José Luis Bazán perdió a su esposa en abril del año pasado por secuelas de la covid-19. Ambos enfrentaron un cuadro grave de la enfermedad y fueron dados de alta, pero Briseida —que apenas tenía 40 años— murió una semana después. “Ella quedó mal de la tráquea y regresó al hospital de Villa El Salvador porque se sentía mal, no podía hablar. De ahí la ambulancia la llevó al Dos de Mayo para que la operen y ese mismo día falleció”, cuenta José Luis. De esa manera, él quedó como único cuidador de sus tres hijas, que ahora tienen 15, 14 y 10 años.
Además de perder a su esposa, José Luis perdió su trabajo en el serenazgo. Estaba desesperado, sin saber cómo pagar alquiler, comida y útiles, cuando supo que el Estado estaba entregando una pensión para los niños y adolescentes huérfanos por la covid-19. Apoyado por una trabajadora del Centro de Emergencia Mujer, presentó su solicitud. Sin embargo, el 2021 terminó sin que recibiera ninguna respuesta.
El problema para José Luis es que el certificado de defunción de su esposa no señala como causa de muerte la covid-19, un requisito para esa asistencia económica. Reconocer esa traba, que experimentan miles de deudos, motivó al Ejecutivo y a un grupo de congresistas a impulsar la Ley de Orfandad, una norma que busca responder de manera más integral a las necesidades de las niñas, niños y adolescentes huérfanos.
De acuerdo al reglamento publicado este jueves 4 de mayo, se brindará a ellos una pensión de S/ 200 mensuales y un acompañamiento profesional que garantice su acceso a servicios de salud, educación y justicia. Esta vez ya no será un requisito que los padres o cuidadores hayan fallecido por covid-19, pero sí se limitará la asistencia a los menores en situación de pobreza o pobreza extrema. También serán beneficiarios los niños y adolescentes cuyos padres hayan fallecido en su labor de defensa de los derechos humanos. En ambos casos, tendrán prioridad aquellos que tengan enfermedades crónicas o alguna discapacidad.
—El certificado de defunción del Sinadef [Sistema Informático Nacional de Defunciones] que estaba establecido antes era para garantizar que el fallecimiento haya sido por covid. Eso ahora ya no es necesario, pero sí se ha establecido que Reniec va a elaborar un registro de niños, niñas y adolescentes en situación de orfandad, que es lo que nos va a servir de base —explica Sergio Tejada, director del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif).
Según indica el reglamento, Reniec tiene 60 días calendario para implementar ese registro. Ese plazo finaliza en agosto y solo entonces el Inabif podría empezar a atender las solicitudes de personas que tienen niños en orfandad a su cuidado y cumplen con los criterios.
Un apoyo para los más vulnerables
Para verificar que el hogar del niño, niña o adolescente efectivamente esté en situación de pobreza o pobreza extrema, se tomará en cuenta el Padrón de Hogares del Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH). La información del padrón es recogida por las municipalidades y enviada al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
Ahí se presenta una posible limitación, ya que los datos con los que cuenta el SISFOH podrían no estar actualizados.
—Por ejemplo, el principal proveedor puede fallecer y de un momento a otro la familia pasa a una situación de pobreza que no necesariamente está registrada —dice Tejada. Debido a eso, precisa, el Inabif y el Ministerio de la Mujer esperan que ese criterio pueda ser modificado más adelante, para pasar a una política más universal.
Hasta entonces, el equipo del Inabif asesora a los interesados en acogerse al beneficio para que completen de manera adecuada la documentación y su solicitud sea admitida. Así, buscan promover que personas que cumplen los criterios consigan esa asistencia.
José Luis Bazán espera que sus hijas estén entre las beneficiadas. Aunque ha vuelto a trabajar como sereno, la situación de su familia no deja de ser precaria. Recibe un sueldo de S/ 1500, que no le alcanza para pagar alquiler de la casa, transporte, alimentación y útiles para sus hijas. En la municipalidad donde labora a veces le dan algunos víveres, pero ello sigue siendo insuficiente. Además, trabaja interdiario en un horario de casi 12 horas, tiempo en el que sus tres hijas se quedan solas en casa.
—La mayorcita cocina lo que puede, con lo que puede, y cuida a sus hermanas. Unos días van al colegio y otros tienen clases virtuales. Tampoco sé cómo hacer con eso, de dónde sacar plata para el internet —dice José Luis. No cuenta con apoyo de otros familiares para afrontar los gastos o para el cuidado de sus hijas. El mayor de sus hijos, de otro compromiso, vive en otra región y no tienen contacto. Sus hermanos viven fuera del país y no tienen recursos para darle una mano, señala.
El caso de José Luis, que podría ser similar al de otras familias golpeadas tanto por la pandemia como por la inestabilidad económica, muestra lo necesaria que puede ser la pensión para menores en orfandad; pero también, que esa pensión no basta.
Por ese motivo, la ley de orfandad plantea que los beneficiados con la asistencia económica de S/ 200 mensuales también reciban un acompañamiento profesional que permita su desarrollo integral. A la fecha, esto se viene realizando, a modo de piloto, en San Juan de Lurigancho y Cajamarca, pero desde agosto podrá ser ofrecido a todos los nuevos beneficiarios.
—Estamos trabajando con gestores de familia, que hacen una evaluación a nivel de la familia, de la comunidad, para identificar cuáles son los servicios que se brindan localmente. Con el beneficiario y la familia se evalúa la situación de vulnerabilidad y se establece un plan de bienestar familiar, que es un compromiso entre las partes —comenta el director del Inabif. Esto incluye una supervisión de que la pensión recibida se esté administrando en beneficio de los niños y adolescentes.
De esa forma, se busca garantizar que los menores asistan al colegio y acudan a servicios de salud mental o reciban acompañamiento de las unidades de protección especiales del Inabif, si es necesario.
Según indica Sergio Tejada, hasta ahora se ha identificado que 75% de las familias que son parte del piloto de acompañamiento están en situación de alta vulnerabilidad; lo cual da una idea de cuál podría ser el panorama nacional. Justamente por eso, la Ley de Orfandad apunta a un trabajo articulado entre distintos sectores: Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, Ministerio de Justicia, Ministerio de la Mujer, entre otros.
Este año se espera llegar a 25 mil niños, niñas y adolescentes beneficiados, para luego seguir en el 2023 con 35 mil menores más. También se apunta a que para el próximo año los beneficiarios de la pensión de orfandad por covid-19 sean incorporados a la nueva ley.
Las cifras de la pensión por covid-19
Desde marzo del 2021, el Estado entrega una pensión de orfandad para los niños, niñas y adolescentes que perdieron a uno o ambos padres por el SARS-CoV-2. Durante el año, miles de familias solicitaron esta asistencia y actualmente hay 17 540 menores recibiendo la pensión.
Lima Metropolitana reúne el 46,2% de los beneficiarios. Las otras regiones donde hay mayor cantidad de niños y adolescentes con la pensión de orfandad por covid-19 son Piura, Callao, Junín y La Libertad. En contraste, Madre de Dios, Amazonas y Pasco no llegan a cien beneficiarios por región. Es importante precisar también que en muchos casos, existen hasta cinco niños en orfandad en una sola familia. Estas serían, sin duda, las que tienen mayor necesidad de la pensión.
—En general, los recursos han sido útiles. Han sido utilizados para el desarrollo integral de los niños y adolescentes. Sí hay algunos casos donde se identifica que el administrador no está haciendo un buen uso [de la pensión] o que el administrador ya no vive con el niño o adolescente —cuenta Tejada. En esos casos, se cambia al administrador o administradora, para no perjudicar al beneficiario y que pueda seguir recibiendo la pensión.
Es importante precisar que la pensión de orfandad por covid-19 se deja de entregar una vez que el menor cumple la mayoría de edad. En cambio, quienes sean beneficiados por ley de orfandad podrán seguir recibiendo la pensión y el acompañamiento hasta los 25 años si tienen una discapacidad severa o si acreditan estar realizando estudios.
Para José Luis Bazán, la norma representa una nueva esperanza. Lo desanima tener que esperar hasta agosto, pero sabe que tendrá que encontrar la forma de resistir ese tiempo por el bien de sus hijas. “Soy lo único que ellas tienen”, dice casi sin voz. Aunque las secuelas de la covid-19 han deteriorado su salud y sus ánimos, no tira la toalla. Como cualquier padre o madre que queda solo al mando de su hogar, sabe que no tiene otra opción.
Si deseas dar algún tipo de apoyo económico o donación de víveres a José Luis Bazán, puedes comunicarte con él al 924448308. Estos son los datos de su cuenta bancaria:
CTA. BCP : 194-9784096605
CCI : 00219419784096605696
DNI : 08405996
NOMBRE : JOSÉ LUIS BAZÁN ADRIANZEN
