Los congresistas de la Comisión Especial Multipartidaria de Monitoreo, Fiscalización y Control del Programa Hambre Cero presentaron un proyecto de ley para prohibir la fabricación, distribución, comercialización y uso de plaguicidas altamente peligrosos para la salud humana y el medio ambiente. La lista incluye diez agroquímicos: metomil, oxamil, clorpirifos, glifosato, mancozeb, imidacloprid, tiametoxam, clotianidina, fipronil y cipermetrina. Varios están prohibidos en la Unión Europea, Estados Unidos y otros países de la región, pero en el Perú se siguen utilizando.
En un escenario de retiro del mercado peruano de estos agroquímicos, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) tendría que promocionar prácticas alternativas para controlar las plagas que dañan los campos de cultivo. Asimismo, la propuesta busca capacitar a los productores en el manejo de los pesticidas para reducir la contaminación ambiental y los riesgos de intoxicaciones agudas, que en el Perú afectan cada día a cuatro personas.
El proyecto también plantea que los locales que venden plaguicidas se reubiquen progresivamente fuera de las zonas urbanas; es decir, lejos de los establecimientos de salud, colegios, boticas, panaderías y otros puestos de venta de alimentos para el consumo humano, como sucede actualmente.
La iniciativa fue suscrita por los parlamentarios José Arriola, Kelly Portalatino, Carlos Zeballos, Hilda Portero, Cruz Zeta, Esdras Medina, María Acuña y Miguel Ciccia, y tiene como base una investigación publicada por Salud con lupa en alianza con el Consorcio Agroecológico Peruano, el Consorcio por la Salud, Ambiente y Desarrollo, y la Red de Agricultura Ecológica. “Este tema cobra nuevamente relevancia debido al reciente reportaje publicado en la plataforma digital Salud con lupa que difundió los resultados del Primer Monitoreo Ciudadano de Agroquímicos en Frutas y Verduras de Supermercados de Lima y Callao”, se lee en el documento.
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego sería la institución que -a través del Servicio de Sanidad Agraria (Senasa)- dé cumplimiento a la norma en coordinación con la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud, que analiza el impacto de los plaguicidas en la salud de las personas, y la Dirección General de Asuntos Ambientales (DGAA) del Midagri, que revisa las consecuencias en el ambiente.
Las bases para la prohibición
En el primer monitoreo ciudadano revelamos que en los supermercados Plaza Vea, Wong, Metro, Vivanda y Tottus, de Lima, y en Minka, del Callao, se venden frutas y verduras que superan los límites máximos de residuos de plaguicidas. En consecuencia, los alimentos dejan de ser aptos para el consumo humano por sus potenciales riesgos a la salud, según explica la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud. Esta institución estableció los límites en el 2016, pero quien fiscaliza su cumplimiento en el campo y en la etapa de producción primaria de los alimentos agropecuarios es el Senasa.
Para la investigación se tomaron 84 muestras de ocho tipos de frutas y verduras vendidas en los supermercados: ají amarillo, apio, fresa, beterraga, pimiento, cebollita china, tomate y pepinillo, que luego fueron analizadas por los laboratorios certificados Groen Agro Control y Meriux Nutrisciences Perú. 51 de las muestras contenían en total 37 plaguicidas por encima del límite máximo permitido, uno de ellos fue el carbofurano, cuyo uso está prohibido en el Perú desde septiembre de 2022.
La presencia de estos plaguicidas en los alimentos representan un riesgo para la salud humana. De los 37 agroquímicos detectados, encontramos que al menos once son capaces de alterar la estructura o el número de cromosomas de una persona, la parte de la célula que registra la información genética. Esas alteraciones se conocen como aberraciones cromosómicas y se han asociado a cáncer, envejecimiento, retraso mental, entre otras enfermedades, según el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional de Costa Rica.
Las cantidades de agroquímicos hallados superaron hasta 249 veces los límites máximos permitidos de las normas sanitarias peruanas, según se observa en el siguiente gráfico interactivo.
Pesticidas hallados en alimentos vendidos en supermercados
Los siguientes tipos de alimentos, vendidos en supermercados de Lima y Callao, superaron los límites máximos de residuos de plaguicidas permitidos para ser consumidos. Los resultados se basan en análisis multiresiduos de plaguicidas realizados por los laboratorios certificados Mériux NutriSciences-Perú y Normec Groen Agro Control. El símbolo significa que el alimento tuvo agroquímicos en exceso; mientras que el significa que no los tuvo o la cantidad hallada fue menor a los límites máximos establecidos por las normas sanitarias.
El proyecto de ley también tiene como referencia una iniciativa presentada el 18 de febrero de 2021 por el entonces congresista Roberto Carlos Chavarría. El funcionario propuso evitar el uso de todos aquellos plaguicidas agrupados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como sumamente peligrosos y muy peligrosos. Asimismo, que el Senasa implemente programas intensivos de capacitación a los agricultores sobre el uso adecuado de los agroquímicos; sin embargo, su propuesta fue archivada seis meses después ante el cambio de legislatura.
Para la elaboración del proyecto también se consideró una propuesta legislativa elaborada por el Consorcio Agroecológico Peruano y la Red de Acción en Agricultura Alternativa. Esta propuesta se sustenta en la mesa técnica “Campos libres de plaguicidas”, realizada por la Comisión Especial Multipartidaria de Monitoreo, Fiscalización y Control del Programa Hambre Cero el 16 de noviembre de 2022 como consecuencia de la denuncia pública por la presencia de plaguicidas en la cebollita china y otros vegetales en ellos mercados de Lima. En la mesa, además, participaron funcionarios del Senasa y la Plataforma Slow Food Perú.
Riesgos para la salud y el ambiente
Los plaguicidas altamente peligrosos pueden originar efectos tóxicos agudos; es decir, síntomas como mareos, vómitos o dolor de estómago en menos de 24 horas de haber estado expuestos a la sustancia, o efectos crónicos, que se manifiestan a lo largo de los años. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, “el uso extendido de estos productos ha causado problemas de salud y muertes en muchas partes del mundo, por lo general como consecuencia de la exposición laboral y la intoxicación accidental o deliberada”. Se estima que unas 186 mil personas fallecen cada año por envenenamiento con estas sustancias.
En el 2017, el Ministerio de Salud reportó 2,489 intoxicaciones agudas por plaguicidas en el Perú. El 30% fue causada por agroquímicos clasificados como sumamente peligrosos y muy peligrosos.
El clorpirifos es uno de los diez plaguicidas mencionados en el proyecto de ley y está registrado en el Perú hace 27 años para acabar con las plagas de más de 12 cultivos, como la papa, pimiento, alcachofa, entre otros alimentos. Hace más de dos años, la Unión Europea prohibió que se importen alimentos que contengan residuos de este agroquímico por estar asociado a efectos neurológicos en el desarrollo de los niños. En nuestro país, el Senasa dijo que iba a someter a un proceso de revaluación el clorpirifos y otros plaguicidas. Solicitó las opiniones técnicas de la Digesa y la Dirección General de Asuntos Ambientales Agrarios (DGAAA); sin embargo, el proceso de revisión no termina.
El glifosato, en tanto, es un herbicida que fue clasificado en marzo de 2015 como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer de la OMS, pero que sigue siendo permitido en el Perú, principalmente en los cultivos de café.
En el proyecto de ley también se mencionan los insecticidas imidacloprid, clotianidina, tiametoxam, cipermetrina y fipronil que son de alto riesgo para las abejas, responsables de asegurar la reproducción de las plantas a través de la polinización, un proceso del que depende el 75% de especies del planeta. El fipronil, por ejemplo, es una sustancia de color blanco y sin olor que les ocasiona convulsiones, temblores y parálisis por lo que fue prohibida en la Unión Europea el 2013 y en Colombia a inicios de este año.
Otros de los plaguicidas con efectos en la flora o fauna son el oxamil, por su toxicidad alta en truchas y crustáceos, por lo que no se emplea en once países de la Unión Europea, Panamá y Estados Unidos. Mientras que el metomil resulta muy tóxico para las aves y moderadamente tóxico para los peces. Este plaguicida dejó de utilizarse en 19 países de la Unión Europea, Malasia, Belice, Panamá y Estados Unidos.