programación de 2024. Es decir, le faltaba comprar el 97% de productos farmacéuticos para garantizar los stocks de las farmacias públicas del país, entre ellos insulina isofana para pacientes con diabetes, el darunavir para tratar el VIH, el salbutamol que actúa como antiasmático, el oncológico paclitaxel y el antibiótico ciprofloxacino.

Todos estos medicamentos no se habían comprado por un problema con el manejo del presupuesto del Cenares: con la partida de 2024 se estaban pagando deudas pendientes del año pasado por 325 millones de soles y ya no quedaba dinero. Para este año, el Cenares había recibido 250 millones de presupuesto.

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Tras varios minutos de espera, los pacientes no reciben sus medicinas en los servicios de salud por falta de stock.
Foto: Daniel Mitma

Esta situación fue de conocimiento del actual viceministro de Salud Pública, Eric Peña; el entonces jefe del Cenares, Iván Guillén, junto a Nancy Soto y César Rodríguez, de la Unidad de Gestión de la Demanda y Dirección de Programación del Cenares, respectivamente; y el gerente de Negocios y Financiamiento del SIS, Víctor Crisóstomo. Todos participaron en la reunión extraordinaria que derivó en una solución que se parece más a una salida de alto riesgo: el Cenares ya no haría las adquisiciones a gran escala de las medicinas faltantes, sino que estarían a cargo de cada región. Así, el Seguro Integral de Salud transfirió 1,800 millones de soles a los 25 gobiernos regionales para que hagan las compras de medicamentos de este año.

Este cambio se evidencia en los oficios que el Cenares envió a cada una de las direcciones y gerencias regionales de salud el 30 de abril de 2024. En estos documentos les adjuntó la lista de medicinas que no había comprado para que “adopten las acciones pertinentes para garantizar su abastecimiento”.

Todo esto lo sabe bien el ministro de Salud, César Vásquez, quien dio declaraciones en mayo sobre la falta de presupuesto del Cenares sin explicar el problema de fondo: “Estamos buscando más plata para garantizar más compras de medicinas y no tener un desabastecimiento en el último trimestre”, dijo en una entrevista televisiva y semanas después se fue de viaje a China.

Las regiones no están comprando

En una entrevista con Salud con lupa, el director ejecutivo del Cenares, Juan Carlos Castillo, dijo que las farmacias públicas se están abasteciendo con los saldos de medicamentos que quedan del 2023 y con el nuevo stock de 18 tipos de fármacos que se llegaron a comprar los primeros meses de 2024, antes de los problemas de liquidez en la central de adquisiciones.

Sin embargo, la mayoría de gobiernos regionales no ha podido concretar sus procesos de compra de medicamentos y dispositivos médicos, lo que genera un riesgo alto de desabastecimiento. Al cierre de junio, 8 de 25 regiones habían invertido menos de la cuarta parte del dinero destinado para medicinas. En ese grupo están Puno, Huánuco, Madre de Dios, Callao, San Martín, Ucayali, Cusco y Apurímac.

“Las compras institucionales se suelen hacer por volúmenes chicos y las medicinas tienen mayor costo. Esto genera más gastos administrativos y riesgos de corrupción", opinó Víctor Dongo, exjefe de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) y gerente general del IGETS.

A pesar de este panorama, Castillo dijo que todo está bajo control. El viernes 28 de junio nos dijo que incluso se han utilizado “los ahorros” del Cenares por un valor de 100 millones de soles para conseguir prestaciones adicionales, como le llama a las ampliaciones hechas a los contratos vigentes con proveedores para que entreguen mayores volúmenes de medicinas.

Los que sí parecen preocupados son los funcionarios del Sismed, el sistema de monitoreo de compras, distribución y uso de las medicinas del sector salud. Por eso, han recomendado a los gobiernos regionales “capacitar urgentemente en procedimientos de selección y compras al personal técnico y administrativo de las Diresas, Geresas, Diris, hospitales e institutos especializados”.

Mayor gasto de bolsillo del paciente

El Cenares compra el 80% de las medicinas esenciales que deben tener las farmacias de los establecimientos de salud del primer nivel de atención y cubre también una parte de las reservas de medicamentos de los hospitales. Estos últimos tienen capacidad ejecutora para hacer sus adquisiciones de manera directa, pero el 20% de su stock corre por cuenta del Cenares.

Por eso, si es que fallan las compras, se produce un desabastecimiento que afecta a miles de pacientes, como ya está ocurriendo en varias zonas del país como lo corroboraron reporteros de Salud con lupa en Chiclayo y Huancayo.

“Mi hijo necesita tomar todos los meses loratadina porque es asmático, pero el hospital no me lo entrega. En enero me dijeron que ya se había agotado y tuve que comprarlo en una farmacia. Cada blíster de pastillas cuesta S/ 4, pero mi hijo necesita una caja por mes. Además, tengo que comprar inhaladores que cuestan S/150 y desloratadina (antiestamínico) para el asma. Eso no me cubre el SIS, pero es lo que me receta el neumólogo”, contó Adela Montenegro en el hospital Las Mercedes de Chiclayo.

En el Instituto de Enfermedades Neoplásicas del Centro, en Huancayo, un grupo de pacientes oncológicos contó que solo había bortezomib y que ya no estaban entregándoles metotrexato, bevacizumab y doxorubicina. Todos estos fármacos figuran en la lista que debería haber adquirido el Cenares si no estuviera en crisis.

Centro de salud Pedro Sanchez Mesa
En el centro de salud Pedro Sánchez Mesa de Chupaca (Junín) no están en stock todas las medicinas listados en la farmacia.
Foto: Daniel Mitma

Los problemas también se evidencian en medicinas para la influenza. El 21 de junio, hace apenas dos semanas, el director regional de Salud de Junín, Christian Matamoros, dijo en la sesión de consejo regional que el Cenares demoró el envío de medicamentos contra la influenza, y que recién a fin de mes lo haría. La consejera de la provincia de Huancayo, Kelly Flores, advirtió que es ilógico que envíen medicamentos para prevenir enfermedades respiratorias cuando ya está acabando la temporada de frío en la región.

La escasez de medicinas en las farmacias del Estado genera que muchos peruanos en pobreza se queden sin terapias y que otros hagan un gasto de bolsillo que afecta la economía de sus hogares. Según un estudio del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, las familias destinan, en promedio, anualmente 1.500 soles a la compra de productos farmacéuticos. Para los usuarios del SIS, una de las razones son los constantes desabastecimientos de medicinas esenciales en las farmacias públicas.

Alertas ciudadanas y colegios profesionales

Veintitrés organizaciones de la sociedad civil, entre ONGs y colegios profesionales, han emitido un pronunciamiento conjunto para llamar la atención del ministro Vásquez sobre la crisis del Cenares y el desabastecimiento de al menos 120 medicinas.

“Este problema afecta la salud y la vida de usuarios en pobreza y pobreza extrema”, advierten. Asimismo, en el documento exigen al Ministerio de Salud que mejore y fortalezca las funciones del Cenares. “Valoramos la existencia de un operador logístico y las compras centralizadas. Sin embargo, mientras sus funciones y responsabilidades no sean asumidas plenamente y se encuentren segmentadas, sus resultados serán limitados, lo que afectará severamente al sistema público de salud”, agregan.

Entre las organizaciones que lo suscriben están el Colegio Médico del Perú, el Colegio Químico Farmacéutico Departamental La Libertad y el Colegio de Sociólogos del Perú. Además, colectivos de usuarios como la Asociación de Diabetes en Niños y Adolescentes del Perú, el Grupo Impulsor de Vigilancia de sobre abastecimiento de Antirretrovirales, el Programa de Soporte a la Autoayuda de Personas Seropositivas, y Los Pacientes Importan.

Se han plegado también las organizaciones no gubernamentales Acción Internacional para la Salud - Perú, la Plataforma Ciudadana Salud y Derechos, la Red Peruana por una Globalización con Equidad y SidaVida, así como gremios de trabajadores como la CGTP, entre otros.

Este grupo, por iniciativa de Acción Internacional para la Salud, envió una carta a la presidenta Dina Boluarte para exigir que se informe la situación del Cenares y que se abra un espacio de diálogo permanente con las organizaciones de la sociedad civil y un aplicativo de monitoreo de medicinas para uso de los diferentes sectores de la sociedad.

El destino de la central de compras

Hay más decisiones que afectan el manejo de la central de compras de medicinas del Minsa. En abril, durante la reunión extraordinaria, los 27 funcionarios responsables del abastecimiento de bienes en salud decidieron que el Cenares se enfoque en las adquisiciones para el 2025. Una medida que fue aprobada por el ministro Vásquez en una resolución publicada en junio.

Sin embargo, dentro de las disposiciones de esta norma, hay cambios que debilitan aún más las compras corporativas que debe hacer el Cenares.

Se establece que si el Cenares no logra comprar una medicina hasta en dos intentos en sus convocatorias, los procesos de adquisición los asumirán los gobiernos regionales y otras unidades ejecutoras. Además, se autoriza a 34 instituciones públicas -entre ministerios, hospitales y gobiernos regionales- a realizar compras si el Cenares se retrasa.

Para el 2025, el Cenares ha solicitado al SIS un total de S/ 898 millones para cubrir las compras de medicamentos. Este monto es el triple del presupuesto anual que ha administrado en los últimos años. Aún no ha recibido aprobación.

Las últimas medidas de emergencia del Minsa

La tarde del 1 de julio, el Ministerio de Salud publicó un comunicado en el indica que el SIS ha transferido más de 1500 millones de soles para la compra de medicinas y que no debería haber desabastecimientos en ningún establecimiento de salud del país. Sin embargo, no menciona que el Cenares- su central de adquisiciones- ya no está a cargo de hacerlas y que ahora todo está en manos de los gobiernos regionales.

El Minsa tampoco dice que la mayoría de gobiernos regionales está retrasado y tiene problemas para concretar sus compras de medicamentos. Pero ha dispuesto que puedan hacer compras directas, es decir, sin concursos públicos y que también los establecimientos “redistribuyan” medicinas, que significa que se presten los fármacos que les faltan para completarlos.

En el comunicado se informa también de una nueva directiva que autoriza a los establecimientos de salud a hacer compras excepcionales de productos de emergencias médicas y quirúrgicas en el mercado privado.

Esta investigación fue posible gracias al apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR) liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).

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