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Ten cuidado con las “terapias” post covid-19

Las recomendaciones para reducir el impacto de las secuelas del covid-19 abundan: desde hacer ejercicios para recuperar la función respiratoria hasta tomar suplementos para fortalecer el sistema inmune. Y aunque hay evidencia de que algunas de ellas funcionan, otras podrían resultar inútiles o perjudiciales.

Gotas nasales
Shutterstock

Para nuestra fortuna, son muchas más las personas que se recuperan que las que fallecen por covid-19. Aun así, cada día hay más evidencia de que esta enfermedad deja una amplia variedad de secuelas que pueden afectar la calidad de vida de los recuperados durante semanas o meses.

Un primer reto para médicos e investigadores ha sido identificar las secuelas e, incluso, nombrarlas. Hasta hace unos meses ni siquiera se tenía un nombre que englobara todos estos efectos. Fue hasta febrero de 2021 que Antony Fauci, asesor médico de la Casa Blanca en Estados Unidos, bautizó con el acrónico PASC (secuelas post covid agudo, en español) a los efectos prolongados de covid-19.

En ese momento también surgió la iniciativa PASC, que conjunta a distintos profesionales de la salud para entender por qué algunas personas se recuperan rápida y completamente de la infección y por qué otras tardan semanas o hasta meses.

Los estudios están en curso, mientras tanto, varios especialistas de diferentes países ya han registrado en artículos y manuscritos decenas de secuelas propiciadas por covid-19, que van desde síntomas comunes como fatiga, dificultad para respirar, cefalea (dolor de cabeza), insomnio o anosmia (pérdida del olfato), hasta asuntos menos frecuentes, y posiblemente más graves, como problemas cardiovasculares o de neuroinflamación con potencial a propiciar enfermedades neurodegenerativas.

Para muchas de estas secuelas, como fatiga, ansiedad o insomnio, los especialistas advierten que se trata de secuelas temporales, y recomiendan que las personas descansen y dejen que su cuerpo se recupere a su propio ritmo.

“No se asusten. Lo que estamos observando en general es que [las distintas capacidades físicas] se recuperan con el tiempo. Hay que tener paciencia. Finalmente todos estos signos quieren decir que salieron vivos de la enfermedad”, afirmó en una entrevista en línea la médica genetista Talia Wegman.

Pero para otros padecimientos, es posible que las personas requieran algo de ayuda para agilizar la recuperación sin poner su salud en riesgo. Sobre estos tratamientos ya empieza a haber algo de evidencia para determinar si funcionan o no.

Lo que se ha probado que funciona

Ejercicios para recuperar el olfato

Desde inicios de la pandemia, la anosmia (pérdida de la capacidad olfatoria) se registró como una de las secuelas más persistentes entre los pacientes con covid-19. Y a pesar de que no existen estudios amplios al respecto, muchos especialistas coinciden en que una de las mejores formas para agilizar su recuperación es la estimulación del olfato o las terapias de re entrenamiento olfativo (SRT, por sus siglas en inglés).

Estas terapias se basan en oler cuatro tipo de fragancias: rosa (floral), limón (afrutado), clavo (picante) y eucalipto (resinosa), de 10 a 20 segundos al menos una o dos veces al día y durante 3 meses, para estimular los nervios olfativos.

Para Wegman, basta con oler cualquier tipo de fragancia intensa. “La recomendación son cosas muy puntuales como estar estimulando el olfato, por ejemplo, oler café o cosas muy aromáticas para, poco a poco, empezar a regenerar la capacidad respiratoria”.

En cualquier caso, la primera recomendación para quien, después de padecer covid-19, lleva varios días sin poder oler como antes, es acudir al otorrinolaringólogo para que establezca el nivel de anosmia de cada paciente y, en consecuencia, el tipo de terapia específica que requiere.

Ejercicios para respirar mejor

La dificultad para respirar, la falta de aliento o “disnea”, es también un efecto post- covid-19 que puede durar varias semanas o incluso meses. De acuerdo con un estudio publicado en la revista The BMJ, las técnicas para controlar la respiración buscan aumentar el movimiento del diafragma para normalizar los patrones de respiración y reducir con ello la fatiga y la disnea.

Esta técnica implica que el paciente, sentado en una posición de apoyo, respire por la nariz y expire por la boca, al tiempo que relaja el pecho y los hombros y permite que el abdomen se eleve. “El objetivo es que la relación entre la inspiración y la espiración sea de 1:2. Esta técnica puede emplearse con frecuencia a lo largo del día, en intervalos de 5 a 10 minutos (o más, si resulta útil)”, dice el estudio.

También para estas terapias, especialmente las que implican técnicas más sofisticadas de respiración diafragmática, se recomienda la asistencia de especialistas.

Terapias de rehabilitación integral

Distintos centros de investigación han identificado que el covid-19 es una enfermedad que afecta a varios órganos, la rehabilitación debe implicar a especialistas de diversas disciplinas. La Universidad de Penn, por ejemplo, incluye en su tratamiento análisis de sueño, piel, movilidad, cognición, dolor, ansiedad, depresión, entre otras.

Según los CDC, estas intervenciones incluyen terapias físicas y ocupacionales, del habla y del lenguaje, así como la rehabilitación neurológica para los síntomas cognitivos; todo acompañado por buenas condiciones de sueño, nutrición y bajo estrés.

Uno de los pocos estudios que ha probado el éxito de este conjunto de terapias se publicó hace un par de meses por investigadores británicos. En él, el grupo evaluó a 30 individuos, con un promedio de edad de 58 años, que, tras completar un programa de rehabilitación integral de 6 semanas, tuvieron “mejoras en la capacidad de ejercicio y en los síntomas de disnea, fatiga y cognición”.

Lo que no se ha probado que funciona o
podría ser contraproducente

Corticosteroides para tratar anosmia

Los estudios más recientes de corticosteroides -medicamentos que suprimen la respuesta del sistema inmune- para tratar la pérdida del olfato apuntan a que su uso no hace ninguna diferencia en pacientes post covid-19. Uno de los más comunes son las gotas nasales con betametasona, que se usan regularmente para aliviar síntomas de algunas alergias como la congestión, la comezón o el escurrimiento nasal.

En un estudio reciente, investigadores de Iraq aplicaron estas gotas a 138 pacientes tres veces a la semana durante un mes, mientras que otras 138 personas recibieron placebo. Cuando compararon el grado de anosmia en ambos grupos, concluyeron que las gotas nasales no hicieron ninguna diferencia y que la mayoría de los pacientes, sin importar el grupo, recuperó el olfato en menos de un mes. “No se aconseja el uso de betametasona nasal para facilitar el tiempo de recuperación de la anosmia aguda”, concluyeron.

Lo mismo ocurrió con otro estudio en el que prueban la utilidad de los sprays nasales con fluticasona (otro corticosteroide con propiedades antiinflamatorias): no hay diferencia significativa. Sin embargo, aprovechando la carencia de tratamientos para la pérdida del olfato, han aparecido en el mercado productos de inhalación para “fortalecer el sistema inmune” o “recuperar el olfato” como Corona-Cure, refutado por la FDA desde inicios de la pandemia.

Usar saunas o cámaras de vapor

A pesar de que hay evidencia muy limitada de que los saunas pueden reducir la incidencia de resfriados o que pueden disminuir los dolores de pacientes con artritis reumatoide, hasta ahora no existe ningún estudio que pruebe que el uso del calor, específicamente a traves de saunas o cámaras de vapor, ayude a recuperarse de las secuelas post covid-19. El hecho de que estos lugares sean reagularmente pequeños, encerrados y de uso colectivo podría implicar mayor riesgo de un contagio, incluso si las personas ya pasaron por la enfermedad o ya están vacunadas.

Suplementos alimenticios

Aunque la evidencia no es convincente, muchas personas empezaron a consumir suplementos alimenticios desde inicios de la pandemia para tratar o prevenir la enfermedad. Como consecuencia, la industria ha tenido ganancias históricas en el último año, pero pocas pruebas de que los productos hagan una diferencia real para disminuir las secuelas por covid-19. Algunos de los estudios publicados hasta ahora, tanto de vitamina D, como de vitamina C y zinc, muestran que no hay una diferencia significativa ni en la mejora de síntomas ni para una recuperación más rápida entre quienes los tomaron y quienes no lo hicieron.

Es cierto que algunos suplementos podrían ayudar a personas con deficiencias nutricionales específicas, pero algunos especialistas como los de la Universidad de Harvard advierten que su consumo excesivo en personas que no tienen estas deficiencias podría resultar contraproducente.

“Las dosis altas de vitamina C pueden provocar diarrea o malestar estomacal. También se ha observado que los suplementos de vitamina C en dosis elevadas pueden interferir con los anticoagulantes o los medicamentos para reducir el colesterol. Las dosis elevadas de vitamina D pueden provocar síntomas graves, como molestias estomacales, lesiones renales y pancreatitis, e incluso pueden poner en peligro la vida”, dice en su sitio web la Universidad de Harvard.

Remedios ‘mágicos’

Muchos de los remedios que se comercializan actualmente para tratar o prevenir covid-19 no solo no funcionan, sino que podrían ser peligrosos. Algunos ejemplos van desde el dióxido de cloro y remedios homeopáticos hasta decenas de productos milagrosos que prometen prevenir o tratar covid-19 y sus secuelas. El riesgo, más allá de que no hacen ninguna diferencia en que las personas se recuperen más rápido de la enfermedad, es que pueden infundirles la falsa expectativa de que están protegidos contra una nueva infección y decidir, por ejemplo, no vacunarse o no seguir las medidas sanitarias aún después de haberse vacunado. Por lo tanto, dado que a la fecha no hay un tratamiento único que nos ayude a recuperarnos de covid-19, los especialistas recomiendan lo más simple: llevar una vida saludable; dormir bien, tener una dieta equilibrada, tener alguna actividad física y beber mucha agua.

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