La minera Yanacocha solo recuperó una tercera parte del mercurio que se derramó en Choropampa en el año 2000. El resto quedó en techos, paredes y suelos, afectando por décadas la salud de cientos de personas. Aunque la compañía financia un seguro privado, este apenas cubre atenciones básicas y excluye enfermedades por intoxicación. El Estado, por su parte, nunca implementó un programa público ni ha reconocido oficialmente el daño. A 25 años del desastre, las víctimas siguen sin justicia.