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La pandemia ya dejó en Perú más muertos que la guerra con Sendero Luminoso

El Gobierno argumenta que el país tiene la más alta tasa de mortalidad en el mundo por COVID-19 al hecho de haber incluido la cifra de muertos sospechosos por la enfermedad en el conteo de fallecidos oficial.

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Familiares cargan el féretro de Kelly Cozme durante su entierro en el Cementerio del distrito de Comas el 20 de agosto de 2020, en Lima (Perú).
EFE/Paolo Aguilar

En seis meses de pandemia, el Perú suma más de 70.000 muertos, un número superior a las víctimas que dejó en dos décadas la violencia del conflicto armado interno causado por las organizaciones terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).

Es el nuevo hito del Perú en esta crisis sanitaria, donde han muerto en medio año más personas que las 69.000 que se estima que se cobró el enfrentamiento entre el Estado y los terroristas, según la estimación más alta que realizó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) en su informe final.

Agosto fue el cuarto mes consecutivo que cerró con más de 25.000 muertos a nivel nacional, más del doble que lo habitual antes de la pandemia, según figura en el Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef), registro que se ha vuelto el mayor barómetro de esta tragedia nacional. Los meses de marzo y abril también superaron con mucho las cifras medias de defunciones.

Con ese ritmo mensual de fallecimientos, y sin ser un evento bélico, los seis meses de emergencia han superado el saldo mortal de cualquier guerra o conflicto bélico en 199 años de independencia del Perú, incluida la cruenta Guerra del Pacífico contra Chile (1879-1884) que tanto marcó la historia republicana con unas 18.000 muertes.

Aumento de 120% de muertes

Desde marzo, cuando se conoció el primer caso de coronavirus en el Perú, han fallecido en total unas 125.000 personas por cualquier causa, lo que supone un 120 % más que los decesos registrados en el mismo periodo de los dos años anteriores.

Ese exceso de muertes asciende ya a más de 70.000 personas fallecidas, de las que apenas 29.000 son decesos confirmados por COVID-19, lo que hace de Perú el primer país del mundo en mortalidad por coronavirus al promediar 88 muertes por cada 100.000 habitantes.

De las 44.000 restantes, hay unas 11.000 consignadas como sospechosas de coronavirus por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud, pero aún quedan otras 18.000 muertes inusuales sin explicar.

Pese a que solo pueden figurar como confirmados aquellos fallecidos que han dado positivo a una prueba de descarte de COVID-19, el Gobierno peruano está revisando desde junio cada muerte para poder acercarse lo antes posible a la cifra real de muertos por el coronavirus.

Solo el número de muertes confirmadas hasta ahora por el virus SARS-CoV-2 es ya superior a la cifra de víctimas documentadas que dejó el conflicto interno, que asciende a unas 25.000 identificadas.

Hace casi tres meses que en Perú mueren a diario por COVID-19 más personas que las 117 que perdieron la vida en 1984 en la masacre de Soras, la mayor matanza atribuida a Sendero Luminoso en sus numerosas venganzas terroristas contra los pueblos de los Andes que no se sumaban a su lucha armada.

También es un número superior a las al menos 109 personas cuyos restos fueron hallados cerca del cuartel Los Cabitos, el mayor centro de torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones que practicaron sistemáticamente las fuerzas armadas entre numerosos episodios de violaciones a los derechos humanos.

Cientos de policías y médicos muertos

Estos crímenes tampoco alcanzan por separado para igualar el número de médicos fallecidos por COVID-19 en Perú, que alcanza ya los 155, y menos aún para los policías que murieron a causa del virus, que suman ya más de 400, más de la mitad de los casi 700 policías caídos en el conflicto interno, según la CVR.

Las masacres del periodo de violencia acontecido en Perú hay que multiplicarlas por seis para alcanzar la magnitud de muertes diarias que ha reportado el Sinadef en el peor momento de la pandemia, con un pico máximo de casi 700 en un solo día.

Las razones del récord

El Gobierno peruano atribuye tener la más alta tasa de mortalidad en el mundo por la COVID-19 al hecho de haber incluido la cifra de decesos sospechosos por la enfermedad en el número de muertes con prueba confirmada hasta la fecha.

El presidente del Consejo de Ministros, Walter Martos, declaró que "hay varios factores que están concurriendo para que el país tenga la mayor tasa de mortalidad", entre las cuales mencionó que Perú está "transparentando el número de fallecidos".

"No conozco otro país, aparte del Perú, que durante la pandemia esté siendo transparente con el número de fallecidos (...) hay números de sospechosos de COVID que han pasado (al registro oficial) y eso eleva el número a nivel mundial", afirmó.

Perú pasó a ser el país con la mayor mortalidad del mundo por COVID-19, después de que Bélgica corrigiese su cifra de fallecidos por el coronavirus y restase 121 decesos a su balance del impacto de la enfermedad.

Con información de la Agencia EFE

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