Noticias

Un llamado global para eliminar las grasas trans

En un reciente informe, la OMS hace un llamado para acabar con este perjudicial insumo de la industria alimentaria. Desde el 2018, 43 países - entre ellos Perú- han tomado medidas para reducirlas o eliminarlas de productos comercializados. Pero ¿de qué sirve estar entre los primeros países del mundo en aprobar una norma si nuestras autoridades no asumen su rol fiscalizador?

8736a25e-761f-11e6-857f-46b6bddf5c9b
La industria alimentaria inventó las grasas trans para abaratar los costos de producción y garantizar más duración de los productos elaborados con ellas.

El 23 de enero pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recordó en un informe que cinco mil millones de personas en todo el mundo siguen sin tener protección frente a las grasas trans, lo que incrementa el riesgo de que padezcan enfermedades cardiacas y mueran. La evidencia científica es tan contundente que 43 países ya han tomado medidas para reducirlas o eliminarlas de los alimentos comercializados desde el primer llamado realizado en 2018. “Es esencial una acción política sólida para eliminar las grasas trans, incluso en países donde la ingesta actual es baja", alerta ahora la OMS.

Las grasas trans se encuentran en productos industriales que incluyen entre sus ingredientes aceites vegetales parcialmente hidrogenados. Aunque algunos fabricantes ya las han ido suprimiendo de sus productos, todavía se utilizan en margarinas, salsas, galletas, papas fritas de bolsa y otras frituras, cereales, platos precocidos, caldos, helados y palomitas para el microondas. Muchas veces pasan desapercibidas por una falta de información clara y destacada, ya que ante la evidencia del daño que producen, muchas empresas buscan la forma de eludir su información.

La industria alimentaria inventó las grasas trans para abaratar los costos de producción y garantizar más duración de los productos elaborados con ellas. El proceso consiste en aplicar hidrógeno a aceites vegetales a través de un proceso llamado hidrogenación, lo que convierte el aceite líquido en grasas semisólidas, como las margarinas. El problema está en que, como resultado de dicho proceso industrial, se forman enlaces químicos denominados “ácidos grasos trans” que elevan el colesterol malo que bloquea las arterias y son causa de enfermedades cardíacas y muertes.

Grasas_trans
Las grasas trans están ciertas margarinas que se usan en productos en panadería.

Lo más grave de esto es que dichas grasas fueron durante muchas décadas promocionadas por la industria como saludables, con frases e imágenes como “Sin Colesterol”, “Protege tu corazón”, etc. Y a pesar de la evidencia científica sobre su mortalidad, la industria ha persistido tercamente en su uso resistiéndose a su eliminación, utilizando para ello todo tipo de influencia en las decisiones de política de salud que los diversos países han intentado.

Sin embargo, el Perú es uno de los primeros países del mundo que aprobó la eliminación de las grasas trans derivadas del proceso de hidrogenación parcial. Así lo dispuso la Ley de Alimentación Saludable, promulgada en 2012, aunque cuando fue reglamentada se estableció un proceso gradual de eliminación que venció el 23 de julio de 2021.

En este reglamento también se señala que en caso de productos que contengan grasas trans de origen tecnológico diferente de la hidrogenación parcial, la DIGESA únicamente otorgará la autorización correspondiente, siempre que se demuestre en base a la evidencia científica y tecnológica que se ha reducido al máximo posible el contenido de grasas trans y no exista sustitución tecnológica para su eliminación total. Este proceso no puede superar el siguiente límite de contenido de grasas trans: 2g de ácidos grasos trans por 100g ó 100 ml de materia grasa, de manera excepcional, a fin que permita gradualmente su eliminación conforme al avance tecnológico.

Esta última disposición es extremadamente tolerante con la industria y hasta ahora no se conoce cuáles son los requisitos o información fidedigna con base científica y tecnológica que estaría evaluando la autoridad en cada caso para otorgarles esta autorización excepcional. ¿Será que se las otorga en automático, con una simple declaración?

En teoría entonces, ningún producto que se venda en el país podría contener grasas trans (parcialmente hidrogenadas) o de otro tipo de obtención industrial diferente a la hidrogenación que no superen los límites señalados. El problema que ninguna autoridad viene ejerciendo control al respecto, porque la supervisión no consiste en verificar las etiquetas, sino en realizar análisis de laboratorio para constatar que efectivamente están libres de grasas trans (parcialmente hidrogenadas) Entonces, lo único que estamos haciendo es confiar en la buena fe de las empresas, confiar en su palabra.

Hace poco más de un año, el Indecopi hizo un análisis de laboratorio de 45 productos para verificar la presencia de grasas trans e inició procesos sancionadores contra 5 de ellos e incluso dispuso su retiro del mercado. En ese momento, se hizo referencia a productos como panetón de “Tottus”, “Bimbolete” de Bimbo, panetón “Bell’s” y “Cheese Tris”. Esto generó un enorme despliegue periodístico y gran preocupación por parte del público consumidor. Sin embargo, las empresas cuestionaron los resultados de análisis de laboratorio que había realizado la autoridad y presentaron los suyos, que los refutaron. Ante esto, Indecopi tuvo de recular y dejar sin efecto el retiro del mercado de productos que había dispuesto. Desde entonces no se ha vuelto a realizar ninguna supervisión.

¿De qué nos sirve haber prohibido las grasas trans y ser uno de los primeros países del mundo en hacerlo, si nuestras autoridades no asumen su rol fiscalizador? ¿Las empresas asumirán responsabilidad por las millones de muertes que han ocasionado y siguen ocasionando sus grasas trans durante tantas décadas en nuestro país y en el mundo?

Las margarinas parcialmente hidrogenadas se promocionaban como saludables y por ello fueron denunciadas por Aspec desde el año 2005, es decir hace 18 años, pero siempre se negaron a reconocer el daño que éstas producían. Lo más grave es que por esa época el propio Indecopi se ponía del lado de la industria y se negaba a sancionar esta publicidad engañosa. Este es el caso de la marca DORINA que se promocionaba como 0%Colesterol”, dando a entender con ello que era saludable. Ocultaba el hecho que, si bien las margarinas al ser vegetales no tienen colesterol, si tienen grasas trans que provocar la elevación del colesterol malo y por tanto el bloqueo de las arterias.

DorinaClasica
resoluciongrasastrans

Había otras marcas que se promocionaban irresponsablemente con imágenes de corazones e indicaciones de “No contiene Colesterol”, con lo cual pretendían destacar atributos saludables y por tanto inducir al público a un mayor consumo.

LaiveSwis

La resistencia de la industria a no eliminar las grasas trans y más bien seguir ocultando la presencia de éstas, no es solo cosa del pasado, sino que actualmente hay empresas que se aferran a argumentos tan absurdos como los que sostienen que para el etiquetado deben aplicarse normas norteamericanas de la FDA, por encima de nuestra legislación nacional, porque esta legislación extranjera les permite declarar como “Cero grasas Trans” cuando contengan menos de 0.5 gramos (500 miligramos).

Lamentablemente, el Indecopi no está haciendo respetar el Código de Protección y Defensa del Consumidor promulgado el año 2010 y que establece textualmente en su artículo 36 lo siguiente: “Cuando un alimento contenga un tipo de grasa considerada trans debe advertirlo en su etiqueta, así como su porcentaje”. ¿Acaso dice que si solo contiene 500 miligramos lo puede declarar como cero? No.

Entonces, bien por Perú por ser uno de los primeros países del mundo en eliminar las grasas trans (parcialmente hidrogenadas) y establecer un sistema de etiquetado claro para todo tipo de grasas trans, pero mal por Perú al no hacer cumplir sus propias leyes, con lo cual arriesga la salud de su población.

Jaime Delgado Zegarra. Es director del Instituto de Consumo de la Universidad de San Martín de Porres. Abogado por la Universidad San Agustín de Arequipa, con segunda especialidad en Derecho Público y Buen Gobierno por la PUCP. Tiene una maestría en Políticas de Salud por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ex congresista, autor de la Ley 30021 de Alimentación Saludable.

Más en Noticias

Más en Salud con lupa