Cuando preparamos una ensalada de tomate, licuamos un extracto de beterraga, añadimos trozos de cebollita china al arroz chaufa o comemos una ensalada de frutas con fresas puede que estos alimentos lleven un ingrediente no deseado y que no siempre es visible a nuestros ojos: un plaguicida nocivo para el medio ambiente y con potenciales daños para la salud. No, no es una simple suposición. Lo hemos demostrado con el Primer Monitoreo Ciudadano de Agroquímicos en Frutas y Verduras de Supermercados de Lima y Callao (Plaza Vea, Wong, Metro, Vivanda, Tottus y Minka).
Esta es la primera investigación de estas características que se hace a los productos que venden las grandes cadenas comerciales del Perú, las cuales tienen la responsabilidad de ofrecer alimentos en buen estado a todos los consumidores. Porque no basta con que parezcan limpios por su atractivo empaque, sino que los supermercados comprueben que sus proveedores de frutas y verduras cumplen con los estándares de límites máximos permisibles de plaguicidas usados para su cultivo en el país.
Por eso, Salud con lupa, en alianza con el Consorcio Agroecológico Peruano, el Consorcio por la Salud, Ambiente y Desarrollo, y la Red de Agricultura Ecológica, se pone al servicio de los ciudadanos para hacer una periódica vigilancia a la presencia de agroquímicos en los alimentos que los supermercados venden a los peruanos y para promover la actualización de las normas sobre el uso de plaguicidas y mejores prácticas de control sanitario de estos alimentos en el país.
En nuestro primer monitoreo, 51 de 84 muestras de ají amarillo, apio, fresa, beterraga, pimiento, cebollita china y tomate contenían agroquímicos que superaban los límites máximos permitidos por las normas locales, que suelen ser más flexibles que los estándares fijados en Chile, Estados Unidos y países de la Unión Europea. Además, encontramos 27 tipos de plaguicidas que siguen usándose en Perú, pero que ya están prohibidos en la Unión Europea por ser considerados cancerígenos y neurogénicos (que afectan el sistema nervioso central).
Si bien el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), que depende del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, realiza controles de agroquímicos en los alimentos durante su etapa de producción y procesamiento primario, nuestra investigación demuestra que su labor tiene vacíos y resulta insuficiente. Senasa nos ha dicho que los municipios son responsables de vigilar la idoneidad de los alimentos que venden los supermercados, pero antes de que ocurra un ‘peloteo’ de responsabilidades creemos que hace falta plantearnos diseñar un sistema de supervisión eficiente sobre el uso de agroquímicos en la producción de alimentos en el país.
Actualmente, no es posible seguir el rastro de estos productos una vez que los agricultores los cosechan para el mercado local. La mayoría de trabajadores del campo necesita asistencia técnica para revertir el uso indiscriminado de agroquímicos y lograr que la producción local tenga los mismos estándares que los alimentos que el Perú exporta a otros países. Así distribuidores, mercados y supermercados podrán verificar las condiciones en que se cultivan los alimentos que venden a los consumidores. Un proceso que evitará que llevemos a nuestra mesa frutas y verduras con un veneno oculto.