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En 19 regiones no hay equipos de radioterapia para tratar a pacientes con cáncer

Durante la pandemia, las muertes por cáncer han aumentado en un 31% con respecto al 2019, lo que refleja las deficiencias que arrastran los servicios oncológicos. En las regiones, los hospitales carecen de equipos y de personal especializado, y si tienen equipos están en mal estado. Esto solo causa que el paciente busque el servicio en el sector privado, lo que genera gastos y retrasa su atención.

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Más del 50% de equipos para tratamiento y de especialistas oncológicos permanecen en Lima y Callao. La descentralización es necesaria.
Andina

Un total de 278 equipos biomédicos, valorizados en más de 560 mil soles, fueron adquiridos en enero de este año para el Servicio de Oncología del Hospital Regional Docente Las Mercedes, en Chiclayo; sin embargo, aún no han podido ser usados por la falta de infraestructura adecuada para su funcionamiento. Mientras la mitad se encuentra en una casa comunal, los restantes permanecen en la lavandería del hospital.

Este caso, sobre el que advirtió en junio la Contraloría de la República, es un ejemplo de las deficiencias reportadas en los servicios destinados para los pacientes con cáncer en hospitales de las diversas regiones del Perú a causa de la pandemia y brechas estructurales. Esos problemas han causado que, en el 2020, la mortalidad por cáncer se eleve en un 31% respecto al 2019, según el último estudio de la Fundación Peruana de Cáncer, elaborado por Apoyo Consultoría.

“La pandemia retrasó la ejecución de la infraestructura. Las empresas no quisieron continuar con el servicio”, dice Marcos Calderón, jefe del Departamento de Oncología del hospital de Chiclayo. Él se refería a la remodelación de sus instalaciones. Calderón estimó que la obra estará lista para fines de este año o inicios del siguiente. Sobre los equipos biomédicos adquiridos, el oncólogo aseguró que no se verán afectados con el retraso porque se trata de refrigeradoras, camillas, portasueros metálicos o set de cirugías; sin embargo, estos también son necesarios para los tratamientos de los pacientes oncológicos.

Pero no es el único problema del Servicio de Oncología de este hospital. A este también le faltan otros productos como los aceleradores lineales y unidades de cobalto, imprescindibles para la realización de radioterapias externas. Según Eduardo Payet, jefe del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), el 70% de pacientes oncológicos necesita de dicho tratamiento.

En el Plan Nacional de Cuidados Integrales del Cáncer (2020-2024) del Ministerio de Salud (Minsa), publicado en marzo de este año, se informa que 19 regiones carecen de equipos de radioterapia. Más del 50% de este equipamiento se encuentra en Lima y Callao.

Incluso, en los cinco departamentos que sí cuentan con estos equipos destinados a la radioterapia y braquiterapia (radioterapia interna), se reportan hospitales con instrumental inoperativo.

¿Cuál es el principal problema de que los hospitales estatales carezcan de estos equipos? Al no contar con el servicio de radioterapia, los pacientes son derivados a clínicas privadas, donde lejos de recibir una solución, se encuentran con demoras que ponen en riesgo su tratamiento y su vida.

Ejemplos de estos casos también han sido detectados por la Contraloría. Por ejemplo, en el 2018, en el Hospital de Alta Complejidad Virgen de la Puerta, en La Libertad, se detectó que el único tomógrafo simulador, también necesario para el tratamiento de radioterapia, se encontraba inoperativo, razón por la que un paciente que necesitaba una sesión debía esperar 200 días. Salud con lupa consultó con el área de Prensa del establecimiento, la cual aseguró que ya se había solucionado el problema.

No es el único caso. En octubre del año pasado, en el Hospital Nacional Carlos Alberto Seguín Escobedo, el acelerador lineal permanecía inoperativo, motivo por el cual el hospital contrató el servicio de una clínica particular, lo que generó gastos superiores a 719 mil soles. En este caso, el área de Prensa no ofreció descargos.

Un aspecto importante es que el equipo permanecía en desuso por falta del mantenimiento necesario, el cual debió ser renovado entre el hospital y la empresa ROCA S.A.C., el único distribuidor de estos equipos autorizado en Perú, según el reporte de la Contraloría. En el 2019, el Tribunal de Contrataciones del Estado le impuso a esta empresa una inhabilitación de 11 meses por presentar información inexacta sobre el registro sanitario de un tipo de agujas que ofertó a EsSalud, institución con la que suscribió un contrato.

“Los hospitales dejan pasar 20 años para adquirir nuevos equipos y cuando dejan de funcionar los perjudicados son los niños, adultos y ancianos con cáncer. No es posible que muchas veces las organizaciones civiles hagan sus propias actividades para comprar los equipos cuando se trata de una obligación del Estado”, dice Paola Palomino, presidenta del programa oncopediátrico Corazones Dorados, quien perdió a su hija de dos años a causa del cáncer.

Paul Pilco, director de la Fundación Peruana del Cáncer, subraya que el problema del mal servicio a los pacientes oncológicos no es solo la pandemia, sino además las brechas estructurales que tiene el país. “El problema son las carencias a lo largo del tiempo. Y al cerrarse los hospitales por la pandemia, los pacientes terminan con una enfermedad más avanzada y empiezan a aparecer nuevos. Actualmente se reportan 70 mil nuevos casos”, agrega.

Menos presupuesto y falta de preparación

Según el informe de Apoyo Consultoría, el presupuesto público destinado para el cuidado de pacientes con cáncer se redujo durante la pandemia, aunque el nivel de ejecución no varió. Sin embargo, el 11% del total, es decir 66 millones de soles, no fue ejecutado. Para Miguel Figallo, director de proyectos de Apoyo Consultoría, el porcentaje no es alto, pero llama la atención en qué rubro no se ha ejecutado el gasto: compra de productos farmacéuticos y de insumos quirúrgicos; en otras palabras, el relacionado con el tratamiento de pacientes.

“Son equipos costosos. Requieren de una infraestructura, una renovación periódica. Entonces tiene que haber un proyecto de inversión y personal capacitado para manejar este presupuesto”, indica Paul Pilco, director de la Fundación Peruana del Cáncer.

Eduardo Payet, jefe del INEN, asegura que una solución a este problema es que la institución que preside apoye a los gobiernos regionales ofreciéndoles asistencia técnica sobre los proyectos de inversión requeridos. “En Salud es sumamente difícil ejecutar proyectos de inversión, pero el INEN ha demostrado ser eficiente en los últimos tres o cuatro años. Podemos ayudar a los institutos regionales y ellos pueden seguir manejando su presupuesto”.

Sin embargo, para el jefe del Departamento de Oncología del hospital de Chiclayo, Marcos Calderón, también es necesario aumentar el presupuesto destinado al cáncer y, sobre todo, vigilar que este dinero vaya directamente a estos servicios. Por eso, saluda la Ley Nacional del Cáncer, aprobada el 1 de julio en el Congreso, en la que se establece la intangibilidad del presupuesto destinado al cáncer, es decir, que no se permitirá que los recursos destinados a esta enfermedad sean desviados a otros servicios.

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Actualmente se registran 70 mil nuevos casos de pacientes con cáncer en Perú.
Andina

La necesidad de descentralizar los centros oncológicos

En Perú, existen cuatro institutos especializados en cáncer: el INEN, en Lima; el Instituto Regional de Especialidades Neoplásicas (IREN) Sur; el IREN Norte y el IREN Centro. De ellos, el único que funciona al 100% es el de la capital. Diecisiete regiones tienen algunos hospitales que cuentan con unidades de servicios oncológicos, de acuerdo con el Plan Nacional de Cuidados Integrales del Cáncer, pero ello no es suficiente.

“En provincia los diagnósticos son tardíos, no hay médicos especialistas. Entonces, cuando diagnostican a un niño con cáncer, su estado ya es avanzado e incluso hay quienes fallecen sin que los padres sepan qué es lo que padecían”, dice Paola Palomino, de Corazones Dorados.

Para Eduardo Payet, con la aprobación de la Ley Nacional del Cáncer, se planea formar la Red Oncológica Nacional, bajo el liderazgo del INEN. Ello permitiría el intercambio de recursos humanos, de equipos y de medicamentos de alto costo, a fin de que los pacientes de regiones no tengan que viajar hasta Lima para recibir un adecuado tratamiento. “Los IREN deben ser convertidos en institutos macrorregionales y, a la par, crear unidades oncológicas en diversos hospitales que manejan casos menos complejos, sobre todo para la prevención”.

Según el informe de Apoyo Consultoría, 13 regiones carecen de especialistas en oncología clínica; 15, de cirujanos oncológicos y 19, de radiooncólogos.

El problema no es solo la falta de personal y de equipos, sino la existencia de diferentes sistemas de salud. Algunos pacientes se atienden por EsSalud y otros por el Seguro Integral de Salud (SIS), con protocolos de tratamiento distintos. “Por ejemplo, existe un protocolo en el INEN, otro en el hospital Rebagliati (de EsSalud). Y nos demandan medicinas que ni siquiera tienen los petitorios del mismo hospital. ¿Qué nos queda? Salir al sector privado a comprar medicinas que escapan de nuestro bolsillos”, dice Palomino.

En el hospital de Chiclayo, donde permanecen almacenados los más de 200 equipos para el Servicio de Oncología, solo es posible atender al 20% de sus pacientes, asegura el jefe de esa área. Se intenta atender a los demás a través de telemedicina y telemonitoreo. No obstante, también se han detectado inconvenientes en estos servicios. En el INEN, en Lima, la Contraloría detectó falta de uniformidad en el seguimiento a distancia de los pacientes y un porcentaje importante de procedimientos y exámenes, programados por telemonitoreo, que no fueron gestionados ni atendidos.

Los problemas expuestos previamente evidencian el olvido en el que se encuentran los pacientes con cáncer en el Perú. Y el Estado retrasa la solución. La Ley Nacional del Cáncer, que reúne diversos proyectos de ley en busca de mejoras para los pacientes oncológicos, representa un avance; sin embargo, aún se espera su promulgación. Asimismo, la Ley del Cáncer Infantil, diez meses después de ser aprobada, carece de un reglamento para ser implementada. Mientras tanto, las muertes de los pacientes nos siguen doliendo.

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