A Madeleine*, estudiante de sexto grado de primaria, el desayuno que le entregan en el colegio Pitágoras de Puente Piedra le sabe a una comida desabrida que transcurre cada día sin ninguna novedad. “A veces me aburro de comer siempre lo mismo, —dice encogiéndose de hombros—así que lo guardo para llevarlo a casa. O, si no, se lo paso a mis compañeros”. Josué*, alumno de segundo grado de primaria en la misma escuela, cuenta que casi siempre desayuna en casa, pero que come toda su ración aunque no le guste el sabor. “Mi mamá me ha dicho que no debo dejar los alimentos”, repite.
Al colegio de estos niños, ubicado en uno de los distritos más grandes y en mayor pobreza de la zona norte de Lima, llegan los desayunos de Qali Warma, el programa nacional del Estado que distribuye alimentos a más de cuatro millones de estudiantes de 3 a 12 años de 65,500 colegios públicos del Perú. Su obligación es garantizar raciones nutritivas y variadas para evitar que un estómago vacío disminuya su rendimiento y los estudiantes tengan energías para atender sus clases, pero esto no se cumple en gran parte de escuelas de la capital. Los alumnos suelen recibir una galleta o un queque, a veces un huevo duro y una bebida de avena. Y hay semanas en las que es posible que no tengan nada de tomar.
No es una observación subjetiva de un grupo de estudiantes. Informes internos del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), del que depende Qali Warma, han detectado que, con los desayunos del programa, el 95% de estudiantes no cubre los requerimientos mínimos de hierro y el 46.6% no recibe las proteínas necesarias.
¿Por qué pasa esto con un programa público en el que se invierte en promedio S/ 2 mil millones al año?
Qali Warma, creado en 2012 para solucionar los problemas del antiguo Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA), utiliza un régimen especial de contrataciones públicas para seleccionar a las empresas que se encargan de preparar los desayunos escolares. No obstante, el proceso de evaluación y selección de proveedores presenta graves fallas, lo que permite que varias empresas se beneficien a costa de la calidad de la alimentación y nutrición de millones de estudiantes.
En esta investigación, Salud con lupa expone esos problemas con un caso concreto.
La empresa contratada por Qali Warma para preparar y distribuir este año los desayunos del colegio Pitágoras y de otros 200 centros educativos de Lima Metropolitana y el Callao pertenece a la red de negocios de la familia Jiménez, un grupo que ha creado 23 razones sociales para sortear barreras de todo tipo y mantenerse como parte de los principales proveedores de los desayunos escolares. Solo entre los años 2021 y 2024, las empresas de esta familia consiguieron el 25% de los contratos del programa para alimentar a más de 600 mil estudiantes de 1991 colegios de la capital por un monto de más de 200 millones de soles, según un análisis de datos de las adquisiciones de Qali Warma realizado para este reportaje.
A partir de la revisión de documentos técnicos, visitas a colegios, entrevistas a expertos, análisis de antecedentes y conexiones de un grupo de proveedores de Qali Warma, Salud con lupa halló que cinco consorcios (formados por 13 empresas) de la familia Jiménez han logrado ganar millonarios contratos este año a pesar de que 6 de sus empresas habían sido inhabilitadas por la falsificación de certificados de calidad de alimentos. Entre 2023 y 2024, estas seis empresas se convirtieron en proveedoras de desayunos de 596 colegios en Lima y Callao.
Los Jiménez son una numerosa familia de migrantes de origen ancashino que empezaron sus negocios en el 2005 con panaderías en el norte de Lima, donde establecieron sus plantas de producción. Salud con lupa pudo conocer que al menos cuatro de sus primeras empresas, Industrias de Alimentos Santana, Grupo Jiménez, Procesadora de Alimentos Santana Cusco y Grupo Jiménez Áncash fueron proveedoras del desaparecido Programa Nacional de Asistencia Alimentaria entre los años 2010 y 2012, según reportes revisados en el Sistema de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (SEACE).
Cuando este programa fue reemplazado por Qali Warma en 2013 debido a deficiencias en su administración y denuncias de corrupción, la familia Jiménez siguió postulando a las nuevas licitaciones, pero sus empresas Industrias de Alimentos Santana y Grupo Jiménez Áncash quedaron inhabilitadas para contratar con Qali Warma al año siguiente por varias faltas administrativas. Entonces, su estrategia fue crear más razones sociales y consorcios para presentarse a las licitaciones. Sin embargo, no dejaron de lado las malas prácticas. Otras tres empresas de esta familia fueron impedidas de hacer negocios con Qali Warma en 2021 por haber falsificado correos electrónicos de una empresa certificadora que debía inspeccionar sus productos. Esto dejó fuera de carrera a Industrias de Alimentos Ale, Soan Agroalimentos y Grupo Soan a pesar de que llevaron a un arbitraje a Qali Warma.
Frente a este escenario, los Jiménez crearon más razones sociales con distintos nombres para presentarse a las convocatorias del programa de desayunos escolares. El problema está en que no corrigieron su forma de hacer negocios. Seis de sus empresas fueron penalizadas por falsificar documentos e inhabilitadas para ser proveedoras de Qali Warma, pero en esta investigación mostramos cómo han logrado evadir las sanciones.
Actualmente, la red de negocios de los Jimenez está integrada por 6 hermanos de esta familia que ocupan cargos de gerentes y de al menos 10 parientes (entre hermanos, esposas e hijos) que figuran como accionistas. La mostramos en esta infografía:
La táctica de las medidas cautelares
Entre 2021 y 2024, Qali Warma sancionó a 51 proveedores, muchos de ellos miembros de consorcios, por presentar documentación falsa. A pesar de las sanciones, estas empresas lograron obtener once medidas cautelares en juzgados civiles, lo que les permitió evitar la inhabilitación para seguir contratando con el programa. Entre ellas, seis empresas de la familia Jiménez fueron beneficiadas con dos medidas cautelares que les han permitido continuar participando en las licitaciones de Qali Warma hasta la fecha.
La primera medida cautelar la consiguieron en agosto de 2023. Meses antes, en febrero, Grupo Isca, Grupo Jiménez Trujillo, Grupo Jiménez, GJ Corporation y Jiménez Food - que formaban parte de los consorcios Isca y GJ- habían sido inhabilitadas para contratar con Qali Warma luego de que peritajes demostraron que falsificaron análisis microbiológicos y fisicoquímicos de alimentos. Estos consorcios eran proveedores de desayunos de 353 colegios de Lima y Callao.
Pese a la gravedad de la infracción, los consorcios Isca y GJ evadieron su impedimento para participar en licitaciones de Qali Warma gracias a una medida cautelar concedida por el juez Julio Arbieto Huansi del Juzgado Civil de Lurín, vinculado al caso “Cuellos Blancos”, como se conoce a la investigación judicial de una red criminal de magistrados descubierta tras intercepciones telefónicas lícitas.
La resolución de la medida cautelar revisada por Salud con lupa detalla que en la falsificación estuvieron involucrados otros seis proveedores (Consorcio Central, Consorcio La Frontera, Alimentos Procesados Coila, Distribuciones María Karolina, Grupo Marketing Alimentaria y Corporación Virgen de la Natividad) que habían ganado contratos en Lima, así como en las regiones de Junín, Cajamarca, Arequipa, Piura, Puno, Áncash y La Libertad.
Todas estas empresas inhabilitadas por Qali Warma a raíz del peritaje se unieron para presentar la demanda de acción de amparo al Juzgado Civil de Lurín a cargo del juez Arbieto, quien ordenó que se les retire de la lista de proveedores sancionados y se les permita participar en las compras públicas con el argumento de la protección del “derecho a la libre contratación y a la libertad de empresa”. En ese momento, el juez Arbieto era investigado por la Fiscalía (y aún lo está) a raíz de los audios de sus conversaciones telefónicas que revelaron “favores” al exjuez supremo César Hinostroza Pariachi. Escuchas lícitas que permitieron conocer que Arbieto resolvió el litigio de una costosa casa de playa a favor de Edith Hinostroza Pariachi, hermana del destituido magistrado supremo.
La falsificación de certificados de calidad de alimentos en Qali Warma empezó a destaparse en octubre del 2022, cuando el entonces procurador del MIDIS, Carlos Figueroa, ordenó un peritaje a 155 informes de ensayos de laboratorio que supuestamente habían sido emitidos por las empresas Certifical e Interlabs para acreditar la calidad de los alimentos de los proveedores de Qali Warma contratados en 2021. Los resultados no dejaron dudas: todos fueron falsificados. En ese período, el director ejecutivo de Qali Warma era el abogado Fredy Hinojosa, quien había llegado al cargo en 2019 y, a pesar de este problema en su gestión, fue ratificado por la entonces ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte.
Cuando Boluarte reemplazó a Pedro Castillo en la presidencia de la República tras el fallido autogolpe de Estado, Hinojosa salió de Qali Warma para reaparecer en mayo de 2024 como el vocero presidencial. El MIDIS, del que depende Qali Warma, se quedó en manos de otro abogado del círculo cercano de la ahora presidenta: Julio Demartini, quien declinó dar una entrevista para esta investigación.
Si bien las empresas de la familia Jiménez se libraron de la inhabilitación del 2023, uno de sus consorcios fue nuevamente descalificado para contratar con Qali Warma en el 2024. El Consorcio Isca, integrado por Grupo Jiménez Trujillo, Grupo Isca y Corporación Dar (todos gerenciados por Doris Jiménez Ñahui), volvió a entregar certificados falsos para acreditar que tenían un productor agropecuario.
Sin embargo, en febrero del 2024, la jueza Sylvia Llaque, del 12° Juzgado Civil de Lima, le concedió una nueva medida cautelar para que pudiera volver a participar en 10 procesos de compra de alimentos por S/ 20,200,814. En todos resultó ganador y se le entregó la responsabilidad de preparar los desayunos de más de 77 mil escolares de los distritos de Carabayllo, Comas, Ate, Ventanilla, Puente Piedra, Chaclacayo, Santa Anita y Callao.
En Perú, una vieja estrategia de los proveedores inhabilitados para contratar con el Estado ha sido acudir a jueces de Lima y regiones para conseguir medidas cautelares que suspendan o anulen temporalmente cualquier sanción impuesta. La argucia es tan recurrente que el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE), al que corresponde impugnarlas, tiene un observatorio de las medidas cautelares vigentes que permiten a cientos de proveedores sancionados seguir beneficiándose de jugosos contratos públicos.
Aunque el programa Qali Warma tiene su propio sistema de compras públicas, las empresas siguen el mismo camino para mantenerse en las licitaciones en caso de tener sanciones. El procurador del MIDIS es responsable de apelar las resoluciones de los jueces para proteger el programa de alimentación dirigido a millones de niños. Desde enero de 2023, el abogado Renán Salas Soliz ocupa este cargo. Durante esta investigación, Salud con lupa conoció que Salas presentó un recurso de oposición a la medida cautelar que favoreció al Consorcio Isca. Mientras se resuelve, las empresas de este consorcio siguen haciéndose cargo de los desayunos de 221 colegios de Lima y Callao.
Historial de contratos bajo sospecha
Todas las empresas que buscan participar en los procesos de compra de Qali Warma están obligadas a demostrar experiencia en servicios de alimentación a entidades públicas y privadas. Salud con lupa pudo detectar que las empresas de la familia Jiménez se han usado unas a otras como proveedoras y acreedoras para demostrar que tienen experiencia y capacidad financiera, emitiendo entre ellas contratos y comprobantes de pago.
Esta peculiar forma de acreditación de experiencia las ha ayudado a aumentar su capacidad de contratación y obtener un mejor perfil para competir en los procesos de compra de Qali Warma.
Un ejemplo muy claro de esta práctica ocurrió en diciembre de 2019 cuando la empresa Jiménez Food fue constituida por Carlos Jiménez Ñahui con un capital de S/ 150,000. Al año siguiente suscribió contratos con tres empresas gerenciadas por sus hermanos: Grupo Isca y Grupo Jiménez Trujillo, de Doris Jiménez Ñahui; y GJ Corporation, de Carlos Alberto Jiménez Ñahui. Al conseguir que sus hermanos acrediten su experiencia con contratos por S/ 3,308,563, Jimenez Food se hizo de un perfil idóneo para ser proveedor de Qali Warma y ganar en consorcio con otras cinco empresas del grupo familiar más de S/ 25 millones entre los años 2022 y 2024.
Hay un detalle: el domicilio fiscal de Jiménez Food es el mismo que registra GJ Corporation, la empresa con la que declaró haber hecho negocios que le sirvieron para postular a Qali Warma. Es también el mismo domicilio fiscal de otras cinco empresas de este conglomerado familiar: Grupo Jiménez, Procesadora de Alimentos Cecilia, Procesadora HJ, Corporación Isas y Corporación JÑ.
Otro caso que refleja con claridad esta práctica es de la Corporación Isas, una empresa con una historia muy similar a la de Jiménez Food y cuya gerente es Doris Jiménez Ñahui. Fue creada en diciembre del 2019 por Isabel Jiménez Ñahui y rápidamente consiguió contratos con dos empresas de su hermana Doris (Grupo Isca y Grupo Grupo Jiménez Trujillo) y con otras dos empresas de su hermano Carlos (GJ Corporation y Grupo Jiménez) entre los años 2020 y 2022.
Con esta experiencia, Qali Warma estimó que su capacidad de contratación con el Estado superaba los 6 millones de soles y eligió este año a Corporación Isas para cubrir los desayunos en 303 colegios de Lima. Los contratos que obtuvo, por un valor de S/ 20,200,814, fueron en alianza con Grupo Isca y Grupo Jiménez Trujillo, empresas que comparten el domicilio fiscal, una vivienda en el distrito de Los Olivos.
Los hermanos Carlos Alberto, Luis Ángel, Doris Cecilia, José Antonio, Isabel Haydee y Raul Armando Jiménez Ñahui figuran como gerentes o accionistas en por lo menos diez empresas. Su padre Honorato Jiménez Huamán tiene cuatro hijos más que componen la otra parte del esquema empresarial de los Jiménez: Luis Miguel, Alexander Richar, Judi Graciela y Mirtha Gladys Jiménez Condorcuya, quienes gerencian o tienen acciones en dos empresas. Entre todas estas empresas, han conformado hasta siete consorcios distintos que ganan contratos con Qali Warma.
Para participar en los procesos del programa de alimentación escolar, Grupo Jiménez Trujillo también presentó comprobantes de pago con Grupo Soan, de propiedad de Luis Jiménez Ñahui, y Grupo Jiménez, de Carlos Jiménez Ñahui, empresas del mismo grupo familiar. Esta única experiencia en el sector privado sumada a los contratos que ganó con Qali Warma entre el 2020 y el 2022 le ayudaron a obtener una capacidad de contratación de S/ 30,788,364. Grupo Jiménez hizo lo mismo, pues entregó comprobantes de pago con Grupo Soan, Grupo Jiménez Trujillo y Jiménez Food.
Esta forma de acumulación de experiencia de la red de negocios de los Jiménez, que consiste en conseguir comprobantes de pago por servicios entre las empresas de una misma familia, no está prohibida en las bases de contratación de Qali Warma. Hasta la fecha no ha sido observada por los comités de compra del programa, responsables de seleccionar a los proveedores.
La ley de contrataciones públicas peruana no prohíbe que empresas con vínculos familiares se presten servicios entre sí para acreditar experiencia en una licitación, pero si esos servicios fueran simulados o falsos, estarían incurriendo en una irregularidad.
Qali Warma no centraliza las licitaciones con empresas proveedoras de desayunos escolares para todas las regiones del país, sino que ha delegado esa responsabilidad a comités locales de compras. Estos comités son los encargados de evaluar la experiencia de las empresas y verificar si cumplen los requisitos. Sin embargo, durante esta investigación, Salud con lupa identificó que no están integrados por especialistas en contrataciones de alimentos. Los conforman un funcionario de la municipalidad provincial o distrital, el director o la directora de la red de Salud de la jurisdicción, el subprefecto o la subprefecta de la provincia y un representante de las madres y padres de familia de las escuelas de inicial y primaria. Cuando son convocados para seleccionar a las empresas ganadoras, se requiere que al menos tres de los cinco integrantes del comité estén presentes.
El beneficio de las adendas
A comienzos de marzo de 2024, alrededor de 14 mil estudiantes de 67 colegios de San Martín de Porres, Puente Piedra y Los Olivos no recibieron de forma continua los desayunos de Qali Warma porque el Consorcio Ale, el proveedor integrado por los hermanos Alexander y Luis Jiménez Condorcuya, incumplió sus compromisos. El 22 de ese mismo mes, el programa anuló su contrato, pero en abril eligió de manera directa al Consorcio Soan Foods como su reemplazante, es decir, a otra empresa de la misma familia.
El Consorcio Soan Foods está conformado por Inversiones Soan, una empresa manejada por Luis Jiménez Ñahui, medio hermano de Alexander y Luis Jiménez Condorcuya.
En ese momento, el Consorcio Soan Foods ya tenía un contrato con Qali Warma por S/ 2,164,253. Tan solo a través de una adenda (una modificación al contrato original), la Unidad de Gestión de Contrataciones y Transferencia de Recursos de Qali Warma aumentó ese monto a S/ 2,934,352 para que cubriera los desayunos de los colegios del norte de Lima que habían sido perjudicados por la empresa de sus hermanos. En estas escuelas los niños y niñas debían recibir desayunos con bebibles de leche o cereales y un alimento sólido. Sin embargo, la entonces directora ejecutiva de Qali Warma, Mónica Moreno Saavedra, decidió mediante una resolución, suplantar de un modo poco ortodoxo los desayunos para no interrumpirlos. Se le entregó a los padres de los escolares canastas compuestas por una botella de aceite vegetal, arroz fortificado, azúcar rubia, una lata de conserva de pescado, una bolsa de hojuelas de avena y otra de lentejas.
La medida fue una respuesta de emergencia, pero se prolongó cerca de medio año.
En teoría, cada canasta de alimentos entregada debía cubrir los desayunos de dos meses, pero varias madres de familia entrevistadas por Salud con lupa explicaron que rinden menos de cuatro semanas. “Qali Warma entrega una canasta por cada niño, pero si vemos lo que contiene es una burla. ¡Una bolsa de arroz de medio kilo! Eso no alcanza para darle desayuno a un niño en un mes. Si por lo menos le dieran fideos u otro cereal para complementar sería diferente”, contó Carmen*, madre de una niña de una escuela primaria. Cristina*, otra madre de familia, también está decepcionada con las canastas. “La botella de aceite que contiene 200 mililitros tiene que durar todo un mes”, dice.
Jessica Huamán, nutricionista y coordinadora nacional de la Plataforma de Seguridad Alimentaria, señala que “las canastas no son la mejor opción porque los alimentos que contienen no suelen usarse en la preparación exclusiva del desayuno escolar. Se acaban pronto porque las familias los terminan usando para la alimentación de todo el hogar”. Al respecto, Rosa Salvatierra, nutricionista del equipo técnico del Centro Nacional de Alimentación, Nutrición y Vida Saludable (CENAN), un órgano técnico del Ministerio de Salud, afirma que su área “no fue consultada sobre la entrega temporal de canastas de Qali Warma ni sobre los cambios en la composición del desayuno”.
La resolución de Qali Warma surgió en un momento en que más de 800 colegios de Lima y Callao se habían quedado sin proveedores de desayunos y el programa necesitaba cubrir con urgencia el servicio. Esta medida benefició a varias empresas de los Jiménez. Entre ellas estuvo el Consorcio Isca, integrado por tres empresas de Doris Jiménez Ñahui, que firmó una adenda para prestar el servicio de entrega de canastas de alimentos envasados a 54 colegios del Callao luego de que fracasaron seis procesos de compra convocados este año por Qali Warma.
El Consorcio Isca ya tenía un contrato vigente con el programa por S/ 2,168,074 para distribuir desayunos en 22 colegios de Ventanilla. Con la suscripción de la adenda el 27 de marzo de 2024, su contrato se incrementó a S/ 3,078,315 y hubo más cambios que lo siguieron ampliando. El 29 de agosto fue beneficiado con una segunda adenda para seguir entregando canastas de alimentos, lo que elevó el monto de su contrato a S/ 4,367,739.
El régimen de contratación de Qali Warma no pone límites al incremento que pueden tener los proveedores en sus contratos a través de adendas. Esto es así gracias a los cambios que tuvo la norma técnica para suscripción de adendas creada en 2021 por el entonces director ejecutivo de Qali Warma, Fredy Hinojosa, convertido hoy en el vocero de la presidenta Dina Boluarte.
En su primera versión, la norma señalaba que el monto adicional del contrato podía ser equivalente al 100% de la capacidad máxima de contratación del proveedor. Para los consorcios, el monto adicional no podía superar el 50% de la suma de la capacidad de contratación de todos sus integrantes. Por lo tanto, si tres empresas que formaban un consorcio tenían capacidad para contratar por un total de 10 millones de soles, el consorcio podría ganar 5 millones de soles adicionales mediante la adenda. En octubre del 2022, Hinojosa modificó estos porcentajes y le dio mayor ventaja a los proveedores: a partir de las compras del 2023, el monto adicional podía ser igual al 100% de su capacidad máxima de contratación, sin importar si fue contratado de forma individual o en consorcio.
La norma siguió cambiando a favor de las empresas. En octubre de 2023, la entonces directora ejecutiva de Qali Warma, Nancy Aucahuasi, aprobó una resolución que le quitó todos los límites a los montos de contratación por adendas. Como resultado, estas empresas pueden duplicar o triplicar el monto de sus contratos con estas modificaciones. En septiembre de 2024, Pedro Ripalda, actual director ejecutivo, anunció que para el siguiente año ya no se harán adendas, sino contratos directos sin licitaciones para resolver las emergencias por desabastecimiento aunque no se han fijado los montos límites de este tipo de contratación.
"Si Qali Warma no verifica que una empresa tiene la capacidad para producir y entregar alimentos a una mayor cantidad de colegios, las adendas no funcionan para resolver situaciones de riesgo de desabastecimiento del programa", advierte Karla Gaviño, abogada y docente de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico.
Cuando el programa detecta que un grupo de colegios se queda sin desayunos a causa de fallas de sus proveedores, invita a varias empresas a enviar propuestas para cubrir el servicio. Si solo una empresa responde a su convocatoria, queda seleccionada de todas formas. Por ejemplo, el Consorcio Isca, de Doris Jiménez Ñahui, fue el único que aceptó producir desayunos para 22 colegios del distrito de San Martín de Porres que no estaban recibiendo el servicio en marzo del 2024. A pesar de que ya tenía antecedentes por haber presentado certificados falsos -lo que no se pudo sancionar gracias a una medida cautelar- Qali Warma seleccionó a este proveedor porque ofreció S/ 2,000 menos del valor estimado del servicio.
“Esta forma de contratar es muy flexible y no es lo ideal si queremos que haya más competidores. Aunque la intención sea no dejar sin desayuno a los escolares, Qali Warma tiene que manejar con responsabilidad sus recursos y elegir al mejor proveedor”, apunta la doctora Gaviño.
Los cambios frecuentes en los desayunos
Los contratos entre Qali Warma y los proveedores de desayunos tienen una programación de combinaciones de alimentos fijada para cada mes del año. Antes de empezar el mes, las empresas pueden solicitar la modificación de lo programado. Estos cambios se asumen como medidas excepcionales aprobadas con adendas, pero se han convertido en medidas recurrentes.
Salud con lupa pudo detectar que las adendas de Qali Warma han servido para que las empresas de la familia Jiménez cambien, entre abril y septiembre de este año, hasta tres veces la composición del desayuno, modificaciones que afectan el contenido nutricional de las raciones de los escolares.
En marzo del 2024, los Consorcios GJ, Isca y Soan Foods aseguraron al programa Qali Warma que no tenían los equipos industriales para producir las bebidas de leche con cereales y leche enriquecida, así como las bebidas de harina de haba, de quinua entera con piña y membrillo y combinaciones de avena precocida con cereales (cañihua, kiwicha, maca, quinua), chocolate y frutas (piña, manzana y membrillo).
El componente de bebida en el desayuno es importante para cubrir los porcentajes de energía, proteína, grasa y hierro que exige Qali Warma como aporte nutricional para los escolares. Pese a que los consorcios no podían garantizar los productos comprometidos, el programa no anuló sus contratos y aceptó cambiar el desayuno “en aras de no perjudicar” o interrumpir su entrega a más de 64,000 estudiantes de inicial y primaria de los distritos de Ventanilla, Puente Piedra, Carabayllo y San Juan de Lurigancho. Por eso, en abril del 2024, el Consorcio Isca sólo entregó un huevo cocido y un alimento sólido (galletas, queques de vainilla y distintas versiones de pan) a 38 colegios de Carabayllo. Es decir, no incluyó ninguna bebida de leche o bebida con cereales a unos 7,000 niños y niñas.
Los estudiantes de estas escuelas recibieron en mayo un desayuno distinto a lo acordado en el contrato original. La bebida de leche enriquecida fue reemplazada por avena con quinua y avena con cañihua y la bebida de leche con cereales por avena con kiwicha. Qali Warma lo autorizó mediante una adenda, pero por la variación del producto descontó S/ 26,097 al Consorcio Isca que tenía un contrato por un valor inicial de S/ 1,814,998.75.
“No es posible que el programa haya permitido que se entregue el desayuno incompleto. Un desayuno consiste en una bebida y un alimento sólido. Si Qali Warma es flexible con una empresa porque le dice que no tiene los insumos, eso puede pasar muchas veces”, señala Paola Bustamante, quien fue dos veces ministra de Desarrollo e Inclusión Social entre 2014 y 2019.
Al respecto, Rosa Salvatierra, nutricionista del equipo técnico del Centro Nacional de Alimentación, Nutrición y Vida Saludable (CENAN), señala que, entre los años 2021 y 2024, se le recomendó a Qali Warma que incluya el aporte nutricional de los alimentos que compra. “Ese dato es necesario para determinar si cumplen con los porcentajes de proteína, energía, hierro y grasas. Si nosotros no lo hemos podido calcular hasta ahora es porque Qali Warma no ha dado esa información”, explica.
Jessica Huamán, nutricionista y coordinadora Nacional de la Plataforma de Seguridad Alimentaria, añade que si Qali Warma promueve la entrega de huevo cocido, debería entregarlo a diario y no solo algunos días al ser un alimento nutritivo y digerible. “Hay un déficit de proteína de origen animal en los desayunos escolares. Los cereales andinos como la quinua y la kiwicha aportan proteína de origen vegetal. Pero se necesita proteína animal, que está presente en el queso, la leche y el huevo. A estos alimentos deberían darle mayor protagonismo considerando que la población objetivo de Qali Warma son niños en etapa de crecimiento”, apunta.
El problema es que las modificaciones siguieron sin otro criterio que no fuera adaptarse a los insumos disponibles de los proveedores.
En julio de 2024, el Consorcio Isca cambió los desayunos con el argumento de que había una limitada disponibilidad de leche enriquecida y leche con cereales en el mercado. Se le permitió intercambiarlas por bebidas de avena y quinua; de avena y chocolate; de harina de haba; y de avena precocida y kiwicha, durante dos meses. Sin embargo, en agosto, el Consorcio indicó que era imposible repartir leche con cereales debido a que no logró comunicarse con los fabricantes Laive, Gloria y Soluciones Alimenticias. Esta última empresa en realidad no produce leche con cereales, sino que comercializa los productos de Gloria y Nestlé.
Qali Warma decidió entonces enviar correos electrónicos a estas empresas y otros ocho proveedores autorizados: la Asociación de Ganaderos de Lima, Deprodeca, Fouscas Trading, Nutri Fact, Inversiones Chisal, Distribuidora Alimentos Diversos, Mellcescca Distribuidora de Alimentos y W & C San Juan Almacenes. Como no recibió respuesta alguna, la entonces jefa de la Unidad Territorial de Lima Metropolitana y Callao de Qali Warma, Kenia Rivas Flores, asumió como cierto que no había disponibilidad del producto lácteo y emitió un informe para que se autorice el cambio del desayuno escolar. Estos hechos quedaron registrados en la resolución que Rivas firmó para sustentar su decisión y que Salud con lupa revisó durante esta investigación.
De esta manera, el Consorcio Isca volvió a cambiar la composición de los desayunos. Así, los estudiantes de los colegios de Carabayllo recibieron leche enriquecida en lugar de leche con cereales en septiembre. A pesar de las tres adendas que este consorcio hizo a su contrato, Qali Warma le amplió la vigencia de su servicio hasta el fin del año escolar y sus ingresos llegaron a S/ 2,919,961.
El Consorcio Isca entrega también desayunos a 1,580 niños y niñas del colegio “Manuel Seoane Corrales” de Ventanilla, en la provincia del Callao. Salud con lupa lo visitó en octubre y algunas madres de familia dijeron que no confían en la calidad de los productos. “Algunas veces, mi hijo toma la avena fría. Incluso tuvo dolores estomacales por consumirla y luego me salió caro llevarlo a un doctor. Por eso le dije que no la tome, que solo coma el queque”, contó Elizabeth*. “Es un desperdicio de dinero porque todos enviamos a nuestros hijos desayunando al no tener garantías de que tendrán alimentos adecuados”, dijo Emilia*, otra madre que encontramos afuera del colegio.
Una situación similar hubo en el colegio Pachacutec del distrito de Ventanilla. Las madres tampoco están conformes con el desayuno que entrega el Consorcio GJ, otra de las empresas de la familia Jiménez. María* dice que su hijo “está cansado de comer lo mismo” y suele prepararle una lonchera que contenga los mínimos nutrientes, como una botella de avena o de leche, fruta y un pan con queso o jamonada.
Salud con lupa pudo verificar que el Consorcio GJ tuvo también la aprobación de Qali Warma para cambiar la composición del desayuno en el colegio Pachacutec. Entre marzo y abril de este año, este consorcio no entregó ninguna de las opciones de leche y bebidas con cereales porque no contaba con los equipos para su preparación. Posteriormente, el representante de las empresas informó que no tenía proveedores para dar leche con cereales y leche enriquecida, un problema que dejó a más de 8,000 escolares sin estos alimentos durante cuatro meses consecutivos. En septiembre, Qali Warma aprobó otro cambio a favor de este consorcio para que los niños reciban leche enriquecida en lugar de leche con cereales hasta que termine el año escolar.
Las resoluciones que aprobaron la primera modificación del desayuno escolar a favor de los Consorcios ISCA, GJ y Soan Foods llevan la firma de Mónica Moreno Saavedra como directora ejecutiva de Qali Warma. Moreno renunció en abril de 2024 luego de que un programa de televisión denunció que más del 70% de colegios de Lima no recibían los desayunos de Qali Warma. Salud con lupa le solicitó una entrevista, pero guardó silencio.
En los documentos también aparecen las firmas de César Legua Castilla, jefe de la Unidad de Organización de las Prestaciones; Giovanna Fernández Sánchez, jefa de la Unidad de Asesoría Jurídica; y Karina León Campos, jefa de la Unidad de Planeamiento, Presupuesto y Modernización. Los tres renunciaron en mayo del 2024.
Además de estos funcionarios, estuvieron involucrados Elmez Honocc Bonifacio, Julissa Jauregui Valdivia, Marco Patrón Ames y Kenia Rivas Flores, quienes ocuparon la jefatura de la Unidad Territorial de Lima Metropolitana de Qali Warma entre marzo y septiembre de este año. Honocc presentó su renuncia en mayo, Jauregui y Patrón fueron designados temporalmente mientras que Rivas renunció en septiembre.
El programa redujo la supervisión
A pesar de que Qali Warma anunció un proceso de reorganización en noviembre de 2023, denuncias periodísticas este año han evidenciado sus constantes fallas. Salud con lupa encontró que, en vez de implementar un sistema de monitoreo para verificar la entrega oportuna y completa del desayuno escolar, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social recortó el presupuesto para la contratación de monitores, quienes verifican en los colegios cómo se recibe, almacena y distribuye los desayunos, y de supervisores, responsables de vigilar la elaboración de los desayunos en los almacenes de las empresas y de preguntar a los escolares sobre el sabor y las condiciones en las que reciben los alimentos.
Sólo entre 2022 y 2023 este presupuesto disminuyó en 98%: pasó de S/ 51.1 millones a S/ 1.3 millones. En 2024, la partida asignada a supervisión y monitoreo superó los S/ 71 millones, pero de ese monto, S/ 47,742,959 están siendo usados para el pago de prestaciones sociales a los trabajadores y S/ 8,290,121 para la contratación de supervisores.
En una nota de prensa oficial de marzo de 2024, Qali Warma anunció 300 supervisores para todo el país. Sin embargo, en respuesta a un cuestionario de Salud con lupa indicó que contaba con 434 personas para este rol, aunque no precisó en qué meses incrementó el personal. Además, este año el programa no contempló vigilantes sociales, personas que apoyan el trabajo de supervisión. En 2023, el programa tuvo 350 supervisores y 8,227 vigilantes sociales en colegios y plantas industriales de proveedores. Mientras que en 2022 hubo 300 supervisores. Para entonces, ya eran notorios los recortes si comparamos esta cifra con los más de 17 mil vigilantes sociales que había en 2019.
La responsabilidad del recorte de recursos para supervisión corresponde a la Dirección Ejecutiva de Qali Warma. Si seguimos la línea de tiempo de decisiones, los directores Fredy Hinojosa y Mónica Moreno ocuparon este cargo cuando se aprobó el presupuesto de 2023 y 2024, período de los recortes más drásticos. El actual director ejecutivo de Qali Warma, Pedro Ripalda, declinó dar una entrevista a Salud con lupa.
En los tres colegios que se visitaron para este reportaje, se pudo verificar que no había supervisores de Qali Warma revisando la entrega de los desayunos. En el colegio Pitágoras de Puente Piedra, las madres de familia todavía recuerdan que sus hijos se quedaron sin desayuno en septiembre pasado durante por lo menos una semana. “Nos dijeron por Whatsapp que se había acabado el contrato con el proveedor. Ante las fallas, prefiero que mis dos hijas desayunen en casa. Para nosotros, el alimento de Qali Warma no suple el desayuno, solo es un complemento”, dijo Martha*, una de las madres.
En los últimos cuatro años, Qali Warma ha acumulado denuncias de intoxicación de estudiantes y mala calidad de sus productos, como el reciente caso de las conservas fabricadas con carne de caballo en condiciones insalubres por una empresa proveedora. Hasta ahora, la única respuesta del Gobierno ha sido cambiar seis veces a los directores ejecutivos del programa.
El único que ha conservado su cargo es el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini Montes, abogado cercano al entorno de la presidenta Dina Boluarte y quien está al frente de este ministerio desde diciembre de 2022. El lunes pasado, en declaraciones a una radio nacional, el ministro Demartini dijo que el programa Qali Warma “está restructurándose, pero no por denuncias periodísticas, sino porque tiene varios antiguos problemas y se busca ahora darle un nuevo concepto”. En su último comunicado, el MIDIS aseguró que para mejorar el control de calidad de los desayunos de Qali Warma se incluirá en el futuro la participación de organismos técnicos acreditados por el Instituto Nacional de la Calidad (INACAL). Una medida que apenas roza la superficie de los problemas de fondo del programa que distribuye alimentos esenciales a millones de estudiantes.
*Los nombres de los escolares y madres de familia fueron reemplazados con el fin de proteger su identidad.
El silencio de las empresas implicadas
Periodistas de este medio visitaron también las oficinas y domicilios fiscales de 15 de las empresas del grupo familiar Jiménez mencionadas en este informe. A todas se les solicitó una entrevista y se dejó una carta formal con esta petición ante la dificultad de ubicar a sus responsables por teléfono y la falta de respuesta a los correos electrónicos enviados por Salud con lupa.
Para esta investigación, se solicitó también una entrevista con el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini, el director ejecutivo de Qali Warma, Pedro Ripalda, y funcionarios de la Unidad de Organización de las Prestaciones y Unidad de Gestión de Contrataciones, pero no dieron declaraciones.
El viernes 15 de noviembre, Qali Warma respondió un cuestionario por escrito a Salud con lupa, pero con datos incompletos en varios aspectos. El anuncio más importante es el convenio que ha suscrito con INACAL para verificar la autenticidad de los certificados que presentan los proveedores sobre la calidad de los alimentos. Además, ha firmado convenios con el Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (SANIPES) y la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA), para mejorar sus procesos de supervisión e identificar el origen de los alimentos que producen las empresas proveedoras.