La historia dirá que tuvieron que pasar cinco ministros de Salud en el primer año de la pandemia para que el Estado peruano dejara de alentar el uso de la ivermectina como un fármaco eficaz en la prevención y tratamiento de la covid-19. Aun sin evidencias contundentes este antiparasitario de bajo costo fue promovido por diversos actores políticos como la gran solución para frenar la mortalidad en esta crisis sanitaria. Al punto que la ivermectina permaneció durante muchos meses en los kits ambulatorios que Essalud repartió a los pacientes infectados. Si bien en el último tiempo se dejó a criterio del médico tratante, alcaldes y medios de comunicación promovieron la automedicación con ivermectina.
“Lo que dice la OMS es que no tiene utilidad. Por lo tanto, no vamos continuar”, dijo este viernes Óscar Ugarte, ministro de Salud, sentando posición sobre este tema. “La información oficial de la propia OMS es que hay trabajos que demuestran que no tiene el efecto positivo que se suponía que podía tener. Nosotros nos vamos a seguir rigiendo por las normas internacionales y las recomendaciones de los órganos competentes”, explicó Ugarte.
A inicios de semana, la Agencia Europa de Medicamentos (EMA), con sede en Amsterdam, desaconsejó su uso a través de un documento publicado en su página web. Respaldados por su Grupo de Trabajo, la EMA revisó las pruebas más recientes de la ivermectina y concluyó que no la respalda para tratar el virus. La ivermectina, como se sabe, es un antiparasitario efectivo contra los parásitos externos como los ácaros y los piojos, así como los gusanos redondos.
Hace tan solo tres semanas, el 4 de marzo, la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) publicó el ensayo clínico más importante sobre la ivermectina hasta la fecha. Investigación del Centro de Estudios en Infectología Pediátrica de Cali, Colombia. Las conclusiones de este nuevo estudio también desalientan su uso. Principalmente porque los pacientes leves que habían consumido ivermectina no presentaban una mejora significativa de los síntomas en comparación con aquellos que habían tomado placebo.
Vale la pena recordar que el interés en la ivermectina empezó en abril de 2020 a raíz de un estudio preliminar de la científica australiana Kylie Wagstaff. A pesar de que se trataba de un estudio in-vitro, semanas después médicos de Bangladesh afirmaron haber logrado curar a sus pacientes con una combinación de antibióticos e ivermectina. A partir de allí se extendió al mundo, aunque con mucho más arraigo en Latinoamérica.
La doctora Janet Díaz, jefa del equipo clínico a cargo de la respuesta contra la Covid-19 en la OMS, anunció que la próxima semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitirá sus recomendaciones sobre la ivermectina. Más allá de ello, con las declaraciones del ministro Ugarte, se sienta un precedente sobre el rumbo que tomarán las estrategias de salud pública, en el marco de esta pandemia.