El Hospital Dos de Mayo y el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) gastaron casi 70 millones de soles en robots quirúrgicos Da Vinci Xi, a pesar de que no existen pruebas concluyentes de que sean más eficaces ni más seguros que una operación tradicional. Estos equipos, además de costosos, solo son vendidos en Perú por una empresa: Álvarez Larrea Equipos Médicos (ALEM), cuya matriz en Ecuador arrastra denuncias por sobrecostos e incumplimientos en contratos con hospitales públicos.
A esto se suma que el precio pagado supera por más de S/ 34 millones el valor de referencia internacional. En octubre de 2024, el Hospital Dos de Mayo pagó S/ 35.2 millones y el INEN, S/ 34.9 millones, mientras que hospitales en Ecuador, España y Brasil adquirieron el mismo sistema por entre S/ 7 y S/ 18 millones.
Por ejemplo, el Hospital Carlos Andrade Marín de Ecuador pagó S/ 18 millones en 2014; el Servicio Canario de Salud (España) adquirió cuatro unidades a S/ 9 millones cada una en 2019; y el Hospital de Base de São José do Rio Preto, uno por S/ 7.4 millones en 2023.
El sistema Da Vinci Xi —fabricado por la empresa estadounidense Intuitive Surgical— incluye una consola para el cirujano, brazos robóticos para operar al paciente y una torre con cámaras. Según la Sunat, importar este sistema, sin ningún otro insumo quirúrgico, cuesta S/ 7.1 millones con impuestos incluidos. Incluso sumando transporte, capacitación y mantenimiento, se evidencia un sobreprecio en las adquisiciones de los hospitales peruanos, según los datos que revisó Salud con lupa para esta investigación.
Aunque los contratos en Perú agregan capacitación, mantenimiento y accesorios, la diferencia de precios sigue siendo abismal. Además, el Hospital Dos de Mayo pagó más que el INEN, pese a haber comprado menos insumos quirúrgicos (pinzas, tijeras, grapadoras), los cuales deben reemplazarse dependiendo de su uso y tiempo de vida útil, y representan un gasto recurrente. Y otro dato no menor: la empresa ALEM, que finalmente vendió el equipo al INEN, también participó en la etapa de indagación de mercado. Es decir, fue parte del proceso para identificar posibles proveedores y como solo ella lo ofrecía en Perú, terminó vendiéndolo.
Le pedimos una entrevista al Ministerio de Salud para conocer por qué sus hospitales compraron a precios millonarios los robots Da Vinci, pero nuestra solicitud fue negada.
Proyecciones que no cuadran con la realidad
Un estudio del Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud (IETSI) —órgano técnico de EsSalud— calculó que el tiempo de vida y costo de estos instrumentos tomando como referencia prostatectomías (cirugías para extirpar la próstata). Con 32 operaciones al año, los accesorios incluidos durarían cinco años. Cada pieza adicional cuesta entre S/ 117 y S/ 161 mil y tendrán que ser renovadas.
Sin embargo, el Hospital Dos de Mayo proyecta 500 cirugías en 2025 y ya ha realizado más de 100 en niños y adultos. El INEN planea 730 intervenciones este año y hasta mediados de abril ya ejecutó 194 en especialidades como tórax, ginecología, urología y abdomen, según declaró su jefe institucional, el doctor Francisco Berrospi, en un simposio virtual.
En otros países ha ocurrido una situación similar. En 2021, el Servicio Galego de Saúde de España compró siete Da Vinci Xi por 20.5 millones de euros (unos S/ 12 millones por unidad). En 2024, uno solo de estos hospitales pagó más de S/ 10 millones anuales por insumos como pinzas, grapas y suturas, todos vendidos por el mismo proveedor.

La empresa proveedora: un historial preocupante
El sistema quirúrgico Da Vinci Xi es distribuido en Perú exclusivamente por Álvarez Larrea Equipos Médicos (ALEM), cuyo apoderado es el contador Alberto Monzón Cusinga. Ingresó al mercado peruano en 2020. Desde entonces, sus únicas ventas al sector público han sido las del Hospital Dos de Mayo y el INEN. En el sector privado, vendió un robot a la Clínica Internacional en junio de 2024.
Su casa matriz en Quito, Ecuador, registra antecedentes graves. En 2017, según un informe de la Contraloría de ese país, ALEM Ecuador vendió insumos al Hospital Teodoro Maldonado Carbo con un sobreprecio de USD 107 mil. Además, incumplió entregas por las que no se le aplicaron multas equivalentes a USD 93 mil.
El diario El Universo reveló que entre enero de 2013 y noviembre de 2019, ALEM concentró contratos por USD 59.9 millones, dentro de más de 19 mil procesos por un total de USD 1,387 millones adjudicados en 15 hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
En 2005, la Comisión de Control Cívico de la Corrupción de Ecuador identificó indicios de responsabilidad penal contra el representante legal de ALEM, Isaac Álvarez Granda, por favorecimiento irregular en la venta de equipos al Hospital José Carrasco Arteaga del IESS. Junto a él, también fueron investigados varios funcionarios públicos.
Isaac Álvarez Granda es médico cirujano, fundador de ALEM, y socio junto a Isaac Álvarez Larrea y Mayra Álvarez Larrea. En 2024 fue cuestionado por su gestión como presidente de la Liga Deportiva Universitaria de Quito.
La insistencia de EsSalud
EsSalud también busca adquirir un Da Vinci Xi, pero necesita autorización previa del IETSI. En enero de 2025, el instituto publicó dos evaluaciones preliminares para cirugías de próstata y colorrectales que advertían que no hay evidencia de superioridad del robot frente a la cirugía tradicional y que su uso podría poner en riesgo la sostenibilidad financiera del seguro social. Un solo tipo de intervención sumaría S/ 33.5 millones adicionales si se hiciera con Da Vinci en vez de por laparoscopía.
Ese mismo día, la entonces presidenta ejecutiva de EsSalud, María Elena Aguilar, destituyó a la directora del IETSI, Joshi Acosta, y la reemplazó por Daysi Díaz Obregón. También renovó el equipo evaluador. Entre los nuevos integrantes estuvo Randy Loayza Arrollo, quien ingresó como asistente para estudios de costo-efectividad y simulaciones económicas mediante locación de servicios en febrero de 2025, sin registros de título profesional en la Sunedu. Según su cuenta de LinkedIn, estudió Economía en la PUCP.
Tres meses después, en abril de 2025, el IETSI publicó dos nuevos informes, esta vez favorables a la compra. El principal cambio fue metodológico: los primeros aplicaron un análisis de costo-minimización; los nuevos utilizaron un enfoque de costo-beneficio social que incluyó variables como calidad de vida futura y menor fatiga del cirujano. También se sumó un evaluador externo, pero no se identificó su nombre en el documento.
La presión por adquirir este equipo no es reciente. En mayo de 2022, EsSalud recibió el primer pedido formal para incorporar el robot. En febrero de 2023, bajo la dirección del doctor Juan Santillana Callirgos, se aprobó su ficha técnica sin contar con dictamen previo, lo cual fue observado por la Contraloría. En marzo de ese año se publicó un informe con deficiencias metodológicas que fue retirado. El documento indicaba que el uso del robot podía aprobarse por seguridad y eficacia, pero requería un análisis de costo-efectividad que no se había realizado.
Para este reportaje solicitamos una entrevista a la empresa Álvarez Larrea Equipos Médicos (ALEM) y enviamos un cuestionario a EsSalud, pero no tuvimos respuesta hasta el cierre de edición.