Actualmente se nos anima desde distintos frentes a prestar la debida atención a los trastornos mentales, a verlos como lo que son: enfermedades reales. Sin embargo, quienes deben ayudarnos a combatir esos problemas los subestiman. En el sistema público de aseguramiento, la salud mental es la hermana más relegada del presupuesto. La mayoría de los países de América Latina invierte menos de un dólar en salud mental por cada persona al año. Mientras que las aseguradoras privadas excluyen de manera explícita los trastornos mentales de sus pólizas y hasta los catalogan como “problemas de asistencia social” y no médicos para rechazar su cobertura. Algo tan errado como decir que la depresión es solo tristeza.
Se esperaría que países como Colombia y Perú, donde el terrorismo y el narcotráfico dejaron un impacto psicológico enorme en su población, consideraran la promoción de la salud mental una necesidad nacional. Si bien aprobaron reformas legales en los últimos años, los atropellos a los derechos humanos de los pacientes con trastornos mentales empiezan con su discriminación en el sistema de aseguramiento.
En el seguro que subsidian los Estados se ofrece una cobertura restringida e inestable, que muchas veces agrava el sufrimiento de los pacientes. Mientras que las aseguradoras privadas exigen pagos altísimos por fuera del seguro para atender a personas con un trastorno mental y todavía así imponen restricciones, como las hospitalizaciones y ciertos medicamentos. Esta clase de abusos ocurren también en México, Chile, Ecuador, Argentina y Costa Rica.
Uno de los problemas está en que las restricciones de las pólizas son avaladas indirectamente por los Estados que autorizan la oferta de las empresas de seguros privados de salud y no las regulan o fiscalizan de forma adecuada. “La exclusión de las enfermedades mentales, o su restricción excesiva a coberturas insuficientes, son una forma de cláusula abusiva”, dicen, el psiquiatra Ricardo Millán-González y el abogado Olger Ignacio González-Espinoza, quien fue oficial jurídico superior de la Corte Interamericana de Derechos Humanos entre 2000 y 2019. Esta práctica - reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS) - revela una falta de garantía de la protección integral de la salud general de las personas aseguradas.
Lo que suelen explicar de manera individual los corredores de seguros sobre estas exclusiones es que los tratamientos psicológicos y psiquiátricos pueden ser muy costosos, sobre todo por la cantidad y lo prolongado de las terapias y el alto precio de los medicamentos requeridos. Por eso, las empresas de seguros no están dispuestas a asumir tales pérdidas, aunque no lo informan así cuando se les consulta su postura institucional.
Desde el 2019, las aseguradoras de servicios de salud en el Perú están obligadas por la ley a incluir en sus pólizas la cobertura de trastornos mentales. Cuando consultamos a la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg) sobre este cambio, sus voceros redactaron un reporte que indica que sus asociados “están dispuestos a realizar este esfuerzo”. No lo hicieron antes – dicen - porque no estaba contemplado en las normas (que no les exigían cubrir los trastornos mentales) ni en los paquetes básicos para competir en el mercado.
Si bien al menos 15 países de la región tienen leyes específicas de salud mental, aprobadas en varios casos como respuestas a los llamados de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pocos sistemas de aseguramiento cubren en forma equitativa las enfermedades físicas y mentales de su población como ya se ha comprometido legalmente Estados Unidos desde el 2010.
Pese al cabildeo de las aseguradoras privadas, el Congreso estadounidense aprobó la Ley de Paridad en Salud Mental porque sus principales políticos impulsores vivieron personalmente el problema: uno de ellos fue Pete Domenici, un republicano cuya franqueza sobre la esquizofrenia de su hija ayudó a que sus colegas legisladores comprendieran la lucha que incluso familias con recursos llevan a cabo para cubrir las atenciones por trastornos mentales. El otro fue Paul Wellstone, quien tenía un hermano con un trastorno psiquiátrico severo. “En América Latina, ningún político menciona siquiera que la salud mental produce mayor sobrecarga y mayor pérdida de productividad”, dice Paul Vöhringer, psiquiatra e investigador de la Universidad de Chile.
A continuación un panorama sobre los alcances y limitaciones de la cobertura de los trastornos mentales en siete países de la región.
Chile
Tasa:
5 de cada 100 habitantes sufre depresión, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2017.Número de psiquiatras por habitante:
5 por cada 100 mil habitantes, según el Ministerio de Salud de Chile.Costo de consulta particular:
de 30 a 141 dólaresSalario mínimo:
388,24 dólaresSistema público:
Las personas que son parte del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) pueden acceder a tratamientos completos que incluyen acceso a consultas con psicólogos y otros profesionales de salud mental, terapias de grupo y medicamentos según prescripción médica.
Pólizas privadas:
Las Instituciones de Salud Previsional (Isapres) cubren menos de un tercio de las consultas de salud mental en el país. Sus planes en consultas y tratamiento psiquiátrico y psicológico presentan una cobertura inferior que las enfermedades físicas. Además, el seguro catastrófico de estas instituciones excluye dentro de su cobertura todas las hospitalizaciones y tratamientos de patologías psiquiátricas. Muy pocos seguros privados cubren salud mental. Los que lo hacen solo financian las consultas en psiquiatría y psicología, pero no cubren tratamientos, medicinas ni internamientos.
Colombia
Tasa:
5 de cada 100 habitantes sufre depresión, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2017.Número de psiquiatras por habitante:
2 por cada 100 mil habitantes, según cifras del Ministerio de Salud de Colombia del 2018.Costo de consulta particular:
de 30 a 90 dólaresSalario mínimo:
268,78 dólaresSistema público:
Las Entidades Promotoras de Salud (EPS) tiene dos regímenes: el primero es un seguro subsidiado por el Estado para la población más pobre del país, que le permite contar con los servicios ofrecidos en el Plan Obligatorio de Salud (POS). Desde el 2012, este seguro incluye hasta 30 sesiones de psicoterapia individual por psicólogo y médico especialista al año; hasta 30 terapias grupales, familiares y de pareja por psicólogo y médico especialista al año. También incluye el internamiento de pacientes con trastornos mentales de cualquier tipo durante la fase aguda de su enfermedad.
El problema está en que faltan centros especializados, personal e infraestructura adecuada para el manejo psiquiátrico hospitalario. Además, hay escasez de medicamentos, no se ofrecen grupos de apoyo, terapias para la readaptación social y ocupacional ni programas de reinserción laboral.
El segundo es el seguro contributivo para las personas con capacidad de pago. La mayoría de seguros financiados por los usuarioscubre honorarios de psiquiatras, psicólogos y psicoterapeutas y gastos derivados de tratamientos psiquiátricos o psicológicos durante la hospitalización. Sin embargo, algunas EPS se niegan a financiar tratamientos y hospitalizaciones por trastornos mentales con la excusa de que estos son problemas sociales y no de salud. Varios pacientes llevaron estos casos a la Corte Constitucional para obligar a las EPS a que cubran los servicios y terapias que requieren.ˀ
Pólizas privadas:
Algunos seguros privados de salud sí incluyen la salud mental. Según el plan elegido, la póliza cubre diagnóstico, consultas externas y psicofármacos prescritos por el médico tratante. Ninguno de los planes contempla la hospitalización de los pacientes por trastornos mentales.
México
Tasa:
15 de cada 100 habitantes sufre depresión y pueden vivir hasta 15 años sin ser diagnosticados, según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).Número de psiquiatras por habitante:
3,7 por cada 100 mil habitantes, según un estudio encabezado por Gerhard Heinze Martin, investigador del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).Costo de consulta particular:
de 25 a 75 dólaresSalario mínimo:
199 dólaresSistema público:
Según el Plan Nacional de Salud, el Gobierno debe brindar atención médica gratuita en hospitales y Centros Comunitarios de Salud Mental (CCSM) a todas las personas que cuenten con seguro social. Estos usuarios tienen derecho a diagnóstico, tratamiento y medicinas. Las personas que no cuentan con este seguro solo pueden ser atendidas en los CCSM.
El 80% del presupuesto destinado a psiquiatría se gasta en nóminas, mantenimiento de los centros de salud y atención médica, mientras que el 20% restante es para campañas de prevención e investigaciones. ShoshanaBerenzon, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría de México (INPRF), dice que este enfoque de inversión genera que los mexicanos no acudan a consultas médicas cuando están a tiempo de tratar un trastorno mental, sino que esperan hasta que su estado se agrave.
Pólizas privadas:
Los seguros privados excluyen la cobertura de trastornos mentales.
Perú
Tasa:
4,8 de cada 100 habitantes sufre depresión, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2017.Número de psiquiatras por habitante:
3 por cada 100 mil habitantes, según cifras del Instituto Nacional de Salud Mental.Costo de consulta particular:
de 15 a 60 dólaresSalario mínimo:
281 dólaresSistema público:
Con la reforma aprobada en mayo de 2019, el Seguro Integral de Salud (SIS) debe cubrir más de 400 diagnósticos de enfermedades y condiciones de salud mental (depresión, ansiedad, esquizofrenia y alcoholismo). Estas atenciones incluyen el diagnóstico y tratamiento en los 151 centros de salud mental comunitario, hospitales generales y establecimientos especializados.
Sin embargo, la falta de disponibilidad de medicinas es un problema frecuente y las personas deben esperar un largo período para conseguir una cita.
Pólizas privadas:
Las aseguradoras privadas no cubren enfermedades mentales pese a que la ley de salud mental indica que deben hacerlo. Está aún en proceso el reglamento de la ley aprobada en mayo de 2019.
Argentina
Tasa:
5 de cada 100 habitantes sufre depresión, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2017.Número de psiquiatras por habitante:
9,2 psiquiatras por cada 100 mil habitantes, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).Costo de consulta particular:
de 10 a 85 dólaresSalario mínimo:
235,71 dólaresSistema público:
Ciudadanos, residentes y personas en tránsito tienen derecho a ser atendidos por algún trastorno mental en los establecimientos del sistema público en forma gratuita. Además, en 2010, la ley de salud mental estableció que los centros psiquiátricos deben sustituirse por centros de atención ambulatoria, casas de estadías temporales que no aíslen ni desconecten a los internos, y se promueve un uso racional y responsable de psicofármacos.
Sin embargo, hay pocos centros comunitarios para atender a toda la población con trastornos mentales y no hay suficientes medicamentos gratuitos o subsidiados en los centros de Atención Primaria de la Salud y servicios de salud mental ambulatorios.
Pólizas privadas:
Algunos seguros sí cubren salud mental y pueden financiar consultas de psicología, sesiones de psicoterapia e internamientos. No obstante, la mayoría tiene un límite de consultas. Solo las coberturas más exclusivas incluyen entre 20 a 40 sesiones al año, o citas ilimitadas
Ecuador
Tasa:
4,6 de cada 100 habitantes sufre depresión, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2017.Número de psiquiatras por habitante:
1,7 por cada 100 mil habitantes, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) del 2015.Costo de consulta particular:
de 40 a 80 dólaresSalario mínimo:
400 dólaresSistema público:
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) tiene un régimen subsidiado y uno contributivo. Es el seguro más grande del país y cubre todos los trastornos mentales de sus afiliados desde el 2008.Esta cobertura incluye consulta externa, hospitalización, exámenes complementarios y medicinas.
El problema está en que no todos los ecuatorianos están afiliados a las IESS. Hasta el 2018, el 58% de los trabajadores no contaba con ningún seguro. Las personas que no están afiliadas al seguro social pueden recibir medicinas gratuitas de las farmacias hospitalarias del Estado, pero deben pagar por citas en consultorios particulares.
Pólizas privadas:
La mayoría no cubre salud mental.Aquellos seguros que la incluyen solo cubren gastos por lesiones realizadas debido a trastornos mentales, estados de demencia o intentos de suicidio. No incluye tratamientos.
Costa Rica
Tasa:
4,7 de cada 100 habitantes sufre depresión, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2017.Número de psiquiatras por habitante:
3,2 psiquiatras por cada 100 habitantes, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).Costo de consulta particular:
de 96 a122 dólaresSalario mínimo:
531 dólaresSistema público:
Costa Rica aprobó el Plan de Acción de la Política Nacional de Salud Mental (2012-2021) para que toda su población afiliada al seguro social acceda a diagnósticos y tratamientos. Pero a cuatro años de vigencia del plan, el Ministerio de Salud no ha ejecutado todo el presupuesto asignado para este fin.
Pólizas privadas:
La mayoría no cubre tratamientos para enfermedades mentales.