Tras los resultados del Primer Monitoreo Ciudadano sobre Agroquímicos en los Alimentos, distintas personas han compartido en redes sociales consejos para eliminar los pesticidas de las frutas y verduras, como lavarlas en soluciones de agua con bicarbonato de sodio, vinagre o hipoclorito (lejía).
Para comprobar la efectividad de estos métodos, el laboratorio Mérieux NutriSciences – Perú, con más de 50 años de experiencia en la industria alimentaria, hizo unas pruebas para verificar si estas prácticas son útiles o no tienen efecto en la eliminación de los restos de plaguicidas. Para ello, compró las siguientes verduras de una cadena de supermercados de Lima: 10 kg de tomates, 10 kg de pimientos y 5 kg de apio. Con estos productos siguió este procedimiento:
- Grupo 1
Se analizaron muestras de verduras como fueron adquiridas, sin ningún tipo de lavado. - Grupo 2
Se sometieron las muestras a un lavado con una solución de bicarbonato de sodio al 1% (5 gr en 100 ml de agua) - Grupo 3
Se sometieron las muestras a un lavado en vinagre al 1% (1 ml de vinagre en 100 ml de agua) - Grupo 4
Se sometieron las muestras a un lavado en hipoclorito al 1% (1 ml de hipoclorito en 100 ml de agua) - Grupo 5
Se probó con el pelado de vegetales como el tomate y el pimiento. pues el apio no es posible pelar.
Cada uno de los grupos pasaron por un análisis de multirresiduos en los equipos de laboratorio. Los resultados fueron muy reveladores:
En las muestras analizadas de tomate, apio y pimiento sin ningún tipo de tratamiento previo fueron encontrados diversos restos de agroquímicos, algunos superaron los Límites Máximos de Residuos (LMR), lo que los hizo inaptos para el consumo humano. En el tomate se hallaron los agroquímicos Chlorfenapyr y Fipronil, mientras que en el pimiento había fipronil y dinotefuran. En el apio se encontraron diez sustancias químicas, entre ellas Procymidone, que superó los límites permitidos.
En las muestras de verduras que fueron lavadas con las diferentes soluciones (bicarbonato, vinagre, hipoclorito) no se alteró o disminuyó significativamente la presencia de plaguicidas. Por lo tanto, su efectividad en este experimento no ha sido comprobada.
En las verduras peladas (tomate y apio) los resultados sí comprobamos la eliminación de pesticidas, pero solo los de contacto que se aplican sobre el producto. No se erradicaron otros agroquímicos que permanecieron dentro del fruto porque son del tipo sistémicos, es decir, que penetran en la planta, pasan por la flor y finalmente al fruto. Esos plaguicidas sistémicos no se eliminan ni siquiera con el pelado del fruto.
Hay que tener cuidado con el uso de hipoclorito. Para lavar las verduras solo se puede usar tres gotas de lejía por cada litro de agua, dejar reposar por cinco minutos y luego enjuagar con agua limpia antes de consumirlas. Si bien esto no elimina los agroquímicos, ayuda a eliminar microorganismos patógenos. Pero el uso de hipoclorito en concentraciones mayores y, sin el debido enjuague, genera la presencia de cloratos en los productos, que son un subproducto de la desinfección realizada con productos a base de cloro y que puede resultar perjudicial para la salud de las personas.
Entonces, ninguno de los métodos caseros sugeridos (bicarbonato de sodio, lejía o vinagre) asegura la eliminación del 100% de agroquímicos que contienen los vegetales. El lavado o limpieza de las superficies puede ayudar a disminuir parte de la carga de químicos que contiene una verdura o fruta, pero no los que están en su interior. La única forma de eliminar parcialmente las sustancias químicas de estos alimentos crudos es pelar sus cáscaras, pero solo se quitan los agroquímicos que están en la superficie y permanecen las otras sustancias químicas en el interior del fruto.
Jaime Delgado Zegarra
Abogado por la Universidad San Agustín de Arequipa, con segunda especialidad en Derecho Público y Buen Gobierno por la PUCP. Tiene una maestría en Políticas de Salud por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ex congresista, autor de la Ley 30021 de Alimentación Saludable.