El Congreso de la República aprobó la vacancia del presidente Martín Vizcarra tras conocerse los testimonios de cuatro aspirantes a colaboradores eficaces que lo involucran en presuntos sobornos cuando se desempeñó como gobernador regional de Moquegua entre los años 2013 y 2014. Este fue el segundo intento del Poder Legislativo luego de casi dos meses de una primera moción para retirarlo por “incapacidad moral permanente” y en momentos que la pandemia del Covid-19 ha sumido al país en la peor crisis vista en cien años.
De acuerdo con la Constitución, se requerían 87 votos para destituir al jefe de Estado -dos tercios de la representación- y la iniciativa superó ese número al alcanzar 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones. Se aprobó con el apoyo unánime de las bancadas del Frepap, Fuerza Popular y Unión por el Perú; y con mayoría de Alianza para el Progreso, Acción Popular y Podemos Perú.
Martín Vizcarra es el segundo presidente del Perú que deja el cargo en menos de un periodo de gobierno. Mañana, el titular del Legislativo, Manuel Merino, de Acción Popular, asumirá sus funciones de forma interina.
Antes de abandonar Palacio de Gobierno, Vizcarra dio este último mensaje al país: "Hoy me voy a mi domicilio. A pesar de que hay innumerables recomendaciones para que actuemos a través de acciones legales para impedir esta decisión, no quiero tomar ninguna acción legal. No quiero que de ninguna manera se pueda entender que mi espíritu de servicio al pueblo haya significado una voluntad de ejercer el poder”. Sus ministros también dejaron sus cargos.
Esta noche hubo cacerolazos en varios distritos de Lima y cientos de personas se manifestaron en contra de la vacancia en la Plaza San Martín, una de las principales de la capital, y en ciudades del interior del país. Según una encuesta de octubre de Ipsos Perú, el 78% de los ciudadanos estaba a favor de que Vizcarra continuara en el cargo, y que las investigaciones en su contra siguieran su curso luego del fin de su mandato.
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, pidió al Parlamento reconsiderar su posición debido a la grave crisis económica y sanitaria que atraviesa el país, que tiene la tasa de mortalidad por Covid-19 más alta del mundo.