De las 305 etnias indígenas que habitan en Brasil, 158 han registrado contagios y fallecidos por el nuevo coronavirus, es decir, más de la mitad de los pueblos originarios del país, según datos divulgados por diversas organizaciones. Hasta el dos de octubre se contaban 836 muertes entre indígenas y cerca de 35.000 infectados.
El reporte fue realizado por la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (Coiab) y otras entidades públicas y privadas que ayudaron en la recolección de datos.
La región de la Amazonía, que incluye nueve de los 27 estados de Brasil, continúa siendo la más afectada del país con 24.866 casos registrados y 667 muertes, según el último reporte de la Coiab.
A la expansión del virus en las aldeas, los incendios en la Amazonía y el Pantanal son otros problemas que han empeorado la situación de los pueblos originarios. La contaminación atmosférica producida por el humo de las llamas genera problemas respiratorios, uno de los síntomas más relacionados con el COVID-19, y puede agravar la situación de alguien infectado con el virus.
A esto se suma la precaria atención médica que reciben los pueblos indígenas, que solo encuentran centros hospitalarios capacitados para atención de urgencias en las grandes ciudades, ubicadas a miles de kilómetros de sus aldeas.
Tal ha sido la situación que a comienzos de agosto la Corte Suprema de Justicia obligó al Gobierno de Jair Bolsonaro a adoptar una serie de medidas, como la creación de barreras sanitarias y la instalación de una sala de situacional del Covid-19, con la participación de las etnias, para contener la pandemia entre las comunidades originarias.
El máximo tribunal de justicia también determinó que las autoridades policiales expulsen a los invasores de las tierras indígenas, entre los que se encuentran madereros o mineros ilegales. En Brasil, el 60 por ciento de indígenas reside en espacios protegidos.
Con información de la Agencia EFE
