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La promesa de Bukele del hospital más grande de Latinoamérica quedó a medias

El 21 de junio de 2020 se inauguró el Hospital El Salvador como el centro especializado de atención Covid más grande de América Latina. Un año después, la promesa de un hospital con mil camas UCI se quedó en una décima parte de la ilusión que el gobierno de Nayib Bukele vendió. La última fase tardó 13 meses y no alberga las otras 1,000 camas proyectadas, sino módulos para la vacunación. El presidente Nayib Bukele anunció ayer que el sistema de salud será dotado con nuevas camas hospitalarias.

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El 31 de mayo, el presidente Bukele invitó a los periodistas a que constataran el avance de la construcción del hospital, pero nunca dieron acceso a los medios. No se pudo ingresar ni siquiera el día de su inauguración.
Secretaría de Comunicaciones

La historia del hospital especializado en el tratamiento de la covid-19 en El Salvador comenzó el 15 de marzo de 2020, cuando el padre de la idea, el mismo presidente Nayib Bukele, lo bautizó como el hospital más grande para pacientes covid-19 en Latinoamérica.

Aunque ese día, en sesión de gabinete transmitida en cadena nacional de radio y televisión, Bukele habló de solo 300 camas uci, solo 14 días después estiró su oferta y, desde entonces, habló de que ese gigante de la salud tendría mil camas uci. “Hemos instruido al Ministerio de Obras Públicas y de Salud a convertir el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) en el hospital más grande de Latinoamérica”, externó.

El presidente decía esto a dos auditorios: quienes le escuchaban en un salón en Casa Presidencial, en San Salvador, y quienes le veían o escuchaban en sus casas. “Para darles un ejemplo, en China, en Wuhan, construyeron 2 hospitales de 1,000 camas cada uno. Nosotros vamos a construir uno de 2,000 camas. Aparte de las 2,000 camas vamos a tener 300 unidades de cuidados intensivos, para eso vamos a invertir alrededor de 70 millones de dólares; creo que es importante que invirtamos esa cantidad de dinero para poder salvar a la mayor cantidad de gente que va a ser infectada tarde o temprano”, expresó.

Antes de que terminara el mes, en otra cadena de radio y televisión del 27 de marzo, subió la meta: el nuevo hospital tendría 1,000 camas uci. Un año después, no se cuenta con las 2,000 camas habilitadas, ni las 1,000 camas uci, ni se sabe con certeza cuánto costó el proyecto. Sí se sabe que solo cuenta con 105 camas uci. También es un secreto cuántas personas han ingresado y se han recuperado en el gigante fallido, o cuántos salvadoreños han perdido la vida allí.

Expectativa versus realidad

El Hospital El Salvador nació como un hospital temporal para la atención de pacientes covid-19. De esta forma fue planificado y, de hecho, bajo esa categoría el Ministerio de Obras Públicas gestionó un permiso ambiental para su construcción. “Dicho proyecto de funcionamiento temporal, se desarrollará a partir de la adecuación de las instalaciones del Centro Internacional de Ferias y Convenciones de El Salvador (CIFCO) y construcción de edificio anexo, con el objetivo de atender y contener la Pandemia covid-19", detalla el estudio de impacto ambiental. Recibió la autorización del Ministerio de Medio Ambiente (MARN), porque se consideró que tendría un potencial impacto ambiental leve. Hasta la fecha, en la sección de aprobaciones del MARN, no aparece que haya recibido el aval de funcionamiento como hospital permanente.

El centro de salud, que sería la admiración del mundo, también entrañaba otra promesa digna de esos memes en que se contrasta “expectativa vs realidad”: un día después del anuncio de Bukele, fue el ministro de Obras Públicas, Romeo Herrera, quien anunció que aquel hospital de ensueño sería entregado dos meses y medio después. Es decir, debería estar terminado y en funcionamiento el 10 de junio de 2020. Un año después, la ilusión que vendió el presidente quedará nada más como una anécdota, salvo porque la incapacidad de ponerlo a funcionar para la fecha prometida supuso que en los peores días de la pandemia por covid-19, a muchos salvadoreños y salvadoreñas el hospital les negara atención porque no estaba listo para atender la demanda.

En sus inicios no se le conocía como Hospital El Salvador (HES), todos los documentos le llamaban el Gran Hospital o el hospital CIFCO. Fue hasta el 21 de junio de 2020, después de que el presidente Nayib Bukele y su escolta de ministros hicieran un recorrido por los pasillos que antes habían servido para conciertos, ferias votaciones y otros eventos multitudinarios, que dejó de existir CIFCO y se comenzó a llamarle oficialmente Hospital El Salvador.

El presidente anunció que ese día, 21 de junio, se terminó la primera fase. El reporte oficial decía que se entregaban 105 camas UCI y 295 camas de unidad de cuidados intermedios a un costo de 25 millones de dólares. En un mes estaría lista la segunda. En agosto, dijo el mandatario, se concluiría con la tercera fase que comprendía el área totalmente nueva, un edificio de hierro donde se pondrían 1,000 camas.

Pero el calendario no se cumplió. La segunda fase se oficializó el 9 de agosto, en el pico de la primera ola cuando los hospitales públicos llevaban semanas con una sobrecarga y decenas de fallecidos. Y terminó el 2020 nunca se vio claro cuándo concluiría la última etapa.

El primer documento que sinceró cuál era la capacidad de atención real del Hospital El Salvador fue un artículo publicado en The Lancet, para el cual el gobierno contrató a una consultora, con fondos del HES.

A finales de año pasado, el Minsal entregó un proyecto al Banco Mundial, con el objetivo de justificar la inversión de $20 millones para la gestión social y ambiental en el Hospital El Salvador. El documento, de 199 páginas, muestra que los objetivos y proyecciones eran terminar en algún momento la nueva área para instalar 1,000 camas. “La fase 3 (construcción y equipamiento de un hospital anexo) sigue en progreso, sin contar aún con una fecha proyectada de finalización”, dice el documento. Lo que también evidenciaba es que no iba a ampliarse la capacidad de camas uci.

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Fuente: Proyecto de Respuesta al covid-19 – El Salvador. Minsal, 23 de diciembre

Además, el documento señala algunos de los desafíos sociales y ambientales que el HES debe superar para beneficio de la población, y aclara que está diseñado para realizar acciones solo en las áreas ya concluidas en el Hospital El Salvador (fases 1 y 2).

El Ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, prometió a los diputados de oposición que le cuestionaron la tardanza que el edificio anexo estaría listo en el primer trimestre de 2021 y develó una cifra de inversión. “Las tres fases de este moderno hospital tienen un costo de $34.7 millones. Las primeras dos fases tienen una capacidad para atención de 1,000 pacientes, y la fase III tendrá para 1,000 más”, declaró Rodríguez el 5 de enero en la Comisión Especial que la anterior asamblea formó para supervisar los gastos durante la pandemia. A pesar de que los trabajadores y maquinarias estaban aún encendidas, el ministro decía que el costo rondaría la mitad de lo presupuestado por el presidente en marzo ($70 millones).

Muchos de esos gastos han sido auditados por la Corte de Cuentas y la Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador (CICIES). La primera no ha dado sus informes finales y la segunda, que había alertado a la Fiscalía sobre posibles indicios de corrupción cometidos por los actuales funcionarios en las compras de la pandemia, fue expulsada hace unas semanas por Bukele.

En los días previos a las elecciones legislativas del 28 de febrero, una decena de banderas nacionales ondeaban en el exterior de la zona en construcción, parecían un aviso de que la larga espera había finalizado; pero aún faltaba más de un mes. El primero que ingresó fue, nuevamente, el presidente Nayib Bukele que, en cadena nacional de radio y televisión del lunes 12 de abril, hizo un largo desfile desde el parqueo hasta llegar a la segunda planta, donde esta vez no había camas vacías, sino módulos de tabla roca con rótulos azules de Vacunación covid-19. La última parte del hospital se convirtió en el Megacentro de Vacunación.

El mandatario no dio explicaciones de si ya se habían adquirido las otras 1,000 camas que prometió y por qué prefirió centralizar la vacunación con un sistema que implicaba gastos en movilización.

En las primeras horas del 13 de abril, cuando finalmente se abrieron las puertas del anexo al hospital El Salvador, el sistema de atención mostró algunas fallas organizativas pero se hicieron los ajustes para evitar las aglomeraciones y garantizar un flujo eficiente de las citas.

Hasta el 22 de junio, 1,060,888 de salvadoreños habían sido totalmente inmunizados, y 1,445,369 habían recibido la primera dosis para un total de 2,506,257. El Salvador lidera la vacunación en Centroamérica con un 16%.

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Desde el 13 de abril, en el anexo construido como parte del proyecto Hospital El Salvador se ha concentrado la vacunación anticovid (Presidencia)

Este lunes 21 de junio, cuando se cumplía el aniversario de la inauguración del HES, Bukele anunció otra sorpresa: el gobierno renovará camas hospitalarias en los diferentes centros de la red del sistema público, sin especificar el número exacto ni el costo de las mismas.

Los retos del HES

Un año después, el Hospital El Salvador (HES) en realidad solo es la etapa antigua de CIFCO, donde funcionaban 15 pabellones y un anfiteatro. El total del área útil de este centro de ferias y convenciones era de 144,000 m2, de los cuales se utilizaron 110,000 m2 para acomodar los diferentes servicios clínicos y administrativos, según el proyecto que el Minsal entregó para explicar los planes de inversión del plan de $20 millones. (ver cuadro).

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Las adecuaciones para garantizar la eficiencia debían continuar, ya que el mismo documento señala que para la lavandería dependían del apoyo de otros hospitales covid: San Rafael, Hospital Rosales, Saldaña, General ISSS.

El hospital tiene dos plantas de tratamiento de aguas residuales y, se supone, que el edificio anexo contaría con una propia. En marzo pasado, el portal de compras públicas anunció que el gobierno China proporcionaba los fondos de 60 mil dólares para ejecutar el proyecto de adecuación de calderas y lavanderías en el HES.

El gobierno no ha proporcionado un registro transparente y confiable de la información sobre los casos activos de covid-19, muertes y cómo el Hospital El Salvador ha enfrentado el desafío.

Los investigadores como el doctor Alfonso Rosales lamentan que no se ponga a disposición los datos epidemiológicos. “El Hospital El Salvador debería de estar brindando información acerca de quién se está hospitalizando (sexo, edad, grupo socioeconómico), de dónde (municipio y departamento), por qué síntomas principales y quiénes mueren (sexo, edad, grupo socioeconómico y procedencia)”, sostiene Rosales.

El proyecto para préstamo del Banco Mundial incluía compromisos de parte del Ministerio de Salud para garantizar la transparencia de las compras y la divulgación de información desagregada en torno a las atenciones.

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Otro de los componentes donde se invertirá parte de los $20 millones pone énfasis en mejorar las áreas de trabajo y las capacitaciones para garantizar la salud de los empleados que están en el frente de batalla contra la covid-19.

Aunque el préstamo del Banco Mundial se aprobó en abril de 2020 para las primeras compras de emergencias, a finales de año se actualizó y el Minsal propuso un plan de adquisiciones y compras para fortalecer el HES, que se ha instituido como la máxima instancia de atención hospitalaria para la atención de pacientes con diagnóstico de covid-19 en El Salvador.

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