S
i no tienes certeza de la inocuidad de la piña que compras, es preferible que evites el uso de su cáscara para preparar refrescos como agua de piña, emolientes o chicha morada. Un reciente análisis de laboratorio realizado en Lima ha puesto de manifiesto los riesgos asociados al uso de esta parte de la fruta, que frecuentemente es considerada inofensiva e incluso beneficiosa para la salud.
En un recorrido por tres mercados emblemáticos de Lima —San José de Jesús María, el exterior del Mercado Surquillo Nº 1 y Santa Rosa en la avenida San Luis de San Borja—, se adquirieron 15 piñas Golden. Estas fueron sometidas a pruebas en el laboratorio Mérieux NutriSciences, acreditado internacionalmente y presente en 28 países, incluido Perú. El objetivo del análisis era determinar si estas piñas cumplían con los Límites Máximos de Residuos (LMR) de pesticidas establecidos por las normas sanitarias locales.
Las piñas fueron agrupadas en nueve muestras para su análisis en tres formas: enteras, solo la pulpa y solo la cáscara. Los resultados fueron contundentes: ninguna de las piñas enteras analizadas cumplió con los estándares sanitarios, ya que todas superaron los LMR permitidos.
Para obtener mayor precisión, se analizó por separado la cáscara y la pulpa de las piñas. En este proceso se encontró que, solo una muestra de pulpa estuvo completamente libre de pesticidas, una cumplió con los LMR y la última no cumplió (comparando los resultados con los LMR establecidos para el fruto entero).
El hallazgo más preocupante fue que, en todas las muestras, la mayor concentración de pesticidas se encontró en la cáscara. (Si bien no existe un LMR específico para evaluar la cáscara en particular, ya que generalmente ésta se descarta en otros países, en el nuestro sí se usa para preparar bebidas). Una de estas sustancias hallada en la cáscara excedió hasta 7600% los niveles permitidos.
Este resultado es especialmente alarmante, ya que en Perú es común utilizar la cáscara de piña para preparar bebidas como agua de piña y chicha morada, a las que incluso se les atribuyen propiedades digestivas, diuréticas, antiinflamatorias e hipotensoras. Sin embargo, el análisis demuestra que estas prácticas representan un alto riesgo para la salud debido a los residuos tóxicos acumulados en la cáscara.
Una sustancia prohibida
En las cáscaras analizadas se identificaron varios agroquímicos en concentraciones elevadas, entre ellos algunos prohibidos o altamente tóxicos, como el clorpirifos, el dimetoato y el ometoato.
- Clorpirifos, prohibido en Perú, es un disruptor endocrino asociado con toxicidad cardiovascular y sanguínea.
- Dimetoato es altamente tóxico y está clasificado como un posible carcinógeno humano; además, puede alterar las hormonas tiroideas y dañar el hígado.
- Ometoato puede causar cianosis, una peligrosa condición que dificulta la oxigenación de la sangre.
A pesar de estos riesgos, es común que restaurantes ofrezcan agua de cáscara de piña o chicha morada como parte de sus menús diarios, debido a su bajo costo y facilidad de preparación. Esta práctica no solo pone en riesgo a los consumidores, sino que perpetúa la idea equivocada de que estas bebidas son beneficiosas para la salud sin considerar los peligros asociados.
Las que cumplen estándares
En contraste, la piña destinada a la exportación sí debe cumplir con estándares más rigurosos de calidad e inocuidad. Según datos de AgroPeru Informa, en octubre de 2024 las exportaciones peruanas de piña alcanzaron las 1,390 toneladas, generando ingresos por $4.2 millones. Esto representó un crecimiento significativo: 19 veces más en volumen y 12 veces más en valor en comparación con el mismo mes del año anterior. Estados Unidos fue el principal destino, con un 65.5 % de participación, seguido por Canadá con el 26.4 %. Estas piñas exportadas pasan por controles más estrictos para garantizar su aceptación en mercados internacionales.
Sin embargo, en el mercado local la realidad es diferente. El monitoreo realizado por Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) en 2023 reveló que la piña es una de las frutas con mayor porcentaje de muestras no conformes debido a los altos niveles de agroquímicos. Según su informe, entre el 41 % y el 50 % de las muestras analizadas superaron los límites permitidos. Además, la piña ocupa el tercer lugar entre los productos vegetales con mayor incremento de residuos de pesticidas, después de la páprika y el melocotón.
Este análisis se suma a un antecedente importante revelado en noviembre pasado: el reporte sobre la contaminación de las fresas, que también mostró niveles alarmantes de agroquímicos. Salud con lupa y un conjunto de organizaciones civiles forman parte del Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos, una iniciativa que ha puesto en evidencia la magnitud del problema y la necesidad urgente de que las autoridades responsables, como SENASA, gobiernos locales y organismos de control alimentario, refuercen la supervisión sobre la inocuidad de las frutas en el mercado local, promoviendo así la seguridad y el bienestar de los consumidores.
Mientras tanto, los consumidores deben tomar precauciones: comprar en lugares que les ofrezcan mayor garantía de la inocuidad de los alimentos, lavar y pelar cuidadosamente las frutas para reducir la carga de agroquímicos y, en el caso de la piña, evitar el uso de su cáscara para la preparación de bebidas. La salud de las personas no debe estar comprometida por la falta de regulación y supervisión adecuada.
Jaime Delgado Zegarra
Promotor de la defensa del consumidor, autor de la ley de alimentación saludable, ex presidente de las Comisiones de Defensa del Consumidor del Congreso de la República y del Parlamento Latinoamericano.