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Así trabaja el equipo que corrige el registro de fallecidos por COVID-19 en Perú

Desde abril un grupo independiente de expertos se encarga de subsanar el desfase que hay entre el conteo oficial y la cifra real de fallecidos por COVID-19 en el país. Su primer análisis reveló que hubo 3.688 personas que murieron por esta enfermedad y no fueron incluidas en el reporte oficial del Gobierno.

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Un sepulturero cumple con la inhumación de un fallecido por COVID-19 en un cementerio.
Foto Agencia EFE

El Ministerio de Salud ha empezado a corregir el desfase que existe entre la cifra oficial de muertes por COVID-19 y la cantidad real de personas que perdieron la vida a causa de esta enfermedad. Para esta tarea se conformó en abril un equipo independiente de profesionales de prospectiva que presentó ayer su primer análisis: hubo 3.688 fallecidos que no fueron incluidos en los reportes del Gobierno entre marzo y junio, lo que elevó a 17.455 el total de muertes reconocidas hasta la fecha en el Perú.

En una rueda de prensa, la ministra Pilar Mazzetti se encargó de dar los resultados y explicó que este grupo revisó 20.000 certificados registrados en el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) desde el inicio de la pandemia hasta fines de junio. Este proceso se hizo de manera manual caso por caso.

La doctora Mazzetti indicó que el equipo multidisciplinario, que integran un representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), epidemiólogos, estadísticos, economistas, matemáticos y médicos infectólogos, seguirá trabajando sobre las cifras de julio para corregir el subregistro en las defunciones.

"La cifra real de fallecidos no se conocerá hasta un año después del fin de la pandemia, pero se ha comenzado esta investigación para tener datos más transparentes y exactos", explicó.

Perú, el sexto país del mundo y el segundo de Latinoamérica con más casos de COVID-19 al acumular 366.550 contagios, figura también entre los primeros del mundo en exceso de muertes durante la pandemia.

Desde que se registró el primer caso de coronavirus en marzo hasta fines de junio, Perú registró 71.328 muertes totales (por distintas causas); es decir, casi el doble de decesos en el mismo periodo de 2018 y 2019. Esto permite estimar que hubo alrededor de 37.000 fallecidos más que en otros años, según las cifras del Sinadef.

"Los sistemas de información en salud en el país no han sido, ni son, los más óptimos. Esto incluye a la información epidemiológica, que se ha debilitado mucho por una muy limitada inversión en salud pública y la descentralización", señaló ayer el exministro de Salud, Víctor Zamora, quien conformó el grupo de prospectiva.

La pandemia de COVID-19 encontró al país con dos subsistemas para registrar y monitorear la mortalidad: el sistema de notificación epidemiológica y el Sinadef. La principal ventaja del sistema de información epidemiológica está en que registra los casos comprobados por una prueba de laboratorio. Este dato es el que se usa para reportar los casos oficiales de contagiados a la OMS. Si bien el Sinadef tiene la ventaja de reportar todas las muertes sospechosas que pudieron ser causadas por el coronavirus, la limitación es que no se confirma con un método de diagnóstico.

"Ambos sistemas dependen de la calidad del registro. El primero depende de las oficinas de epidemiología, que están en manos de los gobiernos regionales, y el segundo de la calidad del llenado del certificado de defunción por parte del médico", explicó el doctor Zamora.

El problema con el conteo de las pruebas

En la misma rueda de prensa, la ministra Mazzetti anunció que su sector creará otra comisión especial para corregir las cifras de contagios de COVID-19 ante la divergencia de números entre los casos reportados por el Gobierno Central y los de los gobiernos regionales. Mazzetti aseguró que esto se debe a que hay varias dificultades para el registro de pruebas por parte del personal médico, "que no es constante y fluido". Además, indicó que no siempre las regiones ingresan su información en el sistema del Ministerio de Salud.

A ello se añade que algunos gobiernos regionales han comprado sus propias pruebas rápidas de manera paralela a las adquiridas por el Gobierno Central. "No sabemos dónde las han comprado y no podemos garantizar la fiabilidad de esas pruebas rápidas", advirtió.

Sobre este problema, el presidente de la República, Martín Vizcarra, aclaró ayer que el Gobierno solo ofrece cifras de contagios confirmadas mediante las pruebas del Ministerio de Salud para evitar que haya "una distorsión" de datos que contenga un eventual gran número de falsos positivos.

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