Durante la pandemia de la covid-19, el acceso a métodos anticonceptivos se ha visto perjudicado por el aumento de precios en farmacias y boticas, y por el cierre de la atención de los servicios de planificación familiar en los centros de salud públicos. Esta situación ha tenido consecuencias negativas en la vida de las mujeres: embarazos no deseados, niñas que se convierten en madres y mujeres que se someten a abortos clandestinos que pueden causarles la muerte.
En el Perú, el porcentaje de mujeres que no logró obtener un método de anticoncepción en lo que va del 2021 fue de 19.9%, similar al que se registró en el 2016. En otras palabras, nuestro país tuvo un retroceso de cinco años, de acuerdo a las estimaciones del Fondo de Poblaciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), incluidas en el informe Impacto de la covid-19 sobre el acceso a anticonceptivos en Perú.
La explicación es la siguiente: la pandemia de la covid-19 ha elevado la pobreza en todo el mundo. A partir de las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el UNFPA consideró que a fines del 2020 la población pobre en nuestro país aumentó de 16.5% a 19.1%. Y, a través de un modelo econométrico, estimó que este aumento en la pobreza se manifestó en que unas 62 667 mujeres no pudieron comprar un método anticonceptivo y debieron descontinuar su uso.
Respecto a la baja atención en los centros de salud, el UNFPA utilizó la información provista por el Foro Latinoamericano y del Caribe para el Aseguramiento de Insumos (ForoLAC), a través del estudio desarrollado desde el Sistema de Precios de Medicamentos e Insumos (Sepremi) que identificó cantidades de cada insumo disponibles, compras públicas en curso y consumos mensuales de cada anticonceptivo. De este análisis se obtuvo que 56 mil 445 mujeres que venían recibiendo sus anticonceptivos modernos de corta duración en servicios públicos de salud peruanos los discontinuaron durante el 2020.
Si se suman ambas cantidades (por acceso en un centro de salud público o compra privada), se obtiene un total de 119 mil 111 mujeres peruanas que discontinuaron el uso de métodos anticonceptivos modernos.
Las Naciones Unidas estimaron que, a comienzos de 2020, había en Perú un 1 619 300 mujeres con necesidades insatisfechas de planificación familiar de métodos modernos. Pero si, se suman a ellas, las 119 111 mujeres ya mencionadas, el total a finales del año habría sido de 1 738 410 mujeres sin acceso a los métodos anticonceptivos en Perú.
Esto representa un 19.9% de mujeres con necesidades insatisfechas de planificación familiar, un porcentaje que no se registraba desde hace cinco años.
En esta misma línea, la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2020 reportó que, durante el año pasado, el 74% de mujeres accedió a un método anticonceptivo, pero solo el 55% a métodos modernos (píldoras, preservativos, inyecciones), un porcentaje que ha aumentado apenas en un 2% con respecto al 2015. Se trata de un porcentaje muy bajo para Latinoamérica, donde el promedio es de 69.9%. Incluso hay países que bordean el 78%.
En siete regiones, la situación se agrava, ya que el porcentaje de mujeres con acceso a métodos anticonceptivos modernos no supera el 55%: en Puno es de 29.6%; en Huancavelica, 38.0%; en Cajamarca, 44.4%; en Ayacucho, 46.3%; en Áncash, 50.5%; en Junín, 51.5% y en Loreto, 51.5%. El nivel de uso es menor entre mujeres unidas (comprometidas o que conviven con alguien) con menor nivel de instrucción (36.5%), mujeres con menores niveles de ingreso (47.6%), y entre mujeres que se autoidentifican como indígenas (46.3%).
Una importante barrera: el aumento de precios
A diferencia de otros países, en Perú, la mayoría de mujeres consigue sus métodos anticonceptivos con sus propios ingresos. De cada 10 mujeres que sí tienen acceso a dichos métodos, seis los compran en farmacias o boticas. Y las otras cuatro los obtienen en un servicio público, según el informe del UNFPA.
“El Estado sigue siendo un proveedor importante de métodos anticonceptivos. El problema es que no se han modernizado estos métodos. Y durante la pandemia hemos encontrado desabastecimiento de estos últimos. Entonces, las mujeres han tenido que comprar sus anticonceptivos gastando de su propio bolsillo”, indica Susana Chávez, directora general del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex).
Promsex realizó una encuesta a 311 mujeres que suelen comprar métodos anticonceptivos en farmacias y boticas, y halló que casi la mitad de este grupo (47%) percibió un importante aumento de precios. De ellas, el 56% dijo que el incremento fue de entre uno a cinco soles. Y otro 24% indicó que fue de seis a 10 soles. Más de la mitad de las encuestadas aseguró que este aumento afectó la continuidad de su uso o compra.
Según este estudio, realizado en conjunto con Corporación MILES de Chile y la organización Reproductive Health Supplies Coalition, el promedio de gasto de una mujer en píldoras anticonceptivas es de 25 y 35 soles cada mes.
De acuerdo al informe del UNFPA, este monto podría ser mayor. Perú es el segundo país de Latinoamérica, después de Bolivia, con mayor gasto en píldoras anticonceptivas: el 7% del salario mínimo, lo que equivaldría a 65 soles mensualmente. “Un anticonceptivo no es que sea caro en su valor absoluto, sino que es caro en comparación a lo que las mujeres ganan. Si eres una mujer pobre en Perú, y tienes que decidir entre si le das de comer a tus hijos o comprar anticonceptivos para no tener más, vas a preferir darle de comer a tus hijos”, reflexiona Federico Tobar, asesor regional de Insumos de Salud Reproductiva para Latinoamérica y El Caribe del UNFPA.
Salud con Lupa verificó los precios de cuatro píldoras anticonceptivas en cinco de las principales farmacias de Lima. Descubrimos que aumentaron entre 4.90 y 13.70 soles respecto a su valor antes de la pandemia, tal como se muestra en el siguiente cuadro.
¿Cuáles podrían ser las causas de este incremento? Para Yury Marcelo, comisionada de la Adjuntía para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, el que un porcentaje significativo de mujeres ya no pueda adquirir una píldora anticonceptiva ha hecho que las farmacias y boticas aumenten el precio para evitar una mayor pérdida económica. En esa misma línea opina Federico Tobar, quien recuerda que los precios de los anticonceptivos orales aumentaron en América Latina cuatro veces más que la inflación general en el 2020, según el informe del UNFPA sobre el impacto de la covid-19 para la región de América Latina y el Caribe.
Consecuencias fatales
Que haya menos mujeres con acceso a métodos anticonceptivos no solo afecta su economía, sino también su salud y su vida. Los embarazos no deseados, el contagio por infecciones de transmisión sexual, abortos en condiciones inseguras o muertes maternas son sus principales consecuencias.
De acuerdo a la estimación del UNFPA, durante la pandemia se registraron 15 544 embarazos no deseados. Esta cifra refuerza una tendencia que se ha observado en el Perú durante los últimos cinco años: según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2020, uno de cada dos nacimientos ocurridos en este periodo no fueron deseados en el momento de su concepción (52.1%); y cuando se trata de un cuarto nacimiento, la relación se eleva a 2 de cada 3 nacimientos (67.5%).
“El incremento de embarazo no planificado se da sobre todo en los adolescentes, por falta de educación sexual, desconocimiento a los métodos anticonceptivos y el acceso limitado a los servicios de planificación familiar”, explica Yury Marcelo, de la Defensoría del Pueblo, quien sugiere que el Gobierno apruebe una política nacional de salud sexual y reproductiva en contextos de pandemia o emergencia sanitaria, para no repetir los errores cometidos durante la pandemia de la covid-19.
La vida de las niñas y adolescentes es la que corre más peligro. Según el Ministerio de Salud, el porcentaje de adolescentes que iniciaron el uso de métodos modernos cayó en un 37 % con relación al año 2019.
Además, los casos de violencia sexual han ido en aumento durante la pandemia, a tal punto que, en el año 2020, se triplicó el número de niñas menores de 10 años forzadas a ser madres con respecto al 2019. Al no acceder a su derecho de un aborto terapéutico o al kit de emergencia que se brinda en estos casos, muchas de las menores perdieron la vida. En general, las cifras demuestran un lamentable escenario: las muertes maternas incrementaron en 45%.
Salud con Lupa acudió a cinco centros de salud de la capital para confirmar si la atención en el área de planificación familiar se brinda de manera regular; sin embargo, solo en uno de ellos, ubicado en Lima Sur, fuimos atendidos por una obstetra. En este centro de salud, se solicitó el pago de seis soles para el chequeo médico. Tras varias preguntas sobre la actividad sexual de nuestra compañera, la obstetra aseguró que solo entrega métodos anticonceptivos a las mujeres que se encuentran menstruando. Así que pidió que nuestra compañera volviera cuando eso ocurriese. En los otros centros de salud, nos aseguraron que deberíamos sacar una cita con el área de Planificación Familiar para ser atendidas. Un proceso que puede costar la vida de quienes solicitan con urgencia información o acceso a métodos anticonceptivos.
“El Estado debe cumplir con los métodos esenciales de salud sexual y reproductiva. Debe también mejorar su mecanismo de distribución y que haya una mejor atención para las mujeres, porque muchas veces se cruzan con personal poco capacitado. Debemos recordar que son servicios esenciales, servicios que salvan la vida”, finaliza Susana Chávez, de Promsex.