En el Perú, la prohibición casi total del aborto hace que las mujeres sean tratadas como criminales cuando se presentan en una sala de emergencia de un hospital con una hemorragia en busca de atención médica. Pero su persecución no ha reducido su práctica: más de mil mujeres abortan a diario en secreto en el país.
Los efectos de la política criminal son otros: muchas mujeres, sobre todo las más pobres, evitan ir a los servicios de salud y mueren desangradas. Y las que llegan a los hospitales enfrentan procesos judiciales con sanciones que marcan sus vidas.