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Venezuela y El Salvador compran Interferón pese a que no está probada su eficacia para COVID-19

Antes de que registraran casos de personas contagiadas de COVID-19, los gobiernos de Venezuela y El Salvador se adelantaron en comprar el antiviral Interferón para “curar” a sus posibles enfermos. Pero la eficacia de este medicamento no está probada.

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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, confirmó ayer el primer caso de una persona contagiada con el coronavirus COVID-19 que llegó al país procedente de Italia. Dos días antes, la Secretaría de Prensa de la Presidencia había informado del proceso de compra de 6.000 unidades del medicamento antiviral Interferón alfa 2-B a la empresa BioCubaFarma como una forma de estar preparados "para curar a la población" que llegue a enfermarse. 

Sobre el Interferón alfa 2-B y su efecto terapéutico frente al nuevo coronavirus se han difundido cientos de notas desde el 6 de febrero pasado, como reporta la sección Factual de la agencia AFP. Este medicamento producido con tecnología cubana fue usado en China en algunas personas contagiadas con el COVID-19, pero su impacto en el tratamiento está en evaluación. No es una cura. 

Si bien el antiviral Interferón alfa 2-B es una de las drogas que aparece en un reporte de médicos chinos de Wuhan, donde se originó la pandemia en diciembre de 2019, como una de las medicinas con que se trató a pacientes de COVID-19, ese mismo documento aclara que no hay todavía evidencia científica que permita optar por un antiviral específico para combatir el nuevo coronavirus. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclara también en su sitio web que “por el momento, no se recomienda ningún medicamento específico para prevenir o tratar la infección por el nuevo coronavirus (2019-nCoV)”. Sin embargo, estos datos tampoco fueron tomados en cuenta por el Gobierno venezolano, que ordenó la compra de lotes de Interferón alfa 2-B para “curar a sus pacientes”. 

Los primeros dos casos de COVID-19 en Venezuela fueron confirmados el 13 de marzo pasado. Dos días antes, el presidente Nicolás Maduro ya había anunciado que el país contaba con unidades de Interferón alfa 2-B cubano para tratar posibles casos del nuevo coronavirus en el país. 

El líder chavista ignoró las aclaraciones de fuentes científicas y explicaciones como la que hizo el presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), Freddy Ceballos: “No se pueden crear falsas expectativas a la ciudadanía. El Interferón es un medicamento en fase de ensayo, que aún se desconoce si es efectivo para combatir el [nuevo] coronavirus. Nicolás Maduro debería buscar mejores asesores. No puede ser que vayan a gastar una gran cantidad de divisas en este fármaco, que no asegura protección contra el coronavirus. Ese dinero se requiere para atender otras necesidades en el sector salud”.

En la actualidad, según un informe de la Universidad Nacional de Singapur difundido el 12 de marzo, están en curso varios ensayos clínicos de tratamientos para el COVID-19 que buscan evaluar su efectividad. “La nebulización o la pulverización de Interferón (en particular Interferón alfa) han demostrado reducir la carga viral en la etapa temprana de infección en condiciones como neumonía viral, infecciones del tracto respiratorio superior agudas, la enfermedad de manos pies y boca, y SARS”, detalla el documento. El reporte advierte también que el Interferón, en diferentes presentaciones, ha sido usado en el tratamiento de COVID-19 “pero su eficacia aún queda por determinar”.

A pesar de lo que dicen los investigadores, hay autoridades que no parecen haberse informado. En Chile, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, informó que está en gestiones para la importación de Interferón alfa 2-B para “tratar a los pacientes complicados con Covid-19”. Jadue fue cuestionado en forma inmediata por el Ministerio de Salud y el Colegio Médico chilenos. Pero ha seguido presentándose en medios e insistido en afirmaciones como esta: “el medicamento ha sido utilizado en personas mayores con enfermedades preexistentes y también en algunos menores para poder impedir muertes que son evitables [por COVID-19]”.

La Fundación Epistemonikos aclara que el Interferón ha sido utilizado desde hace años en múltiples patologías infecciosas o autoinmunes, entre ellas, SARS-CoV y MERS-COV, que son también enfermedades epidémicas por coronavirus. Sin embargo, no existe evidencia directa en el tratamiento de COVID-19.

“Por tratarse además de una intervención con importantes efectos adversos y costos, no parece una alternativa razonable en la actualidad, a no ser que se encuentre en el contexto de un ensayo clínico para probar si realmente este medicamento es beneficioso en COVID-19”, aclara Epistemonikos.

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