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Lo avanzado y lo pendiente de la vacunación que continuará el próximo gobierno

El Ministerio de Salud ha confirmado que Perú recibirá más de 62 millones de dosis hasta fin de año. El próximo gobierno deberá enfocarse en acelerar el proceso de vacunación, lograr un avance paulatino en todas las regiones e impulsar las campañas de información.

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Foto: Andina

Luego de las críticas por la demora en la adquisición de vacunas, el gobierno de transición de Francisco Sagasti se trazó como meta comprar la mayor cantidad de dosis necesarias para inmunizar a la población. El 5 de mayo anunció que había firmado un nuevo contrato por 12 millones de dosis de Pfizer. Con ellas ya serían más de 62 millones las dosis adquiridas que llegarían a lo largo de este año. Es decir, la vacunación de los peruanos estaría cubierta.

Según lo informado por el Ministerio de Salud (Minsa), hasta el momento se han firmado contratos por 14 millones 40 mil dosis con Astrazeneca; 32 millones 502 mil 600 con Pfizer; 3 millones con Sinopharm; y 13 millones 200 mil a través del mecanismo Covax Facility. En total, más de 62 millones de dosis, de las cuales Perú ya ha recibido —hasta el 11 de junio— 8 millones 645 mil 730. Quedaría un saldo de 54 millones 96 mil 870 que el gobierno tendrá que recibir hasta diciembre de este año. Se ha informado, además, que la tercera semana de junio llegarán 510 mil dosis a través de Covax.

El gobierno también ha considerado vacunar con las 62 millones de dosis a los menores de 18 años. Para ello se utilizarían las de Pfizer, ya que tanto la Agencia Europea del Medicamento (EMA) como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) han autorizado su aplicación en niños y adolescentes de 12 a 15 años.

El objetivo actual es, según lo afirmado por Francisco Sagasti, aumentar la compra para asegurar dosis de refuerzo de la población. En abril, el presidente mencionó que es muy probable que las personas se deban volver a vacunar contra la covid-19 más adelante. “No nos engañemos (...) será una pandemia difícil y complicada; y todavía tendrá un nivel relativamente alto”, manifestó en TVPerú.

Aunque el gobierno anunció en distintas oportunidades que se encontraba negociando con el Fondo Ruso de Inversión Directa para la vacuna Sputnik V; así como con los laboratorios de las vacunas Johson & Johson, Curevac y Moderna, aún no se ha concretado la compra de alguna de ellas.

¿Cuál es el avance de la vacunación a nivel nacional?

Según los datos del Minsa, un 14.10% de personas aptas para la vacunación en todo el Perú han recibido al menos una dosis hasta el 11 de junio. A nivel latinoamericano —calculando con respecto al número total de habitantes— estamos muy por debajo del promedio de avance.

El proceso de inmunización dentro del país no ha sido homogéneo. El 9 de febrero comenzó la vacunación al personal de salud en Lima, Callao, Huánuco, Áncash, Pasco, Junín, Huancavelica, Ica y Apurímac. Y el 17 de abril, Lima y Callao fueron las primeras en empezar con la vacunación de los adultos mayores de más de 80 años. En las semanas siguientes se sumaron las demás regiones y cada una fue marchando a su propio ritmo.

Actualmente, casi todas las regiones se encuentran en la etapa de vacunación de los adultos mayores de 60 años; excepto en Ica, que ya está vacunando a las personas mayores de 55 años; y Tacna, que hace lo propio con los mayores de 50.

Mientras estas dos regiones pertenecen al grupo que lleva la delantera en porcentaje de población vacunada, hay otras que parecen haberse quedado rezagadas. Entre las regiones que menos han avanzado, de acuerdo con la información publicada por el Minsa en el Repositorio Único de Información en Salud (Reunis), están Puno, Loreto, Ucayali, San Martín, Cajamarca y Madre de Dios. Estas presentan el menor porcentaje de personas mayores de 60 años vacunadas al menos con una dosis.

El ranking completo es el siguiente:

¿Cuáles son los problemas para avanzar con la vacunación?

Salud con Lupa se comunicó con las Direcciones de Salud de algunas de las regiones con menos avances para comprender el porqué de la demora. Falta de presupuesto, necesidad de mayor personal de salud y gran desinformación en torno a la vacuna fueron los principales factores mencionados.

La licenciada Mónica Guerrero, coordinadora de Inmunizaciones de la Dirección Regional de Salud de Madre de Dios, explica que ellos empezaron con la vacunación de las personas mayores de 80 años a inicios de mayo, y recién esta semana, a las mayores de 60. Esta semana también abrieron dos nuevos centros de vacunación, ya que solo contaban con uno.

Ahora el problema es de personal de salud. “A veces dejo desabastecidos los establecimientos de salud por tener a todo el recurso humano trabajando [en vacunación]. Desde las 7 de la mañana ellos se instalan. Comienzan a las 8 y culminan a las 2 de la tarde, hasta que terminen toda la limpieza”, indica.

Otro obstáculo es que no tienen un padrón nominal definido de la población mayor de 60 años. Según el Reunis del Minsa, son más de 13 mil las personas pertenecientes a ese grupo etario. Sin embargo, Guerrero precisa que varios de ellos ya han fallecido. El cálculo interno de la Diresa es de aproximadamente 12 mil. No tener el número exacto les impide saber con certeza cuántos adultos mayores faltan por vacunar.

Para Guerrero, el problema de la Diresa es básicamente presupuestal. “En realidad no tenemos recursos, estamos ‘jalando’ de otros programas. Necesitamos recursos para temas logísticos, para los viajes”, señala. Madre de Dios, como otras regiones amazónicas, se caracteriza por tener zonas de difícil acceso desde el centro de la ciudad, con población bastante dispersa, lo que hace necesaria mayor inversión de recursos y tiempo para la vacunación.


Otro gran problema con el que Guerrero se ha encontrado es la desinformación de cierta parte de la población con respecto a las vacunas. “Tenemos mucha gente, sobre todo de la religión evangélica, que se rehúsa a la vacunación porque dicen que solo Dios los protege o tienen miedo. Tienen sus creencias”, dice la licenciada. Ella explica que casi la mitad de la población de Madre de Dios pertenece a una iglesia evangélica y de ellos, según lo que ha visto, alrededor de un 30% no ha querido vacunarse.

Guerrero admitió que necesitan mejorar su estrategia comunicacional para poder hacer frente a la desinformación. Además, necesitan informar a más adultos mayores sobre los horarios y lugares de la vacunación. Pero, de nuevo, la falta de presupuesto los limita.

Con solo el 31.8% de la población vacunada con la primera dosis, Loreto es otra de las regiones con menos avance según el Minsa. Carlos Calampa, titular de la Dirección Regional de Salud, explica que ellos no están vacunando en toda la región, sino solo en Iquitos y en las capitales de las provincias.

Al igual que Guerrero, Calampa ha encontrado un fuerte rechazo a la vacuna por parte de un grupo de la población. “Tenemos un porcentaje de negación de más o menos 25% en Iquitos. Ese es el gran problema [en Loreto]. No reciben la vacuna. Y a nivel de las zonas de frontera, tenemos más rechazo: un 50, 60%”, dice. Calampa atribuye este hecho a la presencia de comunidades religiosas evangélicas y pentecostales que se rehúsan a ponerse la inyección.

Algunos de los argumentos por parte de ese grupo, cuyos líderes religiosos difunden que “les están poniendo agua, que les están tratando de hacer experimentos, que les están poniendo la vacuna del diablo, el 666”.

Calampa asegura que están trabajando con las comunidades para evitar un rechazo mayor. “Tenemos que educar, informar, hacer un trabajo con el Ministerio de Cultura para aplicar a la población”, indica.

A pesar de eso, el avance en Iquitos ha sido satisfactorio para la Diresa. Ya han vacunado aproximadamente al 60% de la población mayor de 60 años de la ciudad.

En esta ciudad tienen 8 puntos de vacunación y 12 brigadas. El reto ahora es poder avanzar con la vacunación en la periferia y en comunidades, complicado por temas logísticos. “Por ejemplo, Punchana es un distrito de la ciudad pero la gente está en los ríos, en las comunidades. Está dispersa pero pertenece a Punchana. Para ir a una comunidad, vas en deslizador, en bote, demora 2 o 3 horas desplazarte”, dice.

Calampa también pide que les manden AstraZeneca o Sinopharm porque estas permiten una cadena de frío más manejable cuando se desplazan a comunidades lejanas de la ciudad. Pero hasta ahora la mayor parte de lo enviado es de Pfizer.

Puno es otra de las regiones con menos porcentaje de avance según el registro de Reunis del Minsa. Sin embargo, Walter Oporto, titular de la Dirección Regional de Salud, afirma que se trata de una confusión -al igual que en el caso de Madre de Dios- producto de la falta de un padrón nominal actualizado de la población mayor de 60 años.

Para el Minsa, los adultos mayores a vacunar hasta esta etapa bordean los 175 mil. No obstante, Oporto señala que no serían más de 90 mil. Dicha cifra es la que aparece como meta en su Plan Regional de Vacunación.

La vacunación ya se está realizando en todo Puno, tanto en zonas urbanas como rurales de todos los distritos, pero Oporto reconoce que la falta de presupuesto no les permite acelerar el ritmo. “Todavía no tenemos el presupuesto para contratar más personas. El Minsa ha señalado que se va a dar presupuesto pero todavía no lo tenemos. (...) Esta es una región históricamente olvidada por el Estado, tiene un sistema de salud muy primario, con deficiente infraestructura y varias deficiencias. La asignación presupuestaria de Puno es la menor de todas las regiones del país”, reclama.

Ucayali, otra de las regiones con menor porcentaje de avance según el Minsa, es la segunda a nivel nacional con mayor población indígena. Aunque en Pucallpa, la capital, la vacunación ha avanzado a buen ritmo, la región ha tenido problemas para determinar la cantidad de su población indígena a vacunar. Recién hace un par de días pudo identificarla: 113 mil ciudadanos indígenas mayores de 18 años. “Es un dato nuevo, histórico. Estamos trabajando en campañas de comunicación con ellos, con el apoyo de Juntos y organizaciones, con personas que hablan el idioma”, explica Carlos Salas, titular de la Dirección Regional de Salud.

Diresa ya ha tenido intervenciones para vacunar contra la covid-19 en Padre Abad, Atalaya y Purús, ciudades con gran presencia de población indígena. Sin embargo, Salas señala que aún falta establecer un plan regional de vacunación y comunicación a esta población, para lo cual ya están en coordinación con las organizaciones de comunidades nativas de la zona.

No es casualidad que varias regiones amazónicas sean las últimas en avance en el ranking del Minsa. La Amazonía es una zona con muy baja densidad poblacional, lo que hace necesaria mayor inversión de recursos y tiempo para llegar a cada uno de los pueblos, muchos de ellos de difícil acceso. Si se quiere acelerar el proceso de inmunización, se deberá realizar mayor inversión en estas regiones.

¿Qué grupos vulnerables están siendo vacunados?

En paralelo a la vacunación de los adultos mayores, también se está inoculando a otros grupos priorizados desde finales de mayo: a personas con trastornos mentales y de neurodesarrollo, enfermedades raras y huérfanas, personas con hemodiálisis y enfermedad crónica y renal, y personas en espera o con trasplante de órgano. Ser tomados en cuenta les costó a las organizaciones de pacientes meses de reclamos al Ministerio de Salud, quien no los contempló dentro del primer Plan Nacional de Vacunación. Incluso miembros de varios colegios profesionales fueron inmunizados antes, sin ser personas mayores o tener comorbilidades.

En los próximos días otros grupos vulnerables continuarán ingresando en la lista de grupos priorizados. Este sábado comenzó también la vacunación de gestantes mayores de 18 años con más de 28 semanas de embarazo, y se publicó el protocolo de inmunización para las personas con VIH. Así mismo, el Ministerio de Salud ha anunciado la creación de un padrón para la vacunación de pacientes con cáncer de todo el país.

¿Cuándo llegarán los lotes de vacunas que faltan?

No se puede saber con certeza los precios ni las fechas de entregas de los lotes de vacunas, ya que los contratos que el Estado firmó con Sinopharm, Pfizer, AstraZeneca y Covax Facility son secretos. De hecho, el 18 de mayo, se publicó en El Peruano una resolución del Ministerio de Salud que clasificó como información reservada la que se haya emitido en la etapa de negociación, contratación y ejecución de los contratos para la adquisición de las vacunas.

De acuerdo con la resolución, la reserva se mantendrá hasta que, por acuerdo de las partes, se libere todo o parte del contrato; o se extinga el riesgo de perjudicar la vacunación. Esto solo fortalece las cláusulas de confidencialidad que ya tenían los contratos firmados con los laboratorios.

A nivel mundial también se ha alertado de la poca transparencia de los acuerdos. The New York Times señaló que se trata de contratos multimillonarios que blindan a las farmacéuticas de posibles conflictos legales, les otorgan propiedad de patentes y flexibilidad en las fechas de entrega y en precios.

Lo concreto es que debemos esperar terminar de recibir este año las 62 millones de dosis indicadas por el Gobierno de Transición. “La idea es dejar un cronograma para vacunar a la mayor cantidad de gente posible, ojalá lleguemos a los 10 millones de personas antes del 28 de julio, pero lo que queremos es que las dosis de vacunas estén aseguradas para todos los peruanos durante el 2021”, declaró el presidente Sagasti a RPP en febrero de este año. Hasta el 11 de junio ya se han aplicado más de 5 millones de dosis y 1.6 millones de personas están completamente vacunadas.

El portal Open Covid ha calculado que, con el ritmo de vacunación que seguía el país antes de haberse ralentizado por la semana de elecciones, se terminaría de vacunar a todas las personas mayores de edad en un promedio de 11 meses, es decir, en mayo de 2022.

Este es el escenario que encontrará el virtual presidente electo Pedro Castillo cuando asuma el mando el próximo mes. Luego de un año en el que tuvimos cuatro ministros de Salud y tres presidentes de la República, con una segunda ola de covid-19 que aún no termina y una probable tercera por venir, Castillo tendrá que asegurar la estabilidad del sector y darle la prioridad que merece para poder sacar adelante adecuadamente el proceso de vacunación.

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