Nuestro mayor anhelo durante el primer año de la pandemia era la creación de una vacuna para detenerla. Ahora, con diversas opciones en el mercado, quizás el cansancio, el temor y la desinformación han hecho que nuestras inquietudes varíen. Actualmente miles de personas se agobian pensando en qué marca de vacuna es mejor. Eso es comprensible: todos queremos protegernos del coronavirus. Sin embargo, considerando que la realidad no permite a la mayoría elegir la vacuna que se pondrá, en este texto explicamos por qué cualquier vacuna contra la covid-19 es mejor que ninguna.
Comprender la eficacia de una vacuna exige considerar una amplia serie de factores. Esta puede variar según la edad de las personas, el grado de exposición al virus que enfrentan a diario, sus historiales médicos, las medidas de distanciamiento que mantiene el país donde viven, y muchos otros más. En un artículo anterior de Comprueba explicamos por qué existen diferentes porcentajes de eficacia al detalle. Sin embargo, sin importar la marca de la vacuna, lo que sí podemos asegurar hasta la fecha es que todas disminuyen el riesgo de enfermar de covid-19 gravemente y que ninguna impide la infección por coronavirus al 100%.
Por eso vemos de vez en cuando en los medios de comunicación reportes de casos de infección en personas vacunadas con distintas marcas. Por ejemplo, en enero de 2021 fueron registrados 12 casos de infectados en dos asilos de Almería, España, vacunados previamente con Pfizer/BioNTech. En un pueblo de Massachusetts, Estados Unidos, se contagiaron 469 personas durante el último verano. De ellas, el 74% había recibido las dos dosis de Pfizer o Moderna y el resto tenía la dosis única de Johnson & Johnson.
En abril, France 24 reportó que siete médicos de Piura, Perú, se contagiaron a pesar de haber recibido la primera dosis de AstraZeneca. En el mismo país, la Red Asistencial de Arequipa también informó que, entre abril y julio de este año, 315 doctores de la región dieron positivo para covid-19 a pesar de haber recibido las dos dosis de Sinopharm.
Los casos de infección tras la vacuna también han sido reportados por revistas científicas. El New England Journal of Medicine publicó en marzo un artículo en el que muestra que de los 28,184 trabajadores de la salud de la Universidad de California que habían recibido las dos dosis de Pfizer o Moderna, 37 dieron positivo a la prueba por PCR.
Aunque el número de casos es mínimo, el hecho de que aparezcan significa que ninguna vacuna puede evitar al 100% que las personas se infecten, especialmente con la aparición de nuevas variantes; y, por otro lado, que las personas vacunadas deben seguir usando mascarillas, lavándose las manos y manteniendo la sana distancia.
“Estos datos subrayan la importancia crítica de las medidas continuas de mitigación de la salud pública (uso de mascarilla, distanciamiento físico, examen diario de los síntomas y pruebas periódicas), incluso en entornos con una alta incidencia de la vacuna”, concluyeron los autores del estudio de California.
A pesar de la posibilidad de infección, las vacunas han probado ser efectivas para reducir la incidencia de la enfermedad severa. Un artículo publicado en mayo de 2021 en la revista científica BMJ mostró la efectividad (es decir qué tanto funciona la vacuna en la realidad, fuera de estudios clínicos) de Pfizer/BioNTech y AstraZeneca en más de 150 mil adultos de 70 años o más para evitar infección, hospitalización y muerte.
Tras analizar a las personas vacunadas durante treinta y cinco días después de la vacunación, se reportó que en ese primer período las personas tuvieron un mayor riesgo de infección, pero conforme avanza el tiempo la inmunidad aumenta. En el caso de Pfizer/BioNTech, entre los días 28 y 34 tras la vacuna, la eficacia llega al 61% mientras que la AstraZeneca llega al 60%.
Según los datos y las proyecciones publicadas hasta ahora, los porcentajes de las vacunas para prevenir infección van del 40% al 90%, ninguna logra el 100%, lo que quiere decir que las personas vacunadas podrían infectarse sin importar si recibieron Sinopharm o Pfizer.
¿Por qué se infectan las personas vacunadas?
Existen diferentes razones, y una de las más recurrentes es el tiempo. Así lo han informado los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos: “Típicamente le toma al cuerpo unas semanas el desarrollar inmunidad después de la vacunación. Es posible que una persona se infecte con el virus que causa covid-19 antes o después de la vacunación y desarrolle la enfermedad. Esto es porque la vacuna no ha tenido el suficiente tiempo para dar la protección necesaria”.
De la misma forma en la que el tiempo de desarrollo de la inmunidad puede ser una ventana para la infección, también puede depender del tiempo que se mantenga la inmunidad. Hasta ahora se desconoce con exactitud cuánto tiempo estarán protegidas las personas vacunadas, pero se ha reportado que los anticuerpos generados por la vacuna podrían reducirse después de seis meses, lo cual puede derivar en que una persona se infecte con mayor facilidad.
También pueden infectarse las personas que aún no reciben su segunda dosis, en el caso de las vacunas que requieren dos. Aunque la primera dosis ya aporta cierto nivel de inmunidad, no es hasta la segunda que las vacunas logran porcentajes de eficacia superiores, por lo tanto es probable que pueda haber infección, e incluso hospitalización, antes de tener el esquema completo.
En cualquier caso, estar vacunados sigue siendo una de las mejores formas para protegerse de enfermar gravemente, incluso cuando existe la posibilidad de infectarse. La mayoría de las personas que se infectaron luego de haber sido vacunadas reportan tener síntomas leves o moderados, lo cual confirma la efectividad de las vacunas.
Las vacunas han reducido las hospitalizaciones por covid-19
Lo más revelador que han mostrado las campañas de vacunación es que, sin importar la marca, las vacunas están provocando una disminución en el número de hospitalizaciones y muertes. De acuerdo con el portal de periodismo de datos, Serendipia, “entre febrero y junio de este año, las muertes por covid-19 de adultos mayores en México disminuyeron en 28%. Este periodo coincide con la campaña de vacunación en el grupo de edad integrado por personas mayores de sesenta años”.
Lo mismo se ha visto en Estados Unidos, donde, según un estudio publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, la vacunación redujo notablemente los resultados adversos de la covid-19: las hospitalizaciones fuera de la UCI disminuyeron 63,5%; las hospitalizaciones en las UCI en un 65.6%; y las muertes en un 69,3%.
También en Argentina ya tienen datos alentadores. El Ministerio de Salud de la Nación reportó en un estudio -aún preliminar- que las tres vacunas aplicadas en el país (Sputnik V, AstraZeneca y Sinopharm) han logrado reducir la mortalidad en personas mayores de sesenta años en un 80%. El ministerio resalta que las vacunas evitaron 5.500 muertes tan solo entre abril y mayo de 2021.
Lo que se ve en varios países es que la mayoría de quienes son hospitalizados o mueren por covid-19 son las personas que no han sido vacunadas. En México, por ejemplo, las autoridades sanitarias advirtieron hace unos días que el 97% de las personas que estaba hospitalizado por covid-19 no había sido vacunado. Incluso en aquellos lugares en los que parecería haber más vacunados hospitalizados, sigue siendo un porcentaje mínimo en comparación con el porcentaje de personas hospitalizadas no vacunadas.
Por lo tanto, antes de preocuparnos por qué marca es mejor que la otra, convendría enfocarnos en qué escenario preferimos: correr un mínimo riesgo de enfermar con síntomas leves, ingresar a Cuidados Intensivos o, incluso, llegar a la muerte. La respuesta no debería ser tan complicada. Vacunarse con la vacuna que esté al alcance es mucho mejor que no hacerlo. Todas son un escudo frente al coronavirus siempre y cuando lo llevemos bien puesto. Si nos hemos vacunado con una marca que necesita dos dosis, no dejemos de ir a que nos coloquen la segunda. Siempre demos el tiempo necesario a nuestro organismo para desarrollar anticuerpos. Y no nos confiemos en exceso: mantengamos las medidas de prevención durante esta pandemia, que aún no termina.