Noticias

Una dosis, múltiples beneficios: la nueva vacuna Butantan-DV redefine la prevención del dengue

Desarrollada tras más de una década de investigación y ensayos con 16.000 voluntarios, la Butantan-DV ofrece protección amplia con una única aplicación y seguridad consistente con las vacunas de virus vivos atenuados. Su llegada amplía las herramientas disponibles para reducir casos, hospitalizaciones y muertes en Brasil, donde el dengue y otros arbovirus muestran una expansión acelerada.

C:\fakepath\image (154).png
Butantan-DV es el resultado de una investigación que comenzó en 2009, cuando el país superó el millón de casos probables de la enfermedad. A partir de una colaboración con los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH), que proporcionaron las cuatro cepas atenuadas del virus, Butantan desarrolló su propia formulación después de cientos de experimentos.

Aprobada el 26 de noviembre por Anvisa para su uso en la población brasileña de 12 a 59 años, la vacuna Butantan-DV es la primera vacuna monodosis contra el dengue en el mundo. La noticia es muy auspiciosa, ya que el dengue sigue siendo el arbovirus más común en el planeta y uno de los que más presión ejerce sobre el sistema de salud brasileño.

Brasil viene experimentando intensos ciclos de dengue desde hace décadas. Se agravan por la circulación alterna y simultánea de los cuatro serotipos del virus que provoca esta fiebre (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4). Esta alternancia crea condiciones para la aparición de epidemias mayores, con picos intensos y un alto riesgo de formas graves debido a la mayor prevalencia de segundas infecciones.

Datos de la Ministerio de Salud indican que, hasta noviembre de 2025, se habían registrado 1,6 millones de casos probables de dengue. São Paulo es el estado más afectado tanto en número total como proporcionalmente al tamaño de la población. En Brasil, las muertes ya suman 1.600 en 2025 y registran una reducción del 72% respecto a 2024.

Este comportamiento viral, asociado a la fuerte presencia del mosquito Aedes aegypti — el principal vector de la enfermedad — en las zonas urbanas, ayuda a comprender por qué el dengue sigue siendo un problema estructural para el país. En ese contexto, el reciente anuncio de la aprobación, por parte de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), de una nueva vacuna contra el dengue desarrollada en Brasil por el Instituto Butantan representa un avance concreto.

Butantan-DV utiliza tecnología de virus vivo atenuado, ya ampliamente validado en inmunizadores contra otros patógenos, como sarampión, paperas y rubéola, fiebre amarilla y rotavirus.

Los virus atenuados utilizados en las vacunas se someten a procesos de laboratorio que evitan que causen enfermedades. Sin embargo, en contacto con el cuerpo, pueden estimular el sistema inmunológico para que produzca anticuerpos y active las células de defensa. Este reconocimiento previo permite una respuesta rápida si la persona está expuesta al virus, reduciendo significativamente el riesgo de infección y afecciones graves.

En cuanto al perfil de seguridad, los efectos adversos más comunes de Butantan-DV fueron leves a moderados— como dolor de cabeza, fatiga y erupción cutánea (manchas rojas en la piel). Los eventos graves fueron raros y consistentes con lo que ya se sabe del uso de vacunas de virus vivos atenuados.

Ante estos resultados, Anvisa concluyó que la relación riesgo-beneficio es favorable, considerando la alta carga de dengue en el país. La agencia reguladora también planea monitorear continuamente la seguridad y eficacia durante los próximos años, como es el caso de cualquier nueva vacuna introducida a gran escala.

Décadas de investigación

Butantan-DV es el resultado de una investigación que comenzó en 2009, cuando el país superó el millón de casos probables de la enfermedad. A partir de una colaboración con los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH), que proporcionaron las cuatro cepas atenuadas del virus, el Instituto Butantan desarrolló su propia formulación después de cientos de experimentos.

Los ensayos clínicos avanzaron desde la fase 1, realizada por el NIH con 113 voluntarios y una inmunogenicidad inicial del 90%, hasta la fase 2 brasileña, que reunió a 300 adultos y confirmó una sólida seguridad y respuesta inmune en una sola dosis. El paso decisivo se produjo a partir de 2016, con la fase 3. Fue Uno de los estudios clínicos más grandes jamás realizados en el país, en la que participaron 16.000 voluntarios de entre 2 y 59 años en 16 centros de investigación. Después de cinco años de seguimiento, los resultados mostraron una eficacia global del 74,7% en adolescentes y adultos y una protección del 91,6% contra formas graves.

Al menos tres características explican por qué esta vacuna representa un avance importante. Si bien la vacuna actualmente disponible, QDENGA (Takeda), se administra en dos dosis, Butantan-DV debe administrarse en una sola dosis, lo que simplifica la estrategia de vacunación, con mayor potencial de cobertura. La dosis única simplifica las campañas, mejora la adherencia y permite respuestas rápidas en momentos de brote o en lugares con acceso irregular a los servicios de salud.

Además, Butantan-DV mostró una mayor eficacia en casos sintomáticos y graves. En los estudios, la vacuna demostró una buena capacidad para prevenir el dengue sintomático—, incluidas afecciones graves que requieren hospitalización, reduciendo la presión sobre las unidades de emergencia. Butantan-DV también es seguro para personas que no han tenido exposición previa al virus del dengue. Al no requerir infección previa, la vacuna supera la restricción que presenta la vacuna Dengvaxia (en tres dosis, de Sanofi-Pasteur), que estaba indicada sólo a quienes ya habían sido infectados con dengue anteriormente, y reposiciona la vacunación como una medida poblacional, no sólo individual.

Otro punto relevante es la producción nacional de la vacuna: la transferencia de tecnología al Instituto Butantan para ampliar la producción busca asegurar la fabricación a gran escala, fortaleciendo la autonomía sanitaria del país y reduciendo la dependencia de las importaciones en momentos críticos.

Es importante tener claro que la vacunación no detendrá la transmisión por sí sola. Los arbovirus se transmiten por vectores y están influenciados por factores ambientales — densidad de mosquitos, precipitaciones, temperatura y condiciones urbanas. Ni siquiera una alta cobertura de vacunación eliminaría por completo la circulación viral. La recomendación para el grupo de edad de 12 a 59 años también limita el impacto máximo en la población. Pero esto no disminuye su importancia: el objetivo central es reducir los casos, las hospitalizaciones y las muertes, lo que supone una ganancia directa para la salud pública.

La propagación de arbovirus

El arbovirus no se limitan al dengue. Son enfermedades causadas por virus transmitidos principalmente por insectos hematófagos (se alimentan de sangre). Entre los vectores más relevantes se encuentran los Aedes aegypti y el Aedes albopictus, transmisores de dengue, chikungunya y Zika; el Culicoides de Pará (conocido como mosquito maruim o porva) y el Culex quinquefasciatus (mosquito común), implicado en la transmisión del virus Oropouche. El mosquito común también puede transmitir el virus Nilo Occidental.

En los últimos años, varios de estos virus han comenzado a aparecer en nuevas regiones de Brasil y América, y ya no se concentran sólo en territorios históricamente afectados. El virus Oropouche, anteriormente restringido a la Amazonia, Hoy en día provoca importantes brotes en las regiones Norte, Nordeste, Centro-Oeste, Sudeste y Sur. El virus del Nilo Occidental también está avanzando silenciosamente y ha sido identificado en aves, caballos y humanos en diferentes estados, lo que demuestra la capacidad de establecerse en áreas donde antes no estaba registrado y requiere una mayor vigilancia.

El virus chikungunya, transmitido por los mismos mosquitos que el dengue, provoca intensas epidemias con muchas formas graves y mortales, como la registrada Este año en Cuiabá (MT). Otras complicaciones importantes de este virus son los síntomas prolongados, con un importante impacto social y clínico.

El virus de la fiebre amarilla, a su vez, ha regresado a zonas de la Mata Atlántica cuya población no está adecuadamente vacunada, provocando un gran número de muertes y un riesgo de urbanización, como se observó recientemente en el Estado de São Paulo. Este conjunto de cambios deja claro que el mapa de arbovirus se está transformando rápidamente— y que es probable que aumente la preocupación por los servicios de salud.

En este entorno cambiante, la nueva vacuna desempeña un papel inmediato: reduce parte de la carga de morbilidad en el sistema de salud, alivia las emergencias y libera la capacidad de abordar otras amenazas virales.

El Cómo afrontar los arbovirus requiere estrategias combinadas: vacunación, control continuo de vectores, vigilancia epidemiológica sensible, gestión urbana que reduzca los criaderos, comunicación clara y vigilancia epidemiológica capaz de detectar rápidamente cambios en el patrón de circulación viral, además de una atención médica adecuada. La nueva vacuna no sustituye estas acciones, sino que las complementa decisivamente, añadiendo una capa de protección que el país no tenía a gran escala.

Su llegada no pone fin al problema del dengue y otros arbovirus, pero inaugura una fase en la que la prevención es finalmente viable de manera amplia, respaldada por la producción nacional y evidencia sólida. En un escenario de múltiples arbovirus en expansión, este es un logro de la ciencia brasileña a celebrar y un avance epidemiológico profundamente necesario.

André Ribas Freitas. Doctor en Epidemiología, Arbovirus y Profesor de Epidemiología y Bioestadística, Facultad de Medicina São Leopoldo Mandic.

Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation y lo republicamos bajo la licencia de Creative Commons.