Las imágenes de animales marinos empetrolados —algunos arrastrándose hacia la arena intentando sobrevivir y otros inmóviles tras no haber resistido al desastre ecológico ocasionado por la empresa Repsol— nos recuerdan que en Perú no existe un protocolo para rescatar y rehabilitar a nuestra fauna marina. La consecuencia más devastadora es que solo sobrevivirá el 50% de los animales afectados por el crudo.
La bióloga Pilar Ayala, de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), quien viene apoyando a estos animales desde que se iniciaron las acciones de rescate, explica que la cifra de un 50% es una estimación muy probable porque no todos los animales reaccionan bien al tratamiento que se les da. “Va a depender del estado en el que se encontraba el animal antes del derrame. Normalmente, el pronóstico es reservado”, dice la especialista.
El último reporte de Serfor indica que 51 animales han sido rescatados de las playas contaminadas por petróleo y luego trasladados al Parque de las Leyendas. En el zoológico se ha implementado un ambiente para que las especies sean estabilizadas, bañadas con un detergente especial y alimentadas hasta su recuperación. La bióloga Ayala, sin embargo, dice que este espacio podría ser insuficiente mientras haya más rescates.
Para el médico veterinario Ángelo Ponce, la recuperación de los animales podría darse en semanas o meses. Sin embargo, no serviría de nada si es que, al ser liberados, su hábitat sigue afectado. En ese caso, los animales deberán vivir en cautiverio. Lo que quiere decir que se necesitaría un espacio destinado solo para ellos.
Por eso, el médico veterinario Carlos Calvo, recomienda la creación de al menos tres centros de rescate de fauna marina en la costa del país (Lima, Piura y Paracas). “Si tuviésemos centros de rescate, no estaríamos tratando de crear de la nada una zona de baños, de triaje, de estabilización. Simplemente se realiza el acopio y de ahí van al centro de rescate con las instalaciones adecuadas para esta situación. Pero nunca ha habido esa iniciativa”, dice.
Calvo recuerda que en otros países las empresas extractivas financian estos centros de rescate municipales o regionales. La empresa petrolera Petrobras en Brasil es un ejemplo de esta iniciativa, dice el veterinario.
En Perú existen 68 centros de rescate de animales silvestres, pero se encuentran sobre todo en la selva. La mayoría se financia con donaciones o con el turismo, por lo que tampoco cuentan con apoyo suficiente.
La muerte, un efecto a corto plazo
El biólogo marino Yuri Hooker, director del laboratorio de biología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, explicó al portal de periodismo ambiental Mongabay que los primeros afectados cuando ocurre un derrame de petróleo son las aves marinas y mamíferos acuáticos (como nutrias y lobos marinos), los peces de superficie (como pejerreyes, lisas) y el plancton.
Los efectos a corto plazo y más devastadores son la irritación en sus mucosas, la pérdida de su capacidad para regular su temperatura corporal (ya que ellos usan sus plumas o pelaje para protegerse del frío o calor), problemas respiratorios y gastrointestinales, e incluso la muerte. “Muerte por asfixia, por envenenamiento (por absorción o contacto) o por exposición a componentes tóxicos del petróleo”, se explica en el artículo Efectos de los derrames de petróleo sobre los hábitats marinos, del doctor en Ciencias Veterinarias José Celis Hidalgo.
Las organismos que habitan en las profundidades del mar, como cangrejos, ostras, mejillones o almejas también suelen ser afectados porque los componentes pesados del petróleo se hunden hasta el fondo del mar.
A largo plazo, los problemas son peores: se pueden perder poblaciones. El médico veterinario Calvo recuerda que tras el derrame de petróleo en el Golfo de México se registraron huevos de pelícanos que tenían la cáscaras más débiles y se rompían antes de tiempo.
En otros países se han detectado rastros de petróleo en los animales después de más de una década. Por ejemplo, veinte años después del derrame de crudo causado por la embarcación Barge Florida en Cabo Cod, en 1969, los investigadores hallaron restos de petróleo en los sedimentos marinos y en tejidos de algunos animales marinos.
Las especies más afectadas
Guillermo Ramos, responsable de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre del Serfor, informó que entre los 51 animales rescatados hay trece cormorán guanay (Phalacrocorax bougainvillii), tres cormorán (Phalacrocorax brasilianus), trece cormorán chuita (Phalacrocorax gaimardi), seis pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti), once piqueros (Sula variegata), tres gaviotas (Larus belcheri), un zarcillo (Larosterna inca) y un playerito (Calidris sp.).
Hasta el momento, este es el único reporte que se tiene de animales rescatados tras el derrame de petróleo en las playas de Ventanilla, Ancón y Santa Rosa, pero no se tiene ningún registro de cuántos han fallecido. Jessica Gálvez, directora de fauna silvestre del Serfor, solo indicó en una entrevista radial que seis nutrias marinas fueron halladas muertas y la única que estaba viva, murió después. Según Gálvez, la mayoría de animales que aún falta buscar permanecen en islas e islotes. Sin embargo, es difícil ir a buscarlos sin contar con las embarcaciones necesarias para ese fin.
Las fotografías tomadas por voluntarios, profesionales independientes, medios de comunicación y otras organizaciones demuestran que no solo especies como la nutria marina han fallecido en esta semana a causa del derrame de petróleo. En la siguiente galería presentamos algunas especies afectadas por el petróleo. Entre ellas se encuentran algunas en peligro de extinción.
¿Podemos ayudar?
A través de iniciativas ciudadanas se ha intentado rescatar a los animales empetrolados, pero nosotros también podemos afectarlos si no tenemos conocimiento de cómo ayudarlos. Desde Serfor han indicado que la mejor contribución de una persona a esta causa es el reporte de la ubicación del animal, con fotos y videos, al número WhatsApp (947 588 269) destinado para ese fin. Sin embargo, hace un par de días, ante la inacción de la empresa responsable del derrame de petróleo, la bióloga Ayala, de Serfor, dijo que se está aceptando donaciones de cajas de cartones, toallas limpias, mascarillas y equipos de protección personal para los rescatistas. Según la especialista, los representantes de Repsol no les han ofrecido ninguna ayuda hasta el momento.
El médico veterinario Carlos Calvo explica que un equipo de protección personal es lo más importante para quien decida sumarse a rescatar a la fauna marina empetrolada. También recomienda el uso de mascarillas KN95 o contra gases tóxicos, dos tipo de guantes (de nitrilo y los que usan para cocina), mandiles, botas de jebe y gafas. Al animal solo se le podrá sujetar con una toalla y luego colocarla en una caja de cartón o en un kennel. Si el animal está tranquilo, se puede limpiar sus fosas nasales, ojos y cloaca con una gasa. Luego, se debe esperar que los especialistas de Serfor puedan trasladarlo al Parque de las Leyendas para que sea estabilizado.
Otro peligro de acercarnos a un animal sin adecuadas medidas de bioseguridad es que, si nosotros estamos infectados por un virus, como el de la influenza, podemos transmitirlo y agravar el estado de salud del animal lastimado.