El 31 de agosto de 2020, nueve días antes de que iniciara el ensayo clínico fase III de la candidata a vacuna de Sinopharm en el Perú, Sofía Salas Pumacayo, por entonces directora ejecutiva de Productos Farmacéuticos de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), autorizó una solicitud de Juan Manuel Miyahira Arakaki a nombre de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Como consta en la resolución directoral N° 7388, se hizo bajo el concepto “importación del producto en investigación y productos complementarios”, aparentemente, para el mismo estudio en el que participan doce mil peruanos como voluntarios.
Pero no, no tenía que ver con el estudio clínico de la vacuna. Fue la manera que encontraron la universidad y las autoridades del Ministerio de Salud para que el cargamento no tuviera inconvenientes con los controles de Aduanas y pudiera ser recogido fácilmente. ¿De qué se trataba? De donaciones. Palabra que no existe en las 66 páginas de la Comisión Investigadora del caso ‘Vacunagate’, presidida por el doctor Fernando Carbone. China National Biotec Group Company Limited, más conocida como Sinopharm, hacía entrega de dos ventiladores mecánicos, cuatro equipos de oxigenación de alto flujo, ochenta pulsioxímetros, cien termómetros, dos mil quinientas batas de aislamiento, cinco mil pares de guantes desechables, diez mil mascarillas quirúrgicas, doce mil gorros quirúrgicos, y siete mil doscientos reactivos para pruebas moleculares, entre algunas regalos más.
Se trataba de la primera entrega a la Universidad Cayetano Heredia. Luego vendrían tres entregas más, pero al Ministerio de Salud. ¿A razón de qué se enviaba este cargamento a la universidad que desarrollaría el ensayo clínico y a la institución del Estado que lo vigilaría? ¿Qué buscaban? Mucho más que congraciarse, evidentemente. Recordemos que para ese momento el Estado no había cerrado el contrato con Sinopharm para la compra de vacunas contra la Covid-19. De hecho se encontraba en plenas negociaciones con Pfizer y Astrazeneca. Negociaciones que se congelarían meses después. Además de las 3,200 dosis que llegaron a Lima por fuera del estudio clínico hubo regalos.
Ahora se sabe que Sofía Salas Pumacayo y Juan Manuel Miyahira Arakaki forman parte de las 470 personas que fueron vacunadas irregularmente. Salas Pumacayo recibió su primera dosis doce días después de firmar esta autorización. Y fue ella misma quien aprobó la llegada excepcional de un lote de un millón de dosis de la vacuna de Sinopharm el 26 de enero de 2021. En el informe Carbone apenas la nombran en un par de líneas. Miyahari Arakaki, por su parte, fue relevado de su cargo como director general de administración de la Universidad Cayetano Heredia el 18 de febrero.
Salud con Lupa analizó a fondo todas las donaciones que Sinopharm le entregó a la Universidad Cayetano Heredia y al Minsa y la cifra llega a los US$ 861, 040 repartidos entre mascarillas, ventiladores, concentradores de oxígeno y diversas prendas de protección hospitalaria, según los reportes de Aduanas a los que tuvimos acceso.
Ahora bien, las donaciones al Ministerio de Salud fueron escalonadas: el 1 de septiembre por avión, el 20 de noviembre por barco y, recientemente, el 15 de enero de 2021 por avión. Esta última entrega consistió en 24 kits de repuestos, 24 cánulas nasales de oxígeno y 24 máscaras con candado y tubo porcenual.
La segunda entrega fue la más grande: cincuenta y dos ventiladores mecánicos, veinte concentradores de oxígeno, cien termómetros, mil quinientos trajes de protección, dos mil protectores faciales y cien mascarillas. ¿Dónde está todo eso? El Ministerio de Salud no ha informado sobre donaciones recibidas directamente de Sinopharm hasta la fecha.
¿Qué es Sinopharm?
China National Pharmaceutical Group y Shanghai Fosun Pharmaceutical son las dos compañías que conforman Sinopharm, un grupo empresarial de atención médica que pertenece directamente a la Comisión de Administración y Supervisión de Activo del Estado chino (SASAC). Cuenta con 128 mil empleados, y una red con 1,100 empresas subsidiarias y 6 compañías que cotizan en la bolsa. Una corporación que posee la cadena completa en la industria farmacéutica: fabricación, logística, distribución, cadenas minoristas, salud, servicios de ingeniería, ferias, conferencias, negocios internacionales y servicios financieros.
Es el sexto fabricante de vacunas más grande del mundo. Y como tal, es el proveedor de más del 80% de las vacunas utilizadas en el Programa Ampliado de Inmunización en China. Sinopharm produce más de 900 medicamentos, de los cuales cuatro son considerados como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional de su país. Sus vacuna contra la Covid-19 llegó al Perú. Y, en los últimos días, Argentina y Bolivia también han cerrado contratos con este laboratorio. El 11 de febrero el Gobierno boliviano llegó a un acuerdo por 500 mil vacunas de Sinopharm. Y hace tan solo cuatro días, Sinopharm se convirtió en la cuarta vacuna contra el coronavirus que ingresó a Argentina. En breve llegará a Buenos Aires un lote de un millón de dosis.
El socio comercial
Salud con Lupa descubrió el brazo comercial de la famosa Sinopharm en Perú. Se trata de Laboratorios Americanos S.A. Curiosamente un gran proveedor de medicinas y dispositivos médicos del Estado: solamente en el 2020, el año de la pandemia, firmó 386 contratos con distintas entidades públicas, desde hospitales hasta Gobiernos regionales. Contratos que ascienden a más de 39 millones de soles. Ojo, solo en 2020.
¿Quiénes están detrás de Laboratorios Americanos? Su gerente general José Mario Mongilardi Fuchs, presidente de la Cámara de Comercio de Lima entre el 2016 y el 2018. Mongilardi Fuchs también fue vacunado en secreto, por fuera del ensayo clínico de Sinopharm que reunió a doce mil voluntarios. Mongilardi Fuchs, de 62 años, figura como personal del estudio en la lista entregada por el doctor Germán Málaga. Claramente no lo era. Recibió la primera dosis el 15 de octubre y la segunda dosis el 5 de noviembre.
Su socio Antonio Eduardo Armejo Sánchez también recibió la vacuna en forma secreta. Armejo Sánchez es el gerente general de Ilender Perú, empresa del Grupo Armejo Yepez que también pertenece a Laboratorios Americanos.
Salud con lupa se comunicó con Laboratorios Americanos y la Universidad Peruana Cayetano Heredia, pero hasta el cierre de este reportaje no obtuvo respuestas.
A través de fuentes confiables de Digemid conocimos que su directora ejecutiva Sofía Salas Pumacayo presentó su renuncia al día siguiente de conocerse la lista de los vacunados en secreto. Sin embargo, tal renuncia aún no ha sido publicada en el boletín de normas legales del diario El Peruano. Además nos indicaron que como el Instituto Nacional de Salud aprobó la ampliación de productos solicitada por la Universidad Cayetano Heredia ellos solo tuvieron que dar el visto bueno porque "no es nuestra potestad analizar. La Universidad Cayetano Heredia se acercó a nosotros con la resolución del INS". Quisimos conversar con la doctora Carmen Ponce, directora general de Digemid, pero actualmente no acepta entrevistas.