A casi dos años del inicio de la pandemia de la covid-19, los estudios sobre la ivermectina han demostrado que este fármaco no trae beneficios para la prevención o el tratamiento del nuevo coronavirus. Pese a ello, este antiparasitario para animales es usado aún por miles de personas en todo el mundo y es promovido por grupos antivacunas e incluso por las autoridades de algunos países.
A la ivermectina muchos la han considerado un fármaco casi milagroso, que con solo una dosis diaria era capaz de protegernos del virus. De acuerdo con nuestra herramienta Científicamente Comprobado, que analiza los principales tratamientos para el coronavirus, entre enero y marzo de este año, el antiparasitario era calificado como una medicina prometedora; es decir, una que mostraba resultados iniciales alentadores, aunque todavía no se podía asegurar que fuera beneficiosa.Sin embargo, con el avance de las investigaciones, el estatus de la ivermectina ha cambiado y actualmente se ubica en la categoría “uso no apropiado”.
Esto se explica porque, de los 36 ensayos disponibles, que abarcan más de 9 mil pacientes, ninguno ha demostrado la eficacia de la ivermectina frente a la covid-19. El estudio más grande y de mayor calidad sobre este producto es el TOGETHER 2, promovido por la Universidad McMaster de Canadá. Hace poco, sus autores informaron, a través de una nota de prensa, no haber encontrado que este medicamento resulte eficaz contra dicha enfermedad.
Pero el problema no es solo que la ivermectina sigue siendo administrada contra la covid-19, pese a la falta de buenos resultados. En algunos estudios que alentaban su uso se han hallado errores graves o signos de un posible fraude. “En los estudios que sí se puede ver algún resultado bueno de la ivermectina, suelen presentarse metodologías cuestionables”, indica el médico e investigador Álvaro Taype-Rondán.
Un grupo de investigadores independientes procedentes de Australia encontró datos de un mismo paciente en personas supuestamente distintas, evidencia de que los pacientes no fueron seleccionados de forma aleatoria, porcentajes calculados incorrectamente y un trabajo sin el aval de las autoridades sanitarias.
Kyle Sheldrick, médico e investigador de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, indicó el mes pasado a la BBC que es muy probable que algunos de estos ensayos hayan sido manipulados con la intención de atribuir beneficios a la ivermectina frente a la covid-19.
La Organización Panamericana de la Salud también revisa periódicamente la evidencia científica de las posibles terapias contra la covid-19. Según informa, al 22 de octubre de este año, solo consideró bien hechos seis de doce estudios que evaluaron la eficacia de la ivermectina contra la mortalidad por el coronavirus. Eso significa que presentan bajos niveles de sesgos. Ninguno de ellos ha demostrado que el fármaco sea beneficioso.
Los estudios retractados
De acuerdo a la base de datos Retraction Watch, existen cinco estudios que mostraron inicialmente buenos resultados de la ivermectina para tratar la covid-19; sin embargo, debieron ser retractados por presentar graves faltas éticas.
Uno de los más polémicos fue el liderado por el académico egipcio Ahmed Elgazzar, que presentó su estudio Eficacia y seguridad de la ivermectina para el tratamiento y la profilaxis de la pandemia covid-19 en Research Square, una plataforma de preimpresión, es decir, que permite a los investigadores presentar su trabajo aún no revisado por pares.
El artículo, que estudió a 600 pacientes con covid-19, gozó de tanta popularidad que llegó a las manos de Jack Lawrence, un estudiante de maestría en Medicina en Londres, que halló evidencias de plagio en el documento. Hubo algo más grave: los datos contenían nombres de pacientes que habían muerto antes de que comenzara el ensayo. En julio de este año, la plataforma retiró el documento de su portal web.
Otro caso corresponde a un estudio realizado en Líbano. Efectos de una dosis única de ivermectina en los resultados virales y clínicos en sujetos asintomáticos infectados con SARS-CoV2 es un ensayo clínico que fue publicado en la revista científica Viruses en mayo de 2021. Fue realizado por nueve científicos, liderados por el investigador Ali Samaha.
El estudio se realizó en cien personas libanesas que estaban infectadas de covid-19, pero que eran asintomáticas. A la mitad les dieron tratamientos con vitaminas y suplementos, y a la otra le dieron el mismo tratamiento más una dosis de ivermectina. Se concluyó que, 72 horas después, la carga viral de los que consumieron el antiparasitario disminuyó, mientras los otros hicieron síntomas.
Sin embargo, en este estudio se descubrió que se repetían los datos de once pacientes, lo que sugería que en el ensayo participaron menos personas que las declaradas. Según los autores del estudio, los datos habrían sido manipulados o ingresados por error en el archivo final.
Aunque estos estudios ya han sido retractados, las estadísticas internacionales indican que estos documentos fueron citados en muchas oportunidades, lo que podría haber propiciado la defensa de esta medicina por otros investigadores o personas.
Los otros tres estudios retractados, que tuvieron menor cobertura a nivel internacional, fueron realizados por investigadores de Estados Unidos. Estos fueron retractados por conflicto de intereses, datos falsos o información limitada.
Gabriel Rada, fundador de Epistemonikos y director del Centro de Evidencia de la Universidad Católica de Chile, explica que “hay sitios web anónimos que van sintetizando estos estudios de una manera muy poco tradicional, y terminan recomendando la ivermectina como si fuera ciencia del más alto nivel, pero es algo muy cercano al fraude”.
En Perú, las autoridades sanitarias han dejado de recomendar la ivermectina en sus tratamientos contra la covid-19, lo que quiere decir que ningún médico debería recetar este producto. El Ministerio de Salud lo ha retirado de su guía hace algunos meses y EsSalud ha presentado, incluso, la recomendación en contra de su uso.
“Las autoridades sanitarias tienen la obligación de tomar decisiones basadas en evidencia, no solo en votaciones de supuestos expertos o de algún estudio elegido de manera arbitraria”, recomienda el epidemiólogo Taype-Rondán.
La ivermectina sí puede ser peligrosa
El uso de la ivermectina en humanos puede causar efectos adversos, que pueden variar desde leves a graves. En el 2020, EsSalud presentó un cuadro de estas reacciones frecuentes entre las personas que consumen el fármaco: visión borrosa, dolor abdominal, vómitos, diarrea, mareos, urticaria o síntomas de neurotoxicidad.
También pueden registrarse reacciones más graves, aunque poco frecuentes, como la Reacción de Mazzotti, una enfermedad que se caracteriza por fiebre, taquicardia, entre otros, y que puede resultar potencialmente mortal.
Además de estos efectos adversos físicos, el peligro de consumir ivermectina es la falsa sensación de seguridad frente a la covid-19. La experta en salud pública y exministra de Salud de Perú, Patricia García, dijo a la BBC que en un momento calculó que 14 de cada 15 pacientes que vio en el hospital por covid-19 habían tomado previamente ivermectina. Cuando acudieron al centro médico, los síntomas ya eran preocupantes.